Isabel Limón. Momentos de recogimiento los vividos en este Jueves Santo en la Iglesia de la Misericordia con la Hermandad de Culto y Apostolado del Dulce Nombre de Jesús y Cofradía de Penitencia del Santo Cristo de la Misericordia, María Santísima de la Concepción y San Juan Evangelista. Con un ligero murmullo de las personas congregadas a las puertas del templo y con las campanas doblando, señalando la muerte de Cristo, los monaguillos que forman parte del cortejo, se ordenaban para esperar la salida del Santo Cristo de la Misericordia.
A las 19.55 horas se abrían las puertas de la iglesia para comenzar una estación de Penitencia sobria y solemne por parte de la Hermandad de la Misericordia de Huelva. Por el Pasaje Cristo de la Misericordia comienza a discurrir un reducido cuerpo de nazarenos, en los que destacaban las figuras de los servidores de libreas y el muñidor.
Con semblante serio, el muñidor marcaba el inicio del cortejo en el que, a diferencia de otras hermandades y por ser una Hermandad de silencio, estaba compuesta por elementos indicativos del luto. De ruán negro, con unos capirotes alargados y puntiagudos y con cirios oscuros avanzaba el cortejo por la calle Rábida de camino hacia la Iglesia de la Concepción.
El olor del incienso y los pasos de los costaleros eran los únicos sonidos que se podían apreciar en plena calle. La Hermandad de la Misericordia de Huelva se caracteriza, dentro de las hermandades que procesionan en la Semana de Pasión onubense, por su austeridad, sobriedad y silencio, sin acompañamiento musical.
Cuando las agujas del reloj pasaban de las 20.10 horas, el crujir de las maderas del paso de Santo Cristo de la Misericordia anunciaban que pronto estaría en la calle para comenzar su Estación de Penitencia. Con un paso corto, levantás a pulso y en absoluto silencio, el cuerpo de costaleros pasean, bajo las órdenes del José Manuel González, al Santísimo Cristo de la Misericordia en su discurrir por las calles del centro de Huelva.
Cabizbajo, subido en un monte de flores rojas y con un sencillo paso, el crucificado de la Misericordia llena las calles de Huelva de solemnidad y silencio.
A unos metros para llegar a la calle Gobernador Alonso, la Cruz de Guía de la Hermandad de la Buena Muerte de Huelva se cruzaba con parte del cortejo, por lo que ha tenido que frenar su paso y esperar a que la Hermandad de la Misericordia abandonase la calle Rábida.
Se trata de la hermandad más joven del Jueves Santo, fundada en 1982, formaba parte de la Madrugada, pero este año, por segunda vez consecutiva, lo hace en la tarde del jueves desde la Capilla del Santo Cristo de la Misericordia.