Clotilde Ventoso. Nos sorprende muy gratamente la exposición de bocetos, acuarelas y grabados del pintor William Turner, denominada ‘Turner tables’, que con motivo de la celebración del 140 Aniversario del Puerto de Huelva, se presenta de forma magnífica en el Centro de Recepción y Documentación de las Cocheras del Puerto, que ha sido comisariada por el historiador y escritor, José-Luis Gozálvez, y que podremos disfrutar en nuestra ciudad hasta finales del presente mes de mayo.
Fue hacia 1830 cuando W.Turner comenzó a trabajar en las ilustraciones para una edición de lujo de poemas de Samuel Rogers: The voyage of Columbus.
Turner ilustró obras de poetas como Byron, Scott Campbell, Milton, y S. Rogers, que es el menos conocido hoy, sin embargo, las viñetas que Turner creó para Rogers (1830) son consideradas como las mejores obras de la ilustración literaria y gozaron en su época de un éxito extraordinario.
Las obras de W. Turner que se exhiben en esta exposición recrean en imágenes el poema al que acabamos de referirnos.
Es increíble el regalo que recibimos en Huelva con esta muestra de dos visionarios, de dos soñadores que no sólo quisieron «que el mundo los hiciera», sino participar también en la creación del mundo en el que vivían; y verdaderamente supieron entregarnos su sueño, porque ambos lo hicieron realidad.
El ideal de William Turner, su modernidad, no estaba en lo que representaba, sino en cómo lo hacía. Interpretó la naturaleza, el mar que surcaría Colón, y lo hizo con estas acuarelas que contemplamos, en donde el color y la materia se hacen más libres, más personales y en donde Turner sabe crear ese lugar sublime en el que el espacio se hace inabarcable y el vacío llena paradójicamente la obra. Aquí lo inmaterial, lo ingrávido y el sentido amenazador de la naturaleza se materializa en un mar sugerente, preñado de acontecimientos, de sorpresa, que se desborda en sus movimientos vertiginosos y se convierte en el leitmotiv de las viñetas que ilustran tan insuperable gesta, cantada por el lirismo de S. Rogers.
Por su parte, Colón imaginó tierras inexploradas, colores y sabores que le entregarían nuevos horizontes, un mundo nuevo con sabor a Paraíso y a Milagro, como siempre ocurre con lo que está por aparecer, que aún no lo ha hecho porque sólo vive en la intuición de seres humanos únicos, que no creen en que sólo existe lo que ahora ven y tocan, sino que creen en que todo puede aparecer de nuevo con su primera luz. Y es la luz lo que hacía aparecer como nuevas, en las manos de Turner, las formas de una naturaleza indómita, cambiante a cada instante.
Estas acuarelas daban fe, mejor que ningún otro procedimiento, de las emociones visuales, ya que este medio poseía las cualidades de inmediatez de las que otras técnicas carecían.
Se ha definido la obra de W. Turner como «sublime». Nuestro diccionario define este término como: «Emoción estética que produce lo bello cuando va acompañado de grandiosidad o elevación inabarcables para el entendimiento.» Y así se definiría el término «sublime» desde el punto de vista de la estética pictórica pero, ¿cómo hemos de considerar este término en relación con el cromatismo de Turner?
Fue Josep Adison en su ensayo:» los placeres de la imaginación»( 1812) el primer teórico que definió el término «sublime», que describe como » sentimiento contradictorio, pues supone un placer ante la grandeza de la naturaleza, que es simultáneo al horror de sentirse indefenso ante la misma» . ¿Cabe más consonancia entre el sentimiento que albergaron Colón y sus hombres cuando surcaban unas aguas desconocidas, y la manera en que percibe ese mismo marco nuestro pintor visionario?
Contemplando los pequeños bocetos, acuarelas y grabados que se exponen, podemos introducirnos en ese sueño de luz, de espuma, de grandeza, de temor y horror y hasta de Paraíso, que también es nuestro pese a que lo imaginaran otros, y aunque nos sitúe ante un abismo de vacío y vértigo que también necesitamos para poder sentirnos vivos.
