Mari Paz Díaz. El obispo de Huelva, José Vilaplana Blasco (Benimarfull, Alicante, 1944) llegó a la Diócesis de Huelva hace ocho años. Aficionado al arte, Vilaplana realizó sus estudios eclesiásticos en el Seminario Metropolitano de Valencia, siendo ordenado sacerdote en 1972.
Entre los momentos más destacados de su amplia trayectoria se puede citar su formación espiritual en la Universidad Gregoriana de Roma entre 1980 y 1981 y cuando fue nombrado rector del Seminario Menor Diocesano de Valencia en Játiva, así como obispo auxiliar de Valencia (1984 – 1991) y obispo de Santander entre 1991 y 2006.
Su llegada a Huelva se produjo el 17 de julio de 2006, una etapa que reconoce que ha sido intensa y de mucho interés. Por este motivo, con la Semana Santa de Huelva hemos querido compartir con José Vilaplana sus principales vivencias en estos ocho años en la provincia onubense, junto a otros temas.
Todo ello sin olvidar su reciente visita a Roma, que tuvo lugar entre el 3 y el 8 de marzo, donde tuvo la oportunidad de participar junto al resto de obispos de Andalucía en un encuentro con el Papa Francisco, que se mostró en todo momento muy interesado por conocer la situación e inquietudes de las diócesis del sur peninsular. Temas que desgrana en esta entrevista ofrecida a Huelva Buenas Noticias.
-¿Cómo valora su reciente visita al Papa Francisco en Roma?
-La visita fue muy estimulante, porque nos encontramos con el Papa que conocemos a través de sus gestos y sus palabras. Fue muy satisfactorio haber podido compartir con él más de una hora junto al resto de obispos andaluces, tener la oportunidad de ver su espiritualidad y su actitud para afrontar los problemas. Tiene mucha ilusión por el trabajo que está realizando.
Al Papa Francisco, Dios le ha concedido el valor de la comunicación, de la naturalidad. Y así lo puso de manifiesto también en nuestro encuentro, que, como suele ser habitual, lo inició con una broma para romper el hielo y así conseguir que la gente se sienta cómoda.
–En otra ocasión, el Papa fue invitado por la Hermandad Matriz de Almonte a que visitara El Rocío. ¿Cree que hay posibilidades de tenerlo en Huelva?
-Es cierto que se le invitó cuando fuimos con la Hermandad Matriz. Y, hecho, el pasado mes de julio tuvimos la oportunidad en El Rocío de conectar con el Papa con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ), que se celebraba en Brasil. En general, se le ha invitado a otros eventos y conmemoraciones que tienen lugar en España. Pero mi impresión es que no es un Papa especialmente viajero además de que, en este sentido, priorizará los lugares con diferentes necesidades, más que por una fecha conmemorativa.
-Hablemos de Huelva. ¿Cómo valora los ocho años que lleva al frente de la Diócesis onubense?
-Estoy trabajando muy a gusto en muchos aspectos. Una de las cuestiones que he priorizado ha sido el Plan Diocesano de Evangelización para que llegara a la parroquia. Porque la parroquia es mi familia, la que estoy intentando acercar a todas las personas, haciéndolo con sencillez, algo importante para tener sentido de pertenencia, que la gente se sienta partícipe de esa comunidad cristiana. Así que es un plan que se está consolidando en las congregaciones parroquiales onubenses.
Es cierto que queda mucho por hacer, tanto por las dificultades que solventar como por los objetivos que conseguir, como sucede con la movilidad. Pero está claro que en el ambiente secular es importante descubrir el sacramento, no sólo ceñido a las costumbres. Por ello, he centrado mis inquietudes en el Plan Diocesano de Pastoral.
-En general, ¿cuál es su percepción del momento actual en el que vivimos?
-Los últimos años están marcados por la crisis económica. Hay una gran preocupación entre los sacerdotes y Cáritas, que están realizando una labor importante. Ante esta situación de crisis hay dos caminos, la cercana para dar una respuesta inmediata a las personas y cubrir sus necesidades básicas, que es lo que realiza Cáritas.
Y, sobre todo, se está trabajando en el ámbito de la mentalidad que incide en los valores solidarios de la sociedad, una cuestión que ha entrado a formar parte de los estratos sociales y las administraciones públicas. Debemos denunciar las situaciones que provocan pobreza. En este sentido, el pasado fin de semana tuvimos la posibilidad de organizar un encuentro de empresarios católicos que se reunieron en Huelva para debatir de qué forma se puede plantear la economía para evitar marginaciones, vista desde la ética y la moral.
-¿Cómo fue ese encuentro de empresarios católicos?
-Realmente, nos sorprendió mucho la gran participación que tuvo este encuentro, ya que contamos con la presencia de más de setenta personas que buscaban esa mentalidad social de la economía. En este foro fue muy bueno la presencia del profesor Enrique Lluch Frechina, doctor en Ciencias Económicas y licenciado en Económicas por la Universidad de Valencia, que mostró la visión del Evangelio en el ámbito de la economía y de cómo puede ayudar en ese cambio de la mentalidad social.
-Nos encontramos en plena Semana Santa. ¿Cuál es el papel que juega el Obispado de Huelva en esta celebración?
-El Obispado de Huelva en Semana Santa, fundamentalmente, intenta que se valore las celebraciones litúrgicas, como sucede por ejemplo con la misa y el Lavatorio de pies el Jueves Santo, la Pascua del Señor el Viernes Santo y la Vigilia Pascual del Sábado al Domingo de Resurrección. Debemos cuidar que las personas participen en estos cultos en sus parroquias. En segundo lugar, consideramos que este movimiento de religiosidad popular hay que vivirlo con dignidad. Y, en tercer lugar, la contemplación de las escenificaciones de la vida de Jesucristo también nos ayude a acercarnos a él, a Dios.
-¿Qué le parece la Semana Santa de Huelva?
-La primera vez que vine a Huelva y tuve la oportunidad de ver su Semana Santa me impresionó esa gran participación de personas, que se movilice a tanta gente. Y, además, me gustó mucho que suponga la integración generacional de personas, ya que permite la participación de todos, desde los niños a los mayores. Y este hecho nos permite reforzar el valor de la familia. La familia es muy importante en nuestra sociedad frente al fenómeno del individualismo actual.
Por otro lado, las hermandades contribuyen a que las personas se relacionen entre sí, jugando un papel importante en nuestra sociedad. Todo ello sin olvidar la belleza de las procesiones, que también nos acercan a Dios.
-¿Hay alguna otra cuestión en la que considere que debemos centrarnos en la actualidad?
-Que estemos muy atentos a los jóvenes, porque es el grupo que más apoyo necesita para que mantengan la esperanza y la ilusión en el futuro. Intentemos hacer presente a los jóvenes.
Y en este sentido, también me gustaría referirme a la vocación sacerdotal. En estos momentos tenemos a 16 seminaristas, una cifra importante. Además, recientemente realizaron una peregrinación a Sotiel, hasta donde le acompañaron once más.
En definitiva, considero que hay que tener el corazón abierto a los jóvenes de Huelva. Contamos en la actualidad con un buen ambiente y debemos estar más con ellos.
-¿Con qué mensaje le gustaría finalizar?
-Ahora, en estos días de Semana Santa, deben traer su corazón al encuentro de Jesucristo y que este encuentro les dé esperanzas en el momento en el que nos encontramos. Y, al mismo tiempo, que crezca el sentimiento de generosidad hacia los más necesitados. Debemos mantenerlo siempre y, ahora, más.