P. G. En Lugo no hay petróleo. Porque si Sergi Barjuan, entrenador del Recre, tenía claro que en lo que quedaba de Liga había que sacar petróleo de todos los partidos, debe colegirse que en el subsuelo del Ángel Carro habrá cualquier otra cosa, menos oro negro. A tenor de lo ofrecido por el Recreativo de Huelva, a la sazón por órdenes de su técnico, en dicho escenario.
El 2-0 final, logrado eso sí con goles postreros de Rennella y de Iago Díaz, aparte de dar la victoria al Lugo, castigó con toda justicia la vulgar versión de este Recre de muchas culpas y cada vez más pecados, incoloro, inodoro e insípido, condenado desde el principio a purgar sus penas con la derrota.
Habrá quien coloque en la balanza el disparo de Cifu, a la salida de un córner, que se estrelló con violencia en el larguero, como argumento para decir que el Recre sí tuvo su oportunidad. Si incluso habla de mala suerte, aguantar la carcajada sería complicado, y dificultaría poder diferenciar entre quien estaba en el terreno de juego buscando el triunfo -el Lugo, Dios-, y quien se la podía encontrar -amén.
Ya el once fue una declaración de intenciones. La reiterada decisión de situar a Zamora en el centro del campo, junto a Dimas y a Montoro, además de Álvaro Antón, choca literalmente con el principio inexorable que tanto se propugna desde el banquillo de “tener la posesión”. Hay cosas que no casan y esa es una de ellas. Si además en el once albiazul no está Linares y sí Nong, la historia tiene un final claro (véase el marcador).
Sergi, en la mejor de sus intenciones seguro, pretendió tener controlado el partido en el primer tiempo, para luego en la segunda parte dar entrada a otros jugadores, con otras características, e ir definitivamente por él. A tenor del 0-0 que campeaba en el marcador en el minuto 80, cualquier puede decirse que se salió con la suya.
Pero la realidad era otra. Hasta ese momento, y sobre todo en el primer tiempo, el Recre había sobrevivido gracias a la falta de acierto de los locales, que si bien ocasiones claras no crearon, siempre, siempre, siempre, dejaron sobre el campo mejores sensaciones que un oponente inane, romo y que demasiado tenía con alejar los balones que merodeaban su parcela.
Es cierto que en el segundo tiempo, siguiendo el guión del partido pensado y diseñado por Sergi, el Recre dio un pasito al frente con Linares, Jesús Vázquez y Jonathan Valle. Pero lo hizo de manera tibia, timorata, demasiado previsible y facilitando la tarea a la defensa del Lugo cuya única zozobra la vivió a los 59 minutos con ese disparo al larguero de Cifu, que posiblemente le hubiera dado el triunfo al Recre -puede-, y hubiera cambiado el tono de esta y todas la crónicas -seguro.
Pero fue a los 67 minutos cuando se produjo la acción clave del partido: la salida al campo de Rennella, el agitador. Movió el árbol, y aunque el Recre se acercó más al área de José Juan, sin peligro eso sí, en sus botas estuvieron el punto y final al partido. Primero con el remate de ‘9’ que convirtió en el 1-0, y luego con su pase a Iago Díaz, tras perfecta contra, que dio origen al 2-0. Justo castigo a un Recre cuyo partido sería muy severo de calificar como ignominia, pero con el que sí rozó la estulticia en su segunda acepción.
LUGO: José Juan; Víctor Díaz, Pavón, Víctor Marco, Manu; Seoane, Carlos Pita; Pablo Sánchez (Iván Pérez, 77′), Sergio Rodríguez (Álvaro Peña, 70′), Iago Díaz; Juanjo (Rennella, 67′).
RECREATIVO: Cabrero; Cifu, Menosse, Morcillo, Toño; Dimas (Jesús Vázquez, 51′), Zamora, Montoro (Jonathan Valle, 74′); Álvaro Antón, Nong (Linares, desc.) Joselu.
Árbitro: Gorka Sagués (colegio vasco). Mostró la cartulina amarilla a Juanjo (27′), Carlos Pita (33′) y Seoane (73′), por el Lugo; y a Dimas (15′), Toño (25′), Zamora (37′) y Joselu (75′).
Goles: 1-0 (83′) Rennella remata a bocajarro un centro desde la derecha del ataque local. 2-0 (85′) Iago Díaz culmina una contra del Lugo, tras recibir un pase de Rennella.
Incidencias: Partido correspondiente a la 31ª jornada en Segunda División disputado en el estadio Ángel Carro, al que asistieron unos 4.000 aficionados. Llovió antes y durante el choque.