Elisabeth Méndez. La formación de los jóvenes en el extranjero se ha convertido hoy día en un hábito muy común para un colectivo que busca consolidar las bases de su posterior etapa laboral. Conformar un currículum diferenciado, con estudios en las más prestigiosas universidades europeas, es un componente esencial y casi necesario para acceder al complicado mercado gremial actual, y un aspecto que muchas empresas tienen en cuenta a la hora de realizar la selección de sus aspirantes.
Estas particularidades, junto a su pasión por conocer nuevos lugares, son las que impulsaron al onubense Antonio Velo a viajar a la ciudad italiana de Turín, una ventana a Europa por su cercanía con otros países Francia o Alemania, y en la que se encuentra realizando el tercer curso universitario de Ingeniería Aeroespacial en el Politecnico di Torino, una formación que comenzó en hace unos años en la Universidad de Sevilla motivado por su interés por la ciencia, un campo de estudio que, junto a la música, conforma otra de sus grandes pasiones.
De su experiencia, que comenzó en septiembre de 2013 y finalizará el próximo mes de julio, este joven onubense de 22 años de edad destaca el hecho de conocer a nuevas personas que le están permitiendo ampliar sus conocimientos sobre las diferentes culturas, además de sus clases de italiano, en las que está adquiriendo una base sólida de vocabulario referente a su campo de estudio y que, según sus expectativas, le será de gran utilidad en un futuro.
De carácter agradable, gran amigo de sus amigos y buen compañero de todos sus conocidos, este joven nos abre las puertas de su piso en Turín mostrándonos como es su día a día, compartiendo con nosotros divertidas anécdotas y dándonos a conocer los principales encantos de la ciudad en la que vive, el centro cultural y de negocios más importante del norte de Italia y capital de la región de Piamonte, y todo ello sin olvidar los sentimientos de añoranza que habitan en él al estar lejos de Huelva y, en especial, de Bonares, localidad de Antonio Velo.
– Antonio, ¿Cómo está siendo tu experiencia en Italia?
– Está siendo una experiencia bastante positiva, y hasta ahora me está yendo todo mejor de lo que esperaba. Soy una persona a la que le gusta viajar y conocer lugares nuevos, por lo que estoy disfrutando mucho de mi estancia aquí. Además, soy un apasionado a la música, y Turín me permite realizar actividades lúdicas de mi agrado, como disfrutar de conciertos de forma económica, pues, por ejemplo, mi facultad ofrece cada lunes un concierto gratuito para los estudiantes. También he tenido la oportunidad de asistir a la ópera italiana de primera mano, y probar cosas nuevas como ir a esquiar, ya que aquí es algo más económico que en España.
– ¿Y por qué Turín?
– Elegí Turín, principalmente por la ventaja que me ofrece su localización a la hora de viajar, ya que se trata de una ciudad situada al norte del país, muy cercana a otros países – lo que también la hace más europea, aunque conserva una gran variedad de motivos y costumbres italianas – . Además, el clima es más frío y me apetecía experimentar un cambio en este sentido durante un tiempo, dado que siempre he vivido en el sur de España.
– ¿Qué es lo que estás haciendo allí?
– Mis estudios son casi mi única ocupación, además de la razón por la que decidí venir. Las clases de italiano, y la carrera en general, ocupan gran parte de mi tiempo, y los ratos libres que me deja la universidad los invierto en disfrutar de la experiencia. Eso sí, el alto precio de un corte de pelo de hombre aquí, sobre unos 25 euros, me hace ejercer de peluquero a menudo con algunos amigos.
– ¿Cómo fueron tus primeras semanas en el extranjero?
