P.C.G. Los comienzos del cooperativismo agrario en Huelva se sitúan históricamente en los años 40. En esta fecha, en un escenario económico marcado por la posguerra, se dio una primera oleada de fundación cooperativista, cuyo año clave fue 1942.
Fue entonces cuando se crearon casi 50 cooperativas, 25 de ellas almazaras de aceite, la más antigua de las cuales fue la Cooperativa del Campo San Bartolomé, hoy conocida como Olibeas. En ese mismo año nacieron en otros sectores que también son relevantes para la economía onubense, 16 sociedades en el vitivinícola y siete entre ganaderas, forestales y de cereales.
A finales de los años 60 hubo otra generación de cooperativas hortofrutícolas y una tercera fase se dio en 1985 cuando se crearon hasta 70 cooperativas del sector de la fruta onubense.
La relevancia del cooperativismo agrario en la provincia de Huelva se hace evidente en cifras como la facturación total de las cooperativas onubenses en 2013, que según datos de Faeca fue de 440 millones de euros, lo que supone que los más de 18.000 socios cooperativistas produjeron más del 41% de los beneficios de la provincia.
Actualmente hay 16 cooperativas del sector aceitero funcionando en la provincia desde San Bartolomé de la Torre hasta Paterna y Almonte, que son responsables del 95% de la producción aceitera onubense, un 905 de la cual es Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE).
Hoy nos centramos en la primera almazara, que fue la de Beas, la mencionada Cooperativa del Campo San Bartolomé, y que nació en la primera fase de creación del cooperativismo agrario de la provincia con 45 socios fundadores.
Olibeas, la primera
El origen del cultivo del olivo en Beas se puede situar históricamente en época fenicia, hace más de 3.000 años. Desde entonces los agricultores de la conocida como Tierra Llana de Huelva atesoran una experiencia y se han labrado una fama que propiciaron que ya en el siglo XVI, el aceite oliva virgen de sus vigas (como se denominaba a las almazaras) se exportara a tierras americanas.
Siglos más tarde, el político español Pascual Madoz dejó testimonio escrito de la calidad del oro líquido beasino en su reconocida obra Diccionario Geográfico-Estadístico-Histórico de España (1847).
Los agricultores de Beas, además de pioneros fueron grandes conocedores del olivo y auténticos artesanos del aceite, lo que les ha embarcado en una búsqueda de la mejora y la excelencia continuas para potenciar el cultivo del olivo, hasta convertir al municipio beasino en el mayor productor de la provincia.
En 1942 se daba un paso más en el impulso del desarrollo rural de la comarca se creó la Cooperativa del Campo San Bartolomé, que actualmente aúna a todos los productores de la localidad y continúa manteniéndose en la vanguardia de la tecnología olivarera, adoptando un sistema continuo de molienda de las variedades verdial, picual y arbequina, que sigue las normas más adecuadas para preservar la calidad del aceite, de sobra conocida ya tanto en la provincia como en el resto de España.
Olibeas cuenta hoy con unas instalaciones con tecnología de vanguardia en las que el proceso productivo está totalmente automatizado, basadas en un patio de recepción de aceitunas con tres líneas de limpieza y pesaje (capacidad de 50.000 Kilos/hora cada una), ocho tolvas de almacenamiento, también de 50.000 Kgs cada una. Cuatro tolvas de Orujo, una separadora pulpa-hueso, cinco decanters de molturación con una capacidad máxima de extracción de aceite a 400.000 ilos de aceitunas diarios.
Una caldera, y un sistema contra incendios. Una bodega de Aceite con 30 depósitos en acero inoxidable, con capacidad máxima para 1.500.000 kilos de aceite, que se hacen necesarios debido a las diferentes variedades de aceitunas existentes en el término de Beas, y las consiguientes separaciones por calidades de aceite, que hay que realizar.
De este millón y medio, 300.000 kilos están preparados para la inertización de los aceites con nitrógeno, con lo cual se mantienen los aceites totalmente estables desde el momento de su almacenamiento.
Además dispone de almacenes de productos para servicio de los socios agricultores, despacho de gasoleo-B, báscula manual y electrónica, balsa de evaporación de agua procedente del proceso, envasadora, laboratorio, y salones sociales destinados a oficinas, sala de ventas, sala de juntas, salón de actos, y una vivienda que para el guarda rural de las Cooperativas.
En definitiva, Olibeas fue una de las cooperativas pioneras del tejido cooperativista onubense y hoy es una de las productoras de aceite líderes de la provincia. Su oro líquido se integra en la marca de calidad ‘Aceite de Huelva’.