Adolfo Morales. Con el descubrimiento de América y el sometimiento a los pueblos indígenas, obteniendo de estos grandes riquezas y recursos, la Corona de Castilla, monarca tras monarca desatan una sin igual angustiosa batalla por sumar territorios a la corona, gestionando grandes expediciones para la colonización de grandes territorios. Así la mayor parte de Sudamérica, el Caribe, Centroamérica, México y el Sureste de los Estados Unidos se integraron en la Corona de Castilla, creándose dos virreinatos el de Nueva España y el del Perú. Continuó con varios archipiélagos del Pacífico, a finales del XVI se incorporan las Indias Orientales: Filipinas, las Marianas, Guam, las Carolinas, bajo la jurisdicción de la Nueva España.
Ya en 1580 y 1640, Portugal constituyó una unión dinástica junto con la Corona de Castilla y Aragón, bajo el mismo soberano de la casa de Austria: Felipe II, III y IV. A finales del siglo XVIII el imperio español alcanzó los 20 millones de kilómetros cuadrados. El Imperio en el que no se pone el Sol.
El gran problema de este vasto imperio no es otro que su gestión, una potencia imposible de manejar que tenía su centro neurálgico en Madrid sede de la corte y en Sevilla el enclave desde el que se organizaban las posesiones de ultramar.
Las constantes luchas en múltiples escenarios, hacían necesarios hacer frente a gastos cada vez más importantes, que una y otra vez recaían en las arcas de las colonias, territorios o reinos dependientes de la Corona de Castilla.
En Portugal aumentaba una oposición cada vez más clara a esta política que repercutía directamente en sus propios intereses. El regreso de las hostilidades con la República de los Siete Países Bajos Unidos (estado formado por las siete provincias del norte de los Países Bajos (Frisia, Groninga, Güeldres, Holanda, Overijssel, Utrecht y Zelanda) repercutió sobre las colonias portuguesas en Asia y Brasil.
Eran habituales las maniobras cortesanas y entre ellas, siempre se emplearon los matrimonios de interés como una fórmula diplomática de control y mantenimiento del poder.
En este marco de incertidumbre con una Portugal cada vez más insatisfecha de la dependencia de la Corte de Castilla, se enmarca la artimaña del valido de Felipe IV, el Conde-Duque de Olivares, procurando la boda de Luisa de Guzmán con el Duque de Braganza, João, el 12 de enero de 1633.
Una excelente oportunidad de unir a dos de las más importantes casas ducales de España y Portugal y con ello frenar los intentos de rebelión de Portugal contra la Unión Ibérica.
Sin embargo, todos estarían muy lejos de imaginar que Luisa Francisca de Guzmán no sólo no apoyaría la política de anexión de Portugal, si no que llegó incluso a alentar a su marido en su afán por rebelarse contra el dominio español y convencerle de aceptar la corona que se le había ofrecido para restaurar la independencia.
Una conspiración encabezada por la nobleza, proclamó rey de Portugal al duque de Braganza. Y el 15 de diciembre 1640 es aclamado como D. Juan IV, Rey de Portugal y Francisca Luisa de Gusmão como Reina Consorte.
El primer rey de la Dinastía Braganza firmó la paz con los holandeses y obtuvo el apoyo de ingleses y franceses.
Se inicia entonces la conocida como Guerra de Restauración portuguesa obligando el Conde-Duque de Olivares a combatir en muchos frentes. De hecho, para este conflicto apenas pudo reunir un ejército que fue derrotado en la Batalla de las Líneas de Elvas.
A Luisa de Guzmán, se le reconoce un papel activo junto a su esposo en el gobierno y restauración de Portugal, a diferencia de otras reinas que quedaron postergadas a un papel secundario en la corte y en la historia.
Se considera que tras la aceptación del trono de Portugal por parte de Juan IV, Luisa fue la principal influencia en la política de su marido. Se dice que, siendo advertida de los peligros que podría traer ser reina de un país que hacía frente a España, ella pronunció estas famosas palabras: Melhor ser Rainha por um día, don que duquesa toda a vida (Antes reina por un día que duquesa toda la vida). Sin embargo, según Joaquín Veríssimo, «No debe mantenerse la falsa tradición que hace de ella uno de los «motores» de la Restauración, pero no hay duda de que se identificó con el movimiento y que supo enfrentarse a los sacrificios con ánimo varonil «. Esta desafección, viene también a sentenciar el viejo principio de que las mujeres no cuentan en la historia, que solo es contada por y para los hombres. Punto por el que también manifiesto mis discrepancias.
Después de la proclamación, se instaló en Lisboa con sus hijos, viviendo para su educación y tomando una postura activa en los asuntos políticos. Cuando se produjo la Revuelta de 1641 con el intento fallido de asesinato del rey, se dice que fue uno de los miembros de la corte que apoyó la ejecución de los conspiradores. Ejerció el gobierno siempre que el rey acudía a la frontera del Alentejo , Como en junio de 1643, en que fue ayudada en los menesteres públicos por el obispo capellán mayor D. Manuel da Cunha, Sebastião César de Meneses y el Marqués de Ferreira.
Del matrimonio con el rey Joao IV nacieron 8 hijos, entre ellos Alfonso VI y Pedro II Reyes de Portugal, y Catalina de Braganza Reina consorte de Inglaterra y Escocia junto al rey Carlos II de Inglaterra. Catalina es famosa por haber introducido la costumbre de tomar el té en Inglaterra.