– Al llegar me hospedé en un hostal, en una habitación compartida en la que cada mañana encontraba a algún extranjero nuevo; precisamente aquí fue donde conocí a uno de mis compañeros de piso. Los primeros días fueron los más duros, ya que pasaba las mañanas en interminables colas para arreglar todo el papeleo y muchos días tenía 4 horas de clases de italiano, incluso sábados. Todo esto mientras tenía que ocuparme de encontrar alojamiento a contrarreloj en una ciudad nueva y con un idioma en el que apenas me defendía. Pero con el tiempo, todo se normalizó.
– Y finalmente encontraste piso…
– Si, así es. Vivo en un piso con otros 3 estudiantes: un catalán, una gallega y una palentina. Convivimos haciendo gala de nuestros tópicos e idiosincrasias, y así todos aportamos algo diferente a este hogar. Al principio tenía miedo, pues no sabes a ciencia cierta cómo puede salir, ya que nos veíamos firmando un contrato de 10 meses con personas que habíamos conocido hace menos de 24 horas. Sin embargo, considero que he tenido muchísima suerte y que la convivencia es buena.
Además, es un piso preparado para estudiantes, y cuenta con tres cuartos de baño para 4 personas, lo que supone una gran ventaja a la hora de prepararnos para salir. El inconveniente es la ausencia de salón, reconvertido en habitación grande para ser alquilado a otro estudiante, y de un sofá, elemento que echo mucho en falta, a pesar de no tener televisor. Otro aspecto destacable es la comida, pues aquí no llegan los ‘tuppers’ de mi madre que me han acompañado durante tres años en Sevilla.
– ¿Y qué es lo que más destacarías de tu aprendizaje en el extranjero?
– Pues, teniendo en cuenta que Turín y Huelva tienen similitudes culturales, lo que más he aprendido ha sido a vivir lejos del calor de mi familia y amigos, en otra ciudad y con otro idioma. Se aprenden muchas cosas de una experiencia así, tanto a nivel académico como personal.
– Entonces recomendarías tu experiencia, ¿no?
– Sin duda alguna. Creo que todo el mundo debería tener el derecho a vivir una experiencia como esta para formarse como persona, aprender, hacer nuevas amistades y conocer otras culturas.
– ¿Alguna anécdota de tu estancia en Turín para compartir con nosotros?
– Anécdotas han ocurrido muchísimas, y seguro que si intento contárosla todas me dejo alguna buena en el tintero. Recuerdo que, cuando tan solo llevaba unos días aquí, a eso de las 3 de la madrugada, se reventó una tubería y la cocina comenzó a anegarse mientras no encontrábamos la llave de paso ni sabíamos a quien llamar o qué decir. Otra anécdota que merece la pena ser destacada es que un día, en lugar de tomar el autobús 10, tomé el 10N, y acabé a las afueras de la ciudad; aún era un novato por aquí, así que podéis imaginar cómo me sentí cuando no sabía en qué lugar me encontraba. Y por mencionar alguna otra, quizás de las mejores que me han sucedido ya que nunca olvidaré, es que al levantar una taba del suelo que estaba un poco suelta, encontramos un par de cajas llenas de cartas que pertenecían a las distintas personas que habían vivido aquí, una de ellas durante 8 años. Las cajas llevaban más de 5 años allí sin que nadie las hubiera encontrado, y en las cartas que contenían los autores se despedían de la casa y de los momentos aquí vividos, depositando pequeños recuerdos materiales y unos mechones de su pelo.
– ¿Y qué puedes decir de tu experiencia con el italiano?
– El italiano era un idioma desconocido para mi, por lo que durante el verano, antes de venirme, seguí un curso de italiano a través de vídeos que ofrecía el Politecnico di Torino en Internet. Era de nivel básico, pero fue mucho mejor que venir sin nada. Luego hice el curso intensivo aquí, aunque conforme pasaban los días dejaba de ser útil, pues mientras en el mismo me enseñaban conceptos básicos como los colores, en las clases de ingeniería te explicaban conceptos difíciles relacionados con la materia.
