La experiencia de Ana Seisdedos: de la Universidad de Huelva a la Technical University of Ostrava, en República Checa

Elisabeth Méndez. Conocer nuevos lugares y personas, adaptarse a otras costumbres y vivir una experiencia diferente son algunos de los motivos por los que los jóvenes deciden hoy día emprender una aventura en el extranjero. Un viaje que, entre otras muchas cosas, les sirve además para encauzar su futuro. Este es el caso de la onubense Ana Seisdedos Ruiz, quien a sus 23 años de edad ha decidido marcharse a República Checa para continuar en este país sus estudios de Grado de Ingeniería Química Industrial que comenzó en la Universidad de Huelva, y conseguir, de esta forma, un plus en su formación que le otorgue mayores facilidades en el mercado laboral en un futuro.

Joven aventurera y sociable, amante de la música, el deporte, la naturaleza y los animales en general, además de aficionada a la fotografía, una órbita artística por la que ha comenzado a sentirse atraída en los últimos meses, Ana Seisdedos, cargada de maletas e impregnada de ilusión, se despedía de su ciudad el 16 de septiembre de 2013 emprendiendo una travesía que la llevó hasta Ostrava, la capital de la región de Moravia-Silesia, situada al noroeste de República Checa y con una población de algo más de 300.000 habitantes.

Siete meses después de su marcha, Huelva Buenas Noticias ha conversado con esta joven, tiempo más que suficiente para darse cuenta de que, “como en tu provincia, en tu casa y rodeada de tu gente, no se está en ningún otro sitio”, a pesar de confesar que su experiencia está siendo muy positiva.

– Ana, ¿Por qué has decidido trasladar temporalmente tu residencia a la República Checa?
– Porque, aunque me encanta mi tierra, sentía la necesidad de conocer otros lugares, personas y costumbres, además de mejorar mi inglés y aprender nuevos idiomas. Y gracias a que me concedieron una beca Erasmus, lo estoy consiguiendo.
Entre las opciones que tenía para finalizar mis estudios, me decanté por la Universidad de Ostrava por su situación geográfica cercana a Polonia Eslovaquia, lo que me ha permitido, además de continuar con mi formación,  viajar a estos países y a ciudades como Praga, Budapest, Cracovia, Berlin, Dresden, Bratislava… y conocer de esta forma otras culturas. Además, me atraía mucho también la posibilidad de disfrutar de la nieve porque me encanta esquiar, aunque al final este invierno ha resultado muy cálido aquí y apenas ha nevado.

– ¿Y cómo está siendo tu experiencia Erasmus?
– Rodeada de buen ambiente y mucha gente. Llegué aquí con Julia, una sevillana que estudiaba conmigo en la Universidad de Huelva. Con ella, y junto con otros estudiantes Erasmus, vivo en una residencia al lado del campus de la Universidad Técnica de Ostrava. La residencia no se encuentra en el centro de la ciudad sino en Poruba, y en ella hay gente de muchos países diferentes: malayos, coreanos, italianos, griegos, turcos…, además de checos de ciudades cercanas que también vienen a estudiar aquí. Según he podido comprobar, los estudiantes Erasmus españoles son los más numerosos, sobre unos 100. La residencia cuenta con 3 bares, una pizzería, pistas de baloncesto, mesas de pingpong, etc., por lo que siempre hay eventos. Para mí, el mejor de todos es la sangría-party que organizamos los españoles en la que este combinado es el protagonista, y que siempre tiene mucho éxito de público. Al ser una residencia grande nunca te sientes solo, cada día conoces a alguien nuevo y eso me encanta.

Esta experiencia me ha cambiado la vida, se la recomiendo a todos los jóvenes. Yo vine sin saber lo que me iba a encontrar aquí y pienso que acerté.

– ¿Es tu primera estancia en el extranjero?
– De larga duración sí, ya que lo máximo que he estado con anterioridad en el extranjero han sido 9 días en Salerno (Italia), visitando a unos amigos. Esa corta experiencia fue la decisiva para solicitar la beca Erasmus.

