Miguel Ángel Velasco. Como ellas dicen, desiguales pero complementarias en todo, tanto en su vida social- se conocieron por la profesión de sus maridos, ambos Abogados- cuanto en la profesional o mercantil. Begoña sueña- “ Inés, he pensado…” e Inés pone en bandeja la realidad de los números contables, de las compras y de los proveedores.
A pesar de tener carreras profesionales tan dispares – Magisterio, en el caso de Inés e Ingeniería Técnica Agrícola, Begoña- cuando se conocieron a través de la profesión de sus respectivos, decidieron dedicarse a algo que les entusiasmaba, la moda y la atención permanente y personalizada al cliente. Todo un sueño que no dudaron un momento en realizar, aunque, normal en ellas, era Inés la que tenía que asentar las fantasías multicolores de su amiga y compañera y hablar con datos estadísticos y estudios contables. Empezaron en la misma calle donde hoy tiene establecida su boutique, en el número 38, hace ya cuatro años, y ahora están consolidadas en el número 24 de la misma rúa.
Son incansables, revisan constantemente revistas y se meten sin parar en las redes sociales para estar al día en las nuevas tendencias y novedades del mundo de la moda, ávidas lectoras de blogs y supervisoras de imágenes mil. Entre ellas, se miran y se compenetran. No hace falta que llegue una nueva remesa para transformar en un periquete el contenido y el continente de su, ya de por sí, bien arregladas y compuestas dependencias.
Por todo ello, no me supuso ninguna desilusión el hecho de que me anularan la oferta de ir a cenar esa noche. Habían cambiado los planes y la charla sosegada e intima al resguardo de la brisa marinera y de un buen pescado a la orilla del mar se trocó por una pizza de encargo y tres latas de refrescos, en el interior del inmueble mientras ella cambiaban por completo a la “criatura”. Tenían que trabajar; había que preparar y remozar por entero las dependencias de la céntrica tienda y darle la nueva imagen de las rebajas de verano que ahora se aproximan. No es cuestión de perder el tiempo y hay que adelantarse a los deseos de los clientes. Aún así, aunque ajetreada y con los lógicos altibajos, y carente del glamour inicial, la velada fue encantadora y enriquecedora.
¿Cómo entendéis el concepto moda? Me atrevo a preguntar mientras hago auténticos juegos malabares con un buen trozo de pizza, recién hecha y ardiente, sobre mi mano.
–Me encanta estar al corriente de lo que ocurre en cada momento en este mundo– comienza diciendo Inés, que no probado aún su suculenta porción de masa italiana y está concentrada en los percheros semivacíos, mientras que Begoña tiende sobre el mostrador las nuevas mercancías -. Sobre todos los complementos; zapatos y bolsos me chiflan. Me encanta ir bien vestida, me hace sentirme bien y contestando a tu pregunta te diré que para mí la moda es concepto muy personal, pues no existe una noción única y exclusiva de lo que la moda sea. Aunque como Hecho, a la moda, se le está dado la importancia que se merece. A la gente le gusta ir bien vestida, mejor vestida y no sólo para un acto determinado sino en su vida normal y corriente. Hemos pasado por un periodo en el que hemos estado algo estancadas y queremos volver a tomar el pulso de las tendencias, la alegría de vivir a través de las prendas.
-A mí me ocurre igual- tercia Begoña, mientras sorbe un poco del refresco gélido de la sudorosa lata- Además, en mi casa me encontré con que mi abuela era una magnífica modista y en el taller siempre había patrones, trozos de telas de todos los colores y tipos, retales, vestidos en pruebas. Todo lo que allí se hacía o hablaba giraba en torno al mundo de las agujas y los hilos. Las aprendizas dando zurcidos, la maestra revisando en todo momento las costuras, pespuntes o cierres… En fin, con decirte que mis primeras barbies las vestía allí con los restos que me daban o encontraba por el suelo. Bueno…historias. Pero estoy con Inés cuando dice que la moda no es concepto cerrado sino una cuestión de ciclos y los ciclos siempre continúan como tales, son como norias. Por ello, hay que estar al día en las tendencias y asimilarlas a tus propias ideas para poder ofrecer al cliente tu mejor versión. Hay que adaptar las tendencias a tus necesidades, estar al día sin caer en la fashion victim.
Los percheros van tomando cuerpo con las nuevas prendas seleccionadas según marcas y colores. Los bolsos y sombreros han sido cambiados por otros más frescos y veraniegos. Poco a poco, la tienda parece diferente.
Y vosotras que estáis al tanto de todo lo que sucede en este mundo de la ropa, ¿cómo creéis que vestís y qué asesoráis a vuestra clientela?