Tras la muerte en 1656 de Juan IV de Portugal, fue nombrada en el testamento de su esposo regente del reino, durante la minoría de edad de su hijo Alfonso VI de Portugal.
Durante esta etapa se produjo la gran victoria portuguesa en la Batalla de las Líneas de Elvas el 14 de enero de 1659. Esta victoria fue muy importante porque la derrota hubiera implicado la perdida de Lisboa. Sin embargo no fue una batalla decisiva pues la firma de la paz entre España y Francia ese mismo año mediante el Tratado de los Pirineos, dejó a España sin compromisos militares y Portugal volvió a sentirse gravemente amenazada. Luisa organizar los ejércitos que asegurar la independencia de Portugal en la Guerra de la Restauración Portuguesa. Supervisó las victorias militares contra los españoles en Ameixial el 8 de junio de 1663, así como en Montes Claros el 7 de junio de 1665. Gracias a estas derrotas españolas, se reconoció la independencia de Portugal el 13 de febrero de 1668.
Luisa Francisca Guzmán murió el 06 de noviembre 1666 en Lisboa . Hoy sus restos descansan en el panteón de Bragança, el Monasterio de São Vicente de Fora en Lisboa, donde fueron transferidos desde el Palacio de Xabregas.
Esta es a grandes rasgos la historia de una hija de Huelva que llegó a ser reina consorte y regente, y que procuró la independencia de Portugal, madre de reyes, mujer tan altiva como discreta, tanto que pasó sin hacer ruido por estas calles de Huelva, durante tanto tiempo, que aún hoy muchos de sus paisanos siguen sin conocer su existencia y mucho menos su papel en la historia. Por el contrario todos los 1 de diciembre, Portugal celebra el año de la Restauración de la Independencia, y reconocen y aprecian a su Reihna Luisa como la artífice de su restaurada identidad.
Esta es mi humilde aportación al encuentro con la historia tan abandonada de Huelva. Luisa de Guzmán Reina de Portugal * Reinha Luisa de Gusmão. (Huelva13 de octubre de 1613 – Lisboa, 27 de febrero de 1666).
Fuentes:
Observaciones del Licenciado D. Juan Agustín de Mora.
Fundación Casa Medina Sidonia. Casa Ducal.
Centro Virtual Cervantes.
REAL ASSOCIAÇÃO da BEIRA LITORAL.
Jesús Ponce Cárdenas. Universidad Complutense de Madrid. Góngora y el Conde de Niebla. Las sutiles gestiones del mecenazgo.
WIKILINGUA.NET & Wikimedia commons
A Rainha Restauradora: Luisa de Gusmao.
Biografía de Luís de Góngora y Argote.
Historia de Portugal.
Historia de la provincia de Huelva. Miguel B. Peña.
Historia de Tarifa.
Parroquia Mayor San Pedro de Huelva.
Casa de Ayamonte, Francisco López de Solé y Martín de Vargas, Marqués de Ayamonte.
Fernando Guillamas y Galiano (caballero profesor de la Orden de Santiago, y Gentil hombre de Cámara de S.M.) en su Historia de
Sanlúcar de Barrameda.
Rodrigo Amador de Los Ríos en su Huelva, sus monumentos y artes – Su naturaleza e Historia, editado en Barcelona en 1888,
La Iglesia Mayor de San Pedro de Huelva. Historia de su fábrica. De Manuel Jesús Carrasco Terriza.
Entre otros.
5 comentarios en «Luisa de Guzmán, Reinha Luísa de Gusmão»
Adolfo, me ha gustado mucho tu articulo y aunque Doña Luisa es un personaje que siempre me ha interesado mucho, por lo que he leído bastante sobre ella, he encontrado algunos datos que me hacen pensar que mi criterio era correspondido.
Pero tengo una opinión, ¿hay alguna esposa que no defiende a su marido?. Y eso creo que es lo que Doña Luisa hizo, ponerse del lado de su esposo que el Conde Duque de Olivares quería que fuera a combatir a Cataluña contra los franceses y cuando estuviera allí quien sabe lo que hubiese pasado.
Un abrazo y sigue con tus artículos que son muy amenos y bien documentados.
Muchas gracias por tus palabras Ángel,la especulación sobre la historia ya sabes tiene un alto porcentaje de error por cuanto tratamos con datos más o menos objetivos de suplantar la realidad del momento, pero tenemos que tener algunas consideraciones como por ejemplo que hasta hoy mismo, las mujeres ocupan un lugar tangente a la historia, que fue contada siempre por hombres, por lo que no solo el papel de Luisa de Guzmán si no el de muchas otras quedó oscurecido a la sombra del de sus maridos sin lugar a dudas. Por eso es singular, como en este caso, que aún así su papel quede registrado con el reconocimiento de los mismos hechos. Un honor. Saludos.
P.D.: ¿Es lógico que Huelva no tenga ningún reconocimiento a la figura de Luisa de Guzman, ni una calle, a diferencia de otras localidades?, ¿es esta una muestra más de la desidia y apatía general de nuestros administradores de todas las generaciones por reconocer nuestras raíces comunes?.
Amigo Adolfo un artículo bien documentado y mejor desarrollado con rigor y amenidad.
Un personaje singular Doña Luisa y no todos días nace una Reina en Huelva.
No dejes de ilustrarnos co este tipo de trabajos Adolfo. Un abrazo.
Un placer y un orgullo ser y sentir esta ciudad, como tantos de vosotros. Saludos.