El taxi: el nuevo sector revolucionado por nueva tecnología

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Compartir coche, una nueva tendencia actual.
Compartir coche, una nueva tendencia actual.

Sapiensity / @Sapiensity. No es el primer sector empresarial en el que la tecnología irrumpe con una fuerza imparable para cambiar la forma en que los ciudadanos, usuarios o consumidores entienden que deben ir los nuevos tiempos.

Internet ha cambiado la forma de hacer negocios y de consumir bienes y servicios en muchos sectores. El mundo de la música, el cine, la televisión, el libro, la prensa… sectores como el inmobiliario, el hotelero, las agencias de viajes, el comercio, el de los seguros o el financiero entre otros muchos han visto como sus esquemas tradicionales se han removido hasta los cimientos ante la competencia de nuevos servicios y productos, o nuevas formas de obtener los servicios o productos que ofrecían según las reglas de juego que hasta entonces conocían.


Festival de Cine de Huelva

En esta irrupción han encontrado nuevos empresarios la oportunidad de hacer de la tecnología su aliado, generando nuevos modelos de negocio acorde con la nueva forma de consumir de los llamados nativos digitales, e incluso los inmigrantes digitales que podemos ser los más mayores que hacemos uso de la tecnología profusamente.

Mientras tanto, aquellas industrias, o mejor dicho, empresas concretas de éstas que se han negado a adaptarse a los tiempos, las nuevas tendencias de los mercados y necesidades o hábitos de sus clientes, han visto como sus negocios han sido notoriamente menguados.


Puerto de Huelva

En muchos casos, haciendo uso de todo el arsenal de marketing posible, intentan llegar a la opinión pública para mantener lo insostenible. En otros casos, intentan hacer uso de su poder, su fuerza de lobby, para que gobiernos dicten normativas y cánones concretos en su país buscando una protección a ultranza de modelos que se antojan cada vez más difíciles de sostener. No es una opinión, es un hecho y dada la evolución internacional de las alternativas seria y realmente integradas en la nueva economía digital con respecto a los, podría denominase, modelos tradicionales, no hace falta reunir muchas pruebas para darse cuenta de que el camino no es la negación o la resistencia a ultranza, sino la reinvención de modelos.

En estos momentos, el sector del taxi está siendo sacudido por nuevas alternativas basadas en la tecnología. De un lado, plataformas para que los ciudadanos puedan desplazarse coordinando sus desplazamientos para compartir el coche (http://www.blablacar.com, http://www.amovens.com, http://www.carpooling.es, http://www.compartir.org, http://www.viajemosjuntos.com, http://www.compartocoche.com, entre muchos otros). Claramente supone un ahorro de combustible, mejoras en términos de contaminación y, por qué no admitirlo, quizás pueda suponer menor dependencia del taxi en ocasiones.

Pero este tipo de plataformas, no han llegado a promover un modelo de negocio tan frontal como la propuesta de http://www.uber.com

Uber supone una alternativa directa, basada en un enfoque absolutamente 2.0, a la oferta del sector del taxi. El propio sector viene ofreciendo servicios a través de portales web y apps para smartphones en la búsqueda de mejorar su comunicación con el cliente y su calidad de servicio en muchas ciudades. Aplicaciones de este tipo se encuentran disponibles en muchas ciudades, por ejemplo, en Madrid y Barcelona podemos disponer de http://www.hailocab.com, una plataforma también de carácter internacional implantada en varias ciudades del mundo. Dichas aplicaciones intentan incorporar mejoras para el usuario pero hay cuestiones de base en el sector que hacen que no puedan ofrecer lo mismo que Uber.

Uber se encuentra ya en 35 países (https://www.uber.com/cities). En España está disponible en Barcelona. Su expansión mundial gracias a la inyección de capital privado, ha hecho posible que en poco tiempo alcance una globalidad envidiable por cualquier empresa.

En este mundo global, una iniciativa como esta atenta contra los intereses de autónomos y pequeñas empresas dedicadas a prestar el servicio de taxi. En España además, se trata un mercado regulado por normativas muy específicas para los profesionales del sector, barreras de entrada incluso económicas (una licencia es algo costoso en nuestro país), etc. En definitiva, un sector necesario en el funcionamiento de las ciudades, con un gran número de profesionales autónomos y de grandes rigideces a la hora de cambiar.

En frente, una organización global, de difícil control por parte de gobiernos dado que opera incluso con sede en otro país, una organización más flexible y con una adaptación al uso de la tecnología y a las tendencias del mercado que dictan las necesidades y hábitos de los smart citizens (ciudadanos inteligentes). Con una aplicación promete y consigue acercarte a un conductor con un click. Conductores que pueden ser taxistas en algunas ciudades que voluntariamente pactan con Uber, pero en otros caso NO son taxistas. Pero no solo esto, puedes elegir incluso qué tipo de vehículo o vehículo concreto te gustaría, con distintas tarifas según gamas, por supuesto. El usuario dispone de canales para dar feedback a tiempo real sobre el conductor, por lo que Uber evalúa continuamente el desempeño de sus conductores. Y, cómo no, ofrece promociones que nunca se han hemos podido encontrarnos en la industria.

Mientras, gobiernos como el belga, intentan poner coto a Uber con cuantiosas multas. Y en España se está estudiando minuciosamente este nuevo “atentado” a un sector tradicional. Los acontecimientos vienen demostrando que de una forma u otra, las opciones pasan por la innovación y la adopción de medidas de reforma de los sectores afectados. Solo así mejorará realmente nuestra calidad de vida y se generarán modelos de negocio competitivos y de futuro. Aún así, la resistencia al cambio tanto por parte de las autoridades que legislan no sabemos si por el interés de los ciudadanos o de las industrias en muchas ocasiones, como por parte de las propias empresas o profesionales parece ser la tónica.

En cualquier caso, al final los clientes optarán por demandar lo que les sea más interesante según los criterios de cada uno. Si lo desea, incluso desde ya puede optar por pronunciarse apoyando la campaña que en Change.org (se ha lanzado para pedir al Ministerio de Fomento que prohiba las aplicaciones móviles que permitan a cualquier conductor dar servicio de taxi ). Y si cree que es otro sector que puede mejorar mediante el fomento de la competencia y la innovación tecnológica… quizás vea aparecer más iniciativas siguiendo la estela de Uber y sea usuario de las mismas. Esperemos acontecimientos.

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