Clotilde Ventoso. Celebramos en este año 2014, el cuarto centenario de la muerte del famoso pintor conocido como El Greco ( Doménikos Theotokópoulos ) en el 1614 .
Era El Greco, desde su nacimiento, un católico con vocación ascética y mística, lo que le permitiría convertirse en el más religioso de los religiosos del siglo XVI y XVII de toda la pintura española. Sin embargo, y paradójicamente, era considerado un frío practicante y parece que no estaba muy interesado en los asuntos religiosos; de hecho era acusado de que sus imágenes religiosas no estaban pensadas para la devoción, no cumpliendo por tanto su función en el círculo contrarreformístico de Felipe II.
Fue considerado un judío en la España de La Inquisición; un converso sincero para unos, y para otros no; un sabio neoplatónico cuya aproximación a lo religioso lo vinculaba al pensamiento de los círculos más radicales de la época en que vivió; un devotísimo y espontáneo pintor religioso; un místico impresionista; un subjetivista expresionista; un intelectual teórico; un filósofo….
El Greco era un hombre extravagante; le gustaba ser un pintor nacido como tal, sin maestro, de hecho siempre firmaba como » el que enseña «, algo que era considerado como manifestación de soberbia por sus contemporáneos, y pese a que algunos historiadores han considerado a Tiziano como su maestro, lo cierto es que no hay pruebas de ello, aunque era muy admirado por él.Era un pintor que no tenía buenas relaciones con los demás pintores, insultaba a los que no fueran venecianos, pretendió siempre rehuir a sus contemporáneos y constantemente estaba metido en pleitos. Los pintores italianos no podían perdonarle que dijera de Miguel Ángel que pese a ser un grandísimo escultor y magnífico artista, sin embargo afirmara «que era un pobre hombre que no sabía pintar «.
También mostraba su total desprecio por el gusto español, que no valoraba ningún tipo de arte. Consideraba que el cliente español sólo se interesaba por la decoración y por la pintura devota, intentando siempre influir en el artista, limitando sus posibilidades imaginativas.
Hizo algo único, realizó estampas grabadas de sus óleos y multiplicó por mil sus imágenes, que decoraban las casa más humildes. De este modo podía aumentar las ventas sin tener que soportar a clientes que impusieran sus gustos personales.
Por tanto, El Greco es, indudablemente, un pintor de referencia que inventa la obra de arte en sentido estricto, en la que no se siente limitado por el gusto del público, dejando en segundo término las funciones secundarias de una obra de arte: informativas, devocionales y religiosas.
Hizo algo tan importante como cambiar el lenguaje visual de una época, y la estilización de sus figuras tiene como único objetivo su concepto de belleza.
Todas estas circunstancias nos presentan a un artista que ya en el siglo XVII concibe el arte por el arte, algo característico del S. XIX , inventando no sólo el arte moderno sino la figura del artista moderno.
Este año, en el cuarto centenario de su muerte, El Greco sigue tan vivo y actual como siempre, y se nos presenta como un artista plural, investigador y complejo, con una obra que ha sido reconocida por los artistas españoles como el precedente de sus inquietudes estilísticas, y la gran figura previa a Velázquez. Un artista que fue en su tiempo odiado y amado, como suele sucederle a los que su genialidad los convierte en inmortales.
A todos nosotros nos queda un año «para amarlo»; un año en el que podremos asistir a todas las actividades que estén a nuestro alcance y así disfrutar cada vez más de una pintura siempre viva, vibrante y estimulante como pocas, y de un artista cuya pulsión artística no deja a nadie indiferente . Les animo a que disfruten de todo ello.