– Respecto al idioma, el checo no es una lengua muy común, ¿Cuáles eran tus conocimientos de este idioma antes de llegar al país y en qué medida han evolucionado?
– ¡No tenía ni idea de checo! Llegué sin saber apenas nada. Una de mis amigas de Huelva que ha estado en Praga también de Erasmus me dijo que me acostumbrara a escuchar la frase ‘p?íští zastávka’, que me vendría bien. Luego resultó que la escuchamos cada vez que montamos en el tranvía porque significa ‘próxima parada’. Cuando llevas un tiempo empiezas a familiarizarte con palabras como ‘ahoj’ (hola), ‘díky’ (gracias), ‘dobré dny’ (buenos días) y la más utilizada entre los estudiantes: ‘pivo, prosím’ (cerveza, por favor). El checo es un idioma bastante complicado y muy similar al polaco o eslovaco, y quienes van a clases lo hacen en el nivel básico.

– ¿Y qué es lo que más te gusta de vivir en un país diferente al tuyo?
– Descubrir cosas nuevas, costumbres diferentes a las de España. Cuando sales fuera te das cuenta de que todo cambia, de que hay mucha vida y muy diferente a la que estamos acostumbrados, y siempre encuentras algo que hacer o un lugar que visitar.

– ¿Y lo que menos?
– Lo obvio: estoy muy lejos de mi familia y de mis amigos. Cuando estas lejos valoras más cosas a las que antes no prestabas atención, y hay días que se pasa mal y que realmente te apetece comprar un billete y volver a Huelva a pasar al menos un rato con los tuyos.
Además, echo mucho de menos salir a navegar con mi padre por El Rompido, montar a caballo y disfrutar de las romerías.

-Entonces,  ¿Tienes ganas de volver?
– En parte sí, sobre todo ahora que ha llegado el buen tiempo y da gusto pasear por Huelva. Extraño mucho a mi familia y a mis amigos, y aunque siempre he tenido fama de arisca, creo que esta experiencia me está haciendo cambiar. Pero a la vez me da mucha pena pensar en el momento en el que tenga que irme de aquí, ya que no me gustaría perder el contacto con los amigos que he hecho y que van a estar un poco lejos cuando esto se acabe. Aunque ya tenemos algunos planes juntos para verano, y les he invitado a que conozcan nuestras playas, le temo mucho a las despedidas.

– Por lo que te escucho decir le hablas de tu tierra a las personas con las que te relacionas allí, ¿no?
– Sí, creo que llego a ser incluso demasiado pesada. A algunos los tengo ya medio convencidos para que vengan en verano. Además, este semestre no soy la única de Huelva ya que han llegado dos nuevas compañeras que, como yo, se sienten orgullosas de su ciudad y hablan de ella, por lo que me están ayudando a darla a conocer.

– ¿Y qué les cuentas sobre Huelva?
– Pues que, aunque habrá quienes piensen que no es la más bonita del mundo, seguro que se quedarán encantados. Les hablo de la ventaja de vivir en una ciudad pequeña en la que todo está cerca, de la tranquilidad de El Rompido, de las noches de verano en Punta Umbría, del placer de viajar a nuestra sierra, ¡y de lo bien que nos alimentamos!. Algunos no han visto una coquina en su vida y no habían probado el morcón hasta que lo traje yo aquí.

– Percibo que te emocionas al hablar de tu tierra…
– Sí, me emociono. Ahora mismo se me parte el alma. La última vez que estuve en Huelva de visita fue el 6 de enero, y parece que hace más. Además, hace poco fue mi cumpleaños, el primero que paso lejos de mi familia y amigos, y me conmocionaba con cada felicitación por no poder estar allí, aunque aquí también lo celebre y me lo pasé bien, pero no es lo mismo. Necesito una dosis de Huelva que aún tardará un mes

– Entonces, ¿regresas pronto?
A finales de mayo volveré a Huelva porque no me quiero perder la romería de El Rocío. Estoy deseándolo.

– Y mientras llega ese día…¿Qué le dirías a tu familia y amigos?
– ¡Que vayan reservando un día en la agenda para juntarnos todos y que preparen una buena comida de bienvenida que estoy ya mismo llegando!