Bernardo Romero. Dentro de unos días, el próximo martes18 de febrero, se cumplirán 84 años de la muerte en la plaza de toros de Málaga de un torero especialmente querido y aún recordado en su ciudad natal, Manolito “Litri”. Fue un toro de Guadalest de nombre Extremeño quien acabara con la vida de un joven torero hijo natural de un maestro en el arte de torear ya retirado pero gloria viva de la Huelva de principios de siglo Miguel Baez Quintero. Cuando Manolito “Litri” fue a encontrarse con la muerte en la plaza de Málaga, no había cumplido aún los veintitrés años, persona jovial y extrovertida, hizo gala de una manera temeraria de torear y un valor incuestionable. A pesar de lo corta de su carrera, llenaba plaza tras plaza y toreó junto a los más rutilantes nombres de la época, consiguiendo trofeos tan preciados como el que acabaría abriéndole la puerta de las mejores plazas de España y los mejores contratos, la Oreja de Oro que obtuvo en la Corrida de la Prensa de Madrid de 1925, en valiente disputa con el torero de Ronda Cayetano Ordoñez “Niño de La Palma”, Freg y Nicanor Villalta. De ahí el fandango que tantas veces se cantara en colmaos y tabernas de Huelva: “Qué importa que sea de Ronda / y se llame Cayetano, / cuando la Oreja de Oro, / que guarda como un tesoro, / la trae el Litri en la mano”.
La brillante carrera de Manolito el “Litri” se vería truncada en aquella aciaga tarde malagueña, pero la dinastía de los Litri tendría continuidad al casar el padre del torero, que a la sazón era viudo, con una joven y hermosa admiradora amiga de su fallecido hijo, con la cual tuvo un nuevo retoño al que quiso alejar de los cosos sin demasiada fortuna, pues Miguel Báez Litri seguiría los pasos de su hermano de padre, alcanzando la fama ya de todos conocida y dejando el testigo a su hijo, también de nombre Miguel y donde de momento ha finalizado la tremenda dinastía onubense de toreros.
Una semana antes de que se cumpla el aniversario de la muerte de Manolito el Litri, este martes 11 de febrero -la cogida fue realmente un día once, aunque el torero no fallecería hasta una semana después-, se ha presentado en el Museo Provincial de Huelva un excelente dibujo que el pintor onubense José Dabrio realizara ese fatídico 18 de febrero de 1826 en la misma habitación donde yacía el torero, en la clínica del doctor Lazárraga.
José Dabrio, con una intensa trayectoria pictórica en Sevilla, donde se dedicó con especial profusión a la pintura religiosa, nació en Huelva con el siglo y falleció a los setenta y cinco años de edad. Su carrera es poco conocida en esta su ciudad, pero se puede admirar parte de su obra en el Museo de Huelva, en cuya exposición permanente está en la actualidad un “retrato de joven” que da cuenta de la formidable ejecución y hermoso trazo del pintor onubense.
El dibujo de José Dabrio “Manolito Litri yacente”, que impresiona al verlo por el realismo y el sentimiento con el que está realizado, ha sido donado por la familia del pintor al Museo de Huelva, y el acto de entrega contó con la presencia del director de la pinacoteca onubense Pablo Salvador Guisande y del delegado territorial de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía, Vicente Zarza, que se hizo cargo de una obra de arte que es además documento esencial para una ciudad que no olvida a su torero, a Manolito el Litri, cuyo monumento funerario, ahora en el nuevo cementerio de la Soledad y antes en el de San Sebastián, erigido por suscripción popular, siempre tiene flores frescas cuando se cumple el aniversario de su trágica muerte.