Ramón Llanes. Para andar por esta casa grande nuestra, palmera arriba, calle las bocas, berdigón, puerto, palacios, calle rico, las monjas, los sitios de piterilla y las empinadas de cabezos que guardan la solvencia de las sombras, los avisos constantes de palomas en las ampliaciones del día, las caras que se dibujan en las paredes de tanto pasar, las fuentes que dan frescor amable al ambiente, los niños que no se cansan y la luz de Huelva y los versos que se dicen a compás de paisaje, allá de Juan Ramón, sus espacios, sus tiempos, sus plateros, allá Lara en la contundencia de la nostalgia, allá Guzmán en sus universos, por aquí Díaz Trillo en gotas de sensibilidad y Cobos Wilkins en su tarea indeleble de versificar la vida, quienes hacen versos en los fandangos y cantan fandangos en los versos, quienes se mordisquean para entender que no están soñando, que esto es un lugar limítrofe a los paraísos, todas las luces puestas desde arriba con la sabiduría del sol que la deja aquí viviendo, desviviéndose y la jarana que le hacemos a la fiesta de esta luz que nos atraganta de tanta fogosidad y los niños queriendo cogerla y los versos por los bancos de las plazas, como mensajes, las cornisas altas de las murallas de palabras que tiene la ciudad por todos lados, y en todas las tardes los habitantes con su ración de esperanza y sus biznagas y el templete con las notas afinadas y la vida completa y plácida pasando de sosiego a emoción y todo lo que queda de embeleso en las miradas y un eterno enjuague de brisas y la luz apretando y nosotros en su conciencia, y qué más es posible pedir que no sea bucólico para hacer de Huelva el lugar del mundo que deseamos.
3 comentarios en «Tu luz y los versos»
Ya no sé que nota darte, eres un monstruo. Enhorabuena, Ramón.
preciosos
Viva Huelva!!!