Ahora bien, considero que desde que estoy aquí he evolucionado mucho, sobre todo a la hora de entender, pues expresarme en italiano todavía me cuesta a pesar de haber hecho exámenes orales. Pero por suerte, como las matemáticas son universales, el idioma no ha sido el gran problema para mí. Además, no todas las asignaturas se imparten en italiano, pues hay algunas en inglés, y con este idioma estoy familiarizado desde hace más tiempo.
– Antes me has comentado que te gustaba viajar mucho…
– Si, así es. Me gusta viajar bastante, y es algo que quiero seguir haciendo durante este año, ya que la localización de Turín es inmejorable en este sentido. Desde que estoy he podido disfrutar de ciudades como Milán, Florencia, Ámsterdam… y próximamente podré hacerlo de otras como Venecia – aprovechando que es carnaval -, Verona, Génova y Roma. Además, cuando estudiaba bachillerato pasé un par de semanas en Dublín aprendiendo inglés.
– Háblame de Turín, Antonio.
– Turín es una ciudad un poco más grande que Sevilla y que a mí me parece bastante bonita. Por aquí pasa el río Po, y su símbolo más importante es la Mole Antonelliana, la cual aparece en las monedas italianas de 2 céntimos. Además, al ser una ciudad cercana a los Alpes, estos pueden divisarse fácilmente en días despejados, mostrando un paisaje muy llamativo. Una de las cosas que me llaman la atención de la ciudad es la cantidad de obras que hay de restauración de fachadas, ya que se conservan los edificios antiguos con el estilo más característico de aquí.
Turín tiene además uno de los mercados al aire libre más grandes de Europa, y varios parques y plazas grandes, donde a menudo se organizan actividades de todo tipo.Es, además, la sede del equipo de la Juventus y de la empresa FIAT.
– ¿Y de Huelva, qué dirías?
– A Huelva la considero una provincia muy completa, desde sus playas hasta la sierra. Además, creo que goza de una importancia merecida en gastronomía -de hecho, he conocido algún italiano con muchas ganas de visitar Jabugo por el jamón-, además de conocida también por fiestas populares, como por ejemplo El Rocío, y por su cultura.
– ¿Qué es lo que más echas de menos de esta tierra?
– Echo de menos el sol, el buen tiempo y la comida. De mi pueblo, además de a mi familia y amigos, lo que más echo en falta son, sin duda, sus fiestas y el tocar la trompeta o el piano, actuar con la banda de Bonares…
– ¿Quieres mandar algún mensaje a todos los que te conocen?
– A mis amigos quiero decirles que, aunque esté lejos, es bueno saber que en mi tierra siempre podré contar con ellos; tanto con los que me conocen de siempre como los compañeros de instituto, los que conocí gracias a la música o los telecos y aeronáuticos. Y mi familia quiero que sepa que la extraño mucho, sobre todo las comidas de mi madre y de mi abuela, y la paella de mi padre, y que, aunque estén lejos, son un pilar importante para mí.
– ¿Cuáles son tus planes de futuro?
– Pues en principio terminar la carrera en Sevilla y mejorar también mi inglés. Una vez terminada pues quizás opte por estudiar algo más y empezar a trabajar si me es posible, o compaginar de alguna forma ambas cosas.
– Y por último, un deseo para nuestros lectores…
– Mi deseo es que todo aquel que quiera continuar su formación en el extranjero durante un tiempo debería aprovechar la oportunidad y las facilidades para hacerlo, ya que avanzamos hacia una sociedad más globalizada y esta experiencia te hace aprender y crecer como persona en un mundo en el que el intercambio de culturas es cada vez más importante.
2 comentarios en «Antonio Velo, un onubense en el Politécnico de Turín»
Que arte tienes hijo!:) Saludos desde Córdoba!demuestrale a los macarronis,lo que es ser un Velo!;)
Velo = Valor seguro.
Se te echa de menos XD
Antonio veeelo, lalalalalaala, antonio veeeelo, lalalalalalala!!!!