P. G. Aprueba, pero al mismo tiempo deja un poso de decepción. No consuma el reto que se trabajó a lo largo de la temporada, pero deja abierta la puerta de una recuperada ilusión. Así ha sido la campaña del Recreativo de Huelva, un equipo que fue de más a menos, que nadó y se ahogó en la misma orilla. Porque quedar fuera de la promoción por el goal average después de 42 jornadas tiene que doler.
Vaya por delante que en el análisis global de la temporada el Recre ha aprobado. Estar hasta el último suspiro con opciones de disputar la promoción de ascenso era, a priori, un reto difícilmente alcanzable, a tenor de como se habían desarrollado las temporadas anteriores. Sin embargo, el Recre, gracias a un comienzo estelar -26 puntos en las primeras 11 jornadas-, se ha mantenido en la zona noble de la tabla, a pesar que tras esas primeras jornadas, el equipo enjaretó series muy malas que le llevaron, primero a perder la sólida renta que tenía al frente de la tabla, luego a mantenerse a duras penas en la zona de promoción, y ya en el tramo final, incluso a salir de esas posiciones, cerrando la Liga en la octava plaza, fuera de la pelea por el ascenso.
El arranque del Recre pudo marcar el devenir posterior de la temporada. A poco que el Decano hubiera mantenido algo el tipo, al menos un puesto en la promoción habría asegurado. Pero los números que acumuló el Recre, no nos engañemos, tampoco daban para más. Curiosa la enorme transformación del Recre, que pasó de acumular el 78,78% de los puntos en esas once jornadas iniciales, a luego atesorar un escaso 37,63% en las 35 restantes.
Con esas proyecciones tenemos el enorme contrasentido de que el Recre hubiera estado muy cerca de alcanzar los 100 puntos (99 para ser exactos) con el porcentaje de puntos de las jornadas iniciales; o quedarse en 47 puntos, si su trayectoria durante toda la Liga es la que ha tenido en las 35 jornadas finales. Estamos hablando de un equipo ascendido en marzo, poco menos, o de un equipo descendido en esta y en cualquier otra temporada.
Es evidente que haberlo tenido en la misma mano hasta el final ha dejado ese poso de decepción, pero el análisis tiene que ser global. Si el Recre hubiera alternado esas rachas, aunque el final hubiera sido el mismo, la sensación sería diferente en una afición que, eso es un intangible, ha recuperado la ilusión, marchita desde hace muchas temporadas. Al menos algo es algo.
Las movilizaciones de los aficionados tanto en el partido con el Córdoba, y la gran demostración de fe que fue la presencia masiva de aficionados en la avenida de Andalucía para seguir por una pantalla gigante el partido ante el Sabadell, vienen a demostrar que se ha recuperado en parte esa ‘recremanía’ que parecía perdida, y en la que se debe asentar las esperanzas y el trabajo de la próxima temporada, en la que según la hoja de ruta del consejo de administración del Decano, es en la que de verdad se va a apostar por el ascenso.