Redacción. La Junta de Andalucía ha incoado el procedimiento para la inscripción en el Catálogo General del Patrimonio Histórico Andaluz como Bien de Interés Cultural (BIC), con la tipología de Sitio Histórico, de los Lugares vinculados con Juan Ramón Jiménez en el término municipal de Moguer.
Según han informado la Delegación de Educación, Cultura y Deportes, dicha incoación tiene por objeto la protección legal de los inmuebles relacionados con su vida y obra ubicados en el municipio de Moguer, y de los bienes muebles esenciales en la historia del poeta y su esposa adscritos a la colección de la Casa Museo de Zenobia y Juan Ramón Jiménez, tal como dispusieron los titulares en su testamento.
Bajo la denominación de ‘Lugares vinculados con Juan Ramón Jiménez’ se incluyen aquellos espacios que mejor definen las coordenadas de su vida y de su obra en Moguer. En concreto, se trata de la Casa Natal, la Casa de la antigua calle Aceña número cinco, la Casa Museo Zenobia-Juan Ramón Jiménez, el paraje y casa de Fuentepiña y el cementerio parroquial.
La Casa Natal, lugar donde nació el poeta y vivió hasta los seis años, es un edificio construido en el último tercio del siglo XIX, sito en la calle de la Ribera número dos. En este espacio el niño Juan Ramón imaginó su ‘casa azul marino’, el color de su infancia, toda ella adornada de impresiones fugaces que han quedado plasmadas en algunos de los textos en prosa de Moguer.
La Casa Museo, sita en la antigua calle Nueva número diez, es la casa donde el poeta moguereño vivió con su familia hasta sus 20 años, cuando murió su padre y se fue a Madrid. Desde este recinto, que había sido construido a finales del siglo XVIII, dejaba pasar la vida creando personales y nutridas evocaciones de este espacio familiar y proyectaba hasta lo universal el paisaje urbano y agreste de su pueblo.
Si el ‘azul’ era el color de la casa de la calle de la Ribera, el ‘amarillo’ fue el color que Juan Ramón eligió para referirse a la casa de la calle Nueva. Con los años, ya en el exilio, el matrimonio Jiménez apoyó la creación de la Casa Museo en el inmueble que la Diputación Provincial de Huelva adquirió en 1956 para albergar los muebles, libros y objetos personales que había donado a Moguer.
La Casa de la antigua calle Aceña número cinco es un edificio de dos plantas entre medianeras que tiene de interés el haber sido la residencia en la que Juan Ramón se instaló cuando regresó de Madrid a finales de 1905. En esta casa, propiedad de su tío Gregorio Jiménez, vivió con su madre y su hermano Eustaquio hasta el otoño de 1912. Este período coincide con la etapa de mayor producción literaria del poeta pues 23 fueron los libros escritos en Moguer, entre 1906 y 1912, de los cuales sólo once fueron publicados entre 1908 y 1914. Durante este tiempo Juan Ramón pasó temporadas en la casa de campo de Fuentepiña y visitó con frecuencia la casa de la calle Nueva que había adquirido en subasta pública el marido de su hermana Victoria.
El paraje y la casa de Fuentepiña son los ámbitos agrestes que mejor definen las coordenadas líricas de Juan Ramón. Se localizan a poca distancia del núcleo urbano, a escasos dos kilómetros, tomando la carretera de El Algarrobito, a la altura del polígono industrial del mismo nombre, y el camino de la Dehesa.
La finca de Fuentepiña, denominada ‘Santa Cruz de Vista Alegre’, que había sido propiedad de Gregorio Jiménez, y la de ‘Nazaret’, que perteneció al médico Rafael Almonte, con quien Juan Ramón mantuvo un estrecho vínculo, conforman un espacio natural connotado literaria y pictóricamente, y en el que confluyen valores de carácter histórico que tienen que ver con la presencia y las vivencias del poeta. Este paisaje es evocado por Juan Ramón en ‘Platero y yo’ y otras obras suyas en prosa y verso.
El cementerio parroquial, del que se incluyen en la delimitación del ámbito protegido la antigua cerca y la capilla de Jesús, es uno de los primeros espacios connotados literariamente por Juan Ramón. En su obra, tanto en verso como en prosa, se encuentran evocaciones y numerosas referencias al camposanto. En su interior, localizado en el patio de San Pedro, junto al crucero, el Panteón de Zenobia y Juan Ramón constituye el punto de encuentro de todos los juanramonianos. Se trata de una obra de granito realizada en 1959, un año después de la muerte del poeta.
Juan Ramón Jiménez, premio Nobel de Literatura en 1956, establece con su pueblo natal un vínculo ideal que se prolongará a lo largo de toda su existencia. Su legado está presente en su localidad, en los lugares y paisajes de Moguer, en su obra literaria, amplia y rica en matices, por lo que no se puede entender la obra de Juan Ramón sin descender al espacio y al tiempo de Moguer, su legado más preciado.
El poeta legó para la posteridad y disfrute de su universo poético los lugares que estuvieron relacionados con su vida, referentes de sus evocaciones, los cuales están significados y connotados literariamente en su obra por lazos afectivos, vivenciales, identitarios, distintivos, afectivos y simbólicos. Las referencias a los lugares y personajes reales que formaron parte de la escena local a finales del siglo XIX y principios del XX fueron evocados por el poeta en muchas de sus elegías, con mezcla de rigor histórico y fabuladora imaginación.