Redacción. La FIFA presentó antes del comienzo del torneo el sistema como una de las apuestas en Brasil 2014, también conocido como GoalControl, para borrar para siempre los goles fantasma del recuerdo. El GoalControl incorpora 14 cámaras repartidas a lo largo del campo, que ofrecen una visión muy nítida para un detalle tan importante, como es el gol. Las imágenes captadas se analizan por un ordenador, al que están conectadas las cámaras y en caso de cruzar el balón la línea de gol, se transmite una señal al receptor del árbitro con forma de reloj.
Los colegiados tienen la posibilidad de juzgar con sus propios ojos la corrección del GoalControl a través de los videomarcadores y conceder gol, si lo consideran oportuno. En realidad, se trata de una nueva herramienta de trabajo y que no les quita autoridad, al seguir contando con la última palabra.
En este Mundial el brasileño Sandro Ricci ha sido el primero en recurrir a esto de la nueva tecnología. Un gol legal de Karim Benzema, una de las grandes apuestas online para betfair en el mercado de Pichichi, subió así al marcador en el Francia-Honduras (3-0), tras introducir Noel Valladares dentro de la portería la pelota de manera involuntaria.
Hace años que la tecnología unió lazos de amistad con otros deportes, pero le ha costado abrirse paso en el fútbol por las reticencias iniciales de la FIFA. El fútbol americano o tenis ya no se entenderían sin la tecnología, al haber encontrado en ella una fiel aliada que da transparencia y mayor credibilidad a los resultados. Muchos puntos en tenis han subido al marcador correcto gracias al ojo del halcón lejos de la tierra batida, donde la pelota no deja huella.
Inglaterra, gran protagonista de los goles fantasma
Antes de su examen final en Brasil, la tecnología DAG ha pasado algunas pruebas en otras competiciones. La pasada Premier League sirvió como conejillo de indias, al igual que la MLS. En cambio Alemania ha rechazado este invento de momento.
Si la DAG hubiese hecho acto de aparición en pleno siglo XX, Inglaterra no tendría en estos momentos una estrella bordada en el pecho. La final del Mundial de 1966 entre Inglaterra y Alemania Federal se resolvió con un gol fantasma de Hurst, que botó fuera de la línea de gol.
No se trata del único caso con Inglaterra en medio de la polémica. En 2010 Alemania se cobró su venganza en octavos. El electrónico reflejaba un 2-1 a favor de los germanos, cuando un zapatazo de Frank Lampard se estrelló en el larguero y llegó manso a las manos de Neuer, después de entrar. El árbitro no se dio cuenta y al final Alemania ganó 4-1. Más recientemente, concretamente en la Eurocopa de 2012, los ingleses sortearon la primera fase con un 1-0 en la última jornada con Ucrania, que debió finalizar 1-1.
En España los nacidos antes de 1978 tiene grabado a fuego el enfrentamiento en el Mundial de Argentina contra Brasil y así se lo han transmitido a las nuevas generaciones. Míchel intentó meter a la Selección en la ronda de eliminatorias, pero los árbitros no dieron validez al gol que hubiera supuesto una victoria por 1-0.
