Jaime de Vicente. Pienso que la principal seña de identidad del ser humano no es la inteligencia, que en diferentes formas y grados puede estar también presente en otras especies animales, al menos en los más evolucionados. Es la cultura lo que constituye nuestro auténtico hecho diferencial. La cultura es también una fuente imprescindible de enriquecimiento personal y, por si ello fuera poco, recientes investigaciones en el campo de la neurología han demostrado la relación entre los hábitos, adquiridos desde la infancia, de la lectura y la escritura, y la conservación de facultades intelectuales, como la memoria, hasta edades avanzadas. Su ventaja respecto a otras personas que no practicaron estos ejercicios mentales es, al menos, de un 30 %.
El estado de bienestar nos dejó, en su etapa de máximo apogeo, magníficas instalaciones deportivas, útiles para el espectáculo y también para facilitar a los ciudadanos el cultivo de su físico. Lo que está muy bien. Desafortunadamente, los presupuestos públicos alcanzaron en bastante menor medida a los equipamientos y actividades culturales. En ocasiones, la iniciativa privada suplía los déficits impulsando manifestaciones culturales diversas. En Huelva un ejemplo destacado ha sido el Festival de Fotografía Latitudes, que cada año cerraba el invierno y abría la primavera onubense, convirtiendo a la capital en el foco de la mejor fotografía del mundo.
En el marzo reciente la cultura onubense sintió un tremendo vacío: Latitudes faltaba a su cita anual y sus miles de admiradores, de aquí y llegados ex profeso de fuera, han echado de menos el Festival. El hecho lamentable era, sin embargo, comprensible. Aunque no sea siempre reconocido, la organización de este tipo de eventos exige un enorme esfuerzo desinteresado, tras el cual existe el riesgo del desánimo. Llega ahora la buena noticia: José Luis Ruiz, el alma de Latitudes, nos comunica que el Festival volverá en el próximo año, de forma que su ausencia en este será solo un paréntesis en su excelente andadura. Los amantes de la cultura, que debíamos ser todos, estamos de enhorabuena.