El mismo placer que nos produce la grandiosidad de la naturaleza, y que describe como pocos Turner, es lo que nos provoca también el miedo y el rechazo al sentir el vacío; y es aquí donde aparece la novedad de Turner, que demuestra cómo lo sublime se muestra en ese vacío de forma más contundente que en la propia materialidad. Son sus espacios vaporosos y sus reflejos etéreos lo que nos hace penetrar en esas dimensiones inabarcables del océano, que con una fe sin límites surcaron Colón y sus hombres, y que Turner supo llevar también en un viaje lleno de sobrecogimiento y sorpresa, desde el fondo de su más clara intuición, hasta ese otro mundo del color y la luz en donde todo se hace eterno, porque Turner buscó lo sublime lejos de los lugares explícitos y tipificados, y lo buscó y lo encontró en lo implícito.
Buscó una referencia cromática que pudiera expresar las sensaciones interiores, es por eso por lo que el color negro lo utilizará como un valor lumínico y no como la ausencia de color o de luz, y por lo que sus » manchas» adquieren autonomía , incluso como fragmento que va convirtiéndose en una especie de forma que juega con las transparencias de lo que no se ve.
En la observación de los fenómenos naturales comprobó que gran parte de los cambios de luz no sólo se producían en el transcurso del tiempo, sino también en el desarrollo del espacio. Para Turner era muy importante describir la profundidad del espacio, algo que consigue atendiendo a las infinitas variedades luminosas que se producen en la naturaleza, y en la que no podía prescindirse de la visión recordada, de la impresión que se había producido en él al evocar su contemplación. La visión iba unida por tanto a la memoria. Como pintor tenía que describir, no un océano de forma objetiva, sino la impresión que el océano había producido en él. Por eso, cuando admiramos estas pequeñas obras, que de forma tan magnífica se encuentran expuestas en el Centro de Recepción y Documentación de las Cocheras del Puerto, descubrimos una visión interior, un estremecimiento ante un hecho único, nuevo y tan inabarcable como ese océano lleno de misterio y presagios. Ahí llega Turner a través de un proceso de la mente por el que las impresiones de la memoria se convertirían en formas nuevas.
De todas estas formas, de su disolución y fragmentación en motivos plásticos que son manchas, habla Aldous Leonard Huxley al decir que » al artista le gusta volver al estado primitivo del mundo, cuando las aguas fueron separadas de la tierra árida y la luz de las tinieblas. Le gusta volver al tiempo en que todo estaba vacío y sin forma.»
Un hombre de su tiempo, un romántico, que no se resiste a buscar lo original y a hacer una » revolución radical» donde el objetivo es la aniquilación del estilo oficial y la sustitución por el estilo moderno y romántico, en donde la sensibilidad es entendida no como sensiblería sino como facultad de sentir, de experimentar sensaciones y en la que para ello se hace indispensable el viaje como fuente para alimentar todo tipo de conocimiento.
William Turner y Cristóbal Colón, unidos en esta sin par exposición como dos visionarios, dos viajeros infatigables, dos exploradores y descubridores de nuevos mundos que en esta muestra se encuentran y se unen a través de la lírica del poema «The voyage of Columbus» de Samuel Rogers, en una simbiosis única y extraordinaria que nos devuelve el sentimiento y la memoria, y nos hace decir con T.S.Eliot: » No cesaremos de explorar y el fin de toda nuestra exploración será llegar a donde partimos y conocer ese lugar por primera vez. A través de la puerta desconocida, recordada cuando lo último de la tierra por descubrir sea lo que era el comienzo».
3 comentarios en «William Turner y Cristóbal Colón, dos visionarios en torno a una aventura única»
POr lo que he visto y leído no me perderé la exposición, la vcual me parece que debe de ser fantástica.
Muchas gracias por este preciso y hermoso artículo. Viniendo de una artista de la sensibilidad de Clotilde Ventoso, de quien siempre he admirado sus personalísimos trabajos, me parece todo un lujo para el trabajo que hemos hecho David Robles y yo y para el Puerto de Huelva, que tan bien acogió nuestra idea.
Muy interesante. No me la voy a perder.