Mari Paz Díaz. Según recoge la agencia de información SINC. La ciencia es noticia, una investigación realizada por la Universidad Politécnica delle Marche (UNIVPM) de Italia, en colaboración con las universidades de Salamanca y Granada, pone de manifiesto que el consumo de fresas ayuda a reducir los niveles de colesterol.
En concreto, el estudio ha consistido en un experimento a través del cual un grupo de 23 personas voluntarias comieron 500 gramos de fresas al día. Al cabo de un mes, se realizaron análisis de sangre a los participantes y se comprobó que sus niveles de colesterol se habían reducido de forma considerable. En concreto, «los triglicéridos disminuyeron un 20% tras comer fresas durante un mes».
Estos datos llaman aún más la atención si tenemos en cuenta que en los análisis de sangre se detectó que la reducción afectó especialmente al LDL o colesterol malo y a los triglicéridos, manteniéndose al mismo nivel el HDL o colesterol bueno.
Los resultados de este informe han sido publicados en la revista Journal of Nutritional Biochemistry a nivel internacional. Tal y como recoge SINC, el director de este estudio es Maurizio Battino, que asegura que “por primera vez se publica un estudio que apoya un papel protector de los compuestos bioactivos de las fresas frente a reconocidos marcadores y factores de riesgo de enfermedades cardiovasculares».
Como curiosidad, aunque todavía no está demostrado, parece que estos beneficios los otorga las llamadas antocianinas, sustancia que es la que otorga su característico color rojo a la fresa.
En cualquier caso, no es la primera vez que se pone de relieve a nivel científico los beneficios para la salud del consumo de esta fruta. Hay que recordar que en ocasiones anteriores, revistas como Muy Interesante, se hicieron eco de estudios similares, también llevados a cabo por la misma Universidad Politécnica de la Marche y de la Universidad de Granada y que fueron publicados en Food Chemistry. En esa ocasión, los artículos difundidos llamaron la atención sobre el hecho de que la ingesta de fresas mejora la capacidad antioxidante de la sangre.
En aquel experimento participaron entonces 12 voluntarios sanos que también consumieron 500 gramos diarios de fresas, comprobándose que mejoraron la capacidad antioxidante del plasma sanguíneo y la resistencia de los glóbulos rojos a su hemolisis oxidativa.
A estas conclusiones hay que añadir que otros trabajos que se han realizado en otros foros a nivel científico como la Universidad Estatal de Ohio o el Instituto Salk de Biología de Estados Unidos, que destacaban beneficios tan llamativos como que comer fresas previene el cáncer de esófago y que estimula la memoria a largo plazo, respectivamente.
Y a todo ello se pueden añadir propiedades conocidas por todos, desde su gran aporte de vitamina C, su protección de la radiación ultravioleta o el ayudar a reducir los daños que produce el alcohol en la mucosa gástrica.
En definitiva, ahora, un nuevo estudio llegado desde Italia viene a confirmar que comer fresas es más que aconsejable. Y por la calidad y el sabor de la fresa de Huelva, en esta provincia tenemos una excusa más para que no falten en nuestra dieta.