Yo soy más bien clásica – comienza nuevamente diciendo Inés-, de tonos oscuros. Aunque para las clientas, dependiendo lógicamente de edad y figura, me encantan y fascinan los coloridos. Este año, por ejemplo, se lleva muchísimo los verdes en toda su gama, turquesa Andalucía, los coral o naranja, el amarillo y los tonos azules. Y jugar con los complementos, haciéndolos tan o más importante que el principal, el traje o `prenda en cuestión. En cuanto al asesoramiento, es una de mis debilidades. El contacto con el público de siempre me ha atraído. Durante nueve año tuve una copistería con mi hermana y allí el ir y venir de estudiantes y padres era continuo. Al cliente le gusta que le asesore y así sale vestida de pies a la cabeza. Tenemos una clientela de edades muy dispares, desde los veintipocos a los cincuenta y algo y cada una requiere un trato y un consejo diferente. Son gentes jóvenes, todas al menos de espíritu, dinámicas y que, aunque saben lo que quieren, desean nuestro consejo…
Si, siempre- vuelve a intervenir Begoña, atenta a las palabras de su compañera, mientras da los últimos toques a una suerte de collares que acaba de colocar en un lado de la pared- El asesoramiento es lo principal. Como dice Inés, nuestra clientela es de esa franja de edad y de toda la provincia. Nuestras clientas vienen aquí no para llevarse algo sino para que la asesoremos y salga satisfechas… se pueden llevar hasta dos horas. Hasta ahora se ha solido vestir bastante clásico, sobre todo cuando llegué a esta maravillosa tierra, pero la evolución ha sido formidable y se va más a las tendencias pero sin ser victimas de las mismas, como dije antes… aunque siempre hay alguna transgresora! Lo cual no está nada mal porque todo el mundo tiene el derecho de ir tal como quiera dentro de esa concepción amplia del término.
Esperaba terminar la conversación saboreando una bebida larga y fresca, con el ruido de las olas abanicándome los oídos y la humedad del mar tejiéndome el cuerpo, pero todo se ha quedado en lo anteriormente dicho. Pero me ha sabido a gloria auténtica hablar con estas dos señoras de la venta, del buen saber y mejor estar. Dos damas compenetradas en todo, hasta a la hora de hacer los pedidos que se lo reparten al cincuenta por ciento. No necesitan mirarse para saber lo que están pensando, para conocer lo que la una quiere y cuál va a ser la contestación de la otra.
Y como finalizamos esta suculenta velada impelida de los más elementales elementos gastronómicos, amigas.
Deseamos que continúe la tendencia que tímidamente viene asomando desde esta primavera. Antes la gente miraba el escaparate y no entraban. Ahora, sin embargo, ya comienzan a no preguntar ni por el precio. Por ponerte un ejemplo, se llevan los tocados más caros que no son de por sí una prenda insustituible.
No quiero ser pesada… – interrumpe riéndose, Begoña – pero también estoy de acuerdo con ella. La crisis que hemos sufrido y de la que aún no hemos salido,. Ha sido bestial en todos los sectores y nosotras, al fin y al cabo, formamos parte de una plataforma más bien superficial en momentos duros. Hay cosas más necesarias que el vestir bien como es satisfacer las necesidades básicas. Pero estamos saliendo de ello, al menos nosotras notamos una alegría nueva en la clientela, una mayor disposición en olvidar penas y disponer de lo necesario para volver a vestir bien y variado. Por todo ello, lo que le pedimos al futuro es el poder abrir con optimismo la verja todos los días, que podamos seguir cambiando escaparates una cuantas de veces a la temporada y que sigamos gozando con nuestras amigas que son nuestra clientela para ofrecerle de todo, asesorarlas lo mejor que sepamos y salgan contentas y radiantes.
Tajantes y felices. Pero el que esto escribe pagó, si no las consecuencias de la crisis, si el boom de la nueva temporada que ya tenemos encima y que en Violeta Chic se aprestan, como es costumbre en ellas, a servir en cantidad y calidad.
Fotografías: Moisés Núñez.
3 comentarios en «Inés Cortés y Begoña Barrera, el arte del asesoramiento en el vestir»
Que bonita entrevista… Me ha encantado.
Gracias Miguel Angel, nos encanto la entrevista,aunque cambiáramos gin tonic por trabajo y almuerzo pizzero, pero la inspiracion debe cogerte trabajando,no?
Me encantan sus modelos, sus complementos, sus combinaciones, su tienda y sobre todo sus precios. No se puede dar mas por menos. Enhorabuena chicas pronto os vere que tengo boda.