Sanlúcar, un enclave con encanto a orillas del río Guadiana

Isabel Limón. Situado justo en la frontera, un pequeño pueblo andevaleño de casas blancas y calles empedradas que caen al río, guarda una belleza desconocida para muchos. Se trata de Sanlúcar de Guadiana, una localidad onubense fronteriza con Portugal que, flanqueada por el Castillo de San Marcos, ofrece unas vistas panorámicas únicas del río Guadiana. A pesar de ser un pueblo pequeño, Sanlúcar por su ubicación y por su historia la hacen uno de los más bellos paisajes de la provincia alternando colinas y vegetación frondosa, con imágenes propias de una localidad costera.

Uno de los elementos más simbólicos de Sanlúcar de Guadiana es su disposición en torno al río que ofrece una gran variedad de actividades de tipo económicas y de ocio a los sanluqueños.

Los romanos lo llamaron al río Ana o Anas, lo que significa patos y los árabes le añadieron Uadi,que significa río y durante algún tiempo se le conoció como Odiana. Hoy es Guadiana, río de los patos y cordón umbilical de entre Portugal y España, testigo de enfrentamientos, leyendas, historias de amor y desamor grabadas en las memorias de todos los sanluqueños que explotan el río para atraer turismo, actualmente, y comercio, en siglos posteriores. De su recorrido solo las

localidades del bajo Guadiana han podido sacarle rendimiento al río, convirtiéndolo en una carretera fluvial que acapara la atención de los turistas que lo visitan.

El río Guadiana es la principal fuente económica de la localidad, ya que, además de unir las dos localidades ha sido testigo de tensión entre los países que separa. Debido a su situación geográfica y su posición estratégica con respecto a la frontera, Sanlúcar se convertía en una de las poblaciones más relevantes de la zona, ya que era un paso obligado para el comercio. De esta forma, en el siglo XIX, el puerto de Sanlúcar de Guadiana adquirió gran importancia pues desde su puerto se exportaban gran cantidad de productos, entre los que destacan, aguardiente, arroz, azúcar, jabón, plomo y maderas.

Actualmente es un paso fronterizo frecuentado por los barcos de los turistas que visitan la localidad.

Puerto de Sanlúcar

Aprovechando su enclave, Sanlúcar de Guadiana posee un pequeño y precioso puerto que recorre la orilla del río. Se trata de un puerto pequeño pero que acapara imágenes inigualables y que ha llamado la atención de muchos turistas que han encontrado en esta localidad andevaleña un rincón perfecto para disfrutar de bellos paisajes. Por su devoción al mar, Sanlúcar de Guadiana aprovecha los recursos del río para engrandecerse y atraer al turismo.

Descenso del Guadiana

Entre las actividades que se realizan en el río destaca el descenso del Guadiana, una

competición que se realiza en verano, en el mes de junio. Cientos de deportistas, aficionados y curiosos se dan cita en las orillas del río para disfrutar del descenso del río, al igual que ocurre en agosto, descenso Internacional de Guadiana, en agosto. Se trata de dos pruebas de piragua que cada año van adquiriendo mayor importancia en el calendario de actividades náuticas.

Tirolina

El río Guadiana, por Sanlúcar puede cruzarse en una embarcación y, desde hace un tiempo también puede hacerse en tirolina. La tirolina que une Sanlúcar con Alcoutim es la primera instalación transfronteriza del mundo. David Jarman, un inglés afincado y enamorado de Sanlúcar de Guadiana, ha logrado unir las dos localidades a través de un cable a 25 metros de altura.

Se trata de la primera tirolina que une dos países y la más larga de España con 720 metros. El precio es de 15 euros e incluye el viaje del ferry que traslada a los visitantes desde Alcoutim hasta Sanlúcar.

No solo el deporte, la aventura y unas vistas maravillosas de España y Portugal son los recursos que ofrece el río a Sanlúcar y Alcoutim. En invierno, los vecinos viven pendientes del nivel del río ya que cuando se producen lluvias fuertes las crecidas del río Guadiana han provocado nefastas consecuencias. En 1823, el agua alcanzó 14 metros de altura, destruyendo 110 casas de las 240 que poseía el casco urbano, lo que provocó que la población afectada tuviese que refugiarse en el castillo.

La grandeza de Sanlúcar de Guadiana va más allá de estas líneas, un pequeño municipio del Andévalo que alberga un intercambio cultural, historia, ofertas turísticas y de ocio y una belleza indescriptible.