Isaac del Pino / @Idelpinodiaz. El domingo 26 de enero queda dispuesto como el día en que la silla Z de la Real Academia de la lengua Española, vacante por D. Francisco Alaya causa mortis, será ocupada por otro andaluz que, además de serlo, es onubense de nacimiento. Hablo de D. José Luis Gómez García.
Y esto para mí -y otros- supone una alegría y un reproche más hacia la sociedad onubense, que comúnmente, de cuanto a referentes de orgullo se refiere, solemos quedarnos en Juan Ramón. Solemos olvidarnos de quienes salieron de Huelva, como es el caso, a ver mundo; pasando por París, Praga y Berlín, entre otros. Nuestros hijos pródigos que salen de las barriadas, cual protagonista de El niño que quiso llamarse Paul Newman -con mejor final-, para hacer futuro y nombre. Siendo un deber quasi-moral enorgullecernos de nuestros retornados hijos, aunque éstos lleguen a nosotros, de nuevo, por puño y letra editorial.
Y en ello estamos, desde la humildad que me concedo siendo también de los que se quedan en «La rosa» de J.R. Jimenez, reconociendo las virtudes del pre-citado actor, cineasta y director, distinguidísimo, nacido allá por el 40 en el mes de abril.
Aprendiz de Jacques Lecoq, actor y mimo, tal cual Gómez en su comienzo -ya saben, de tal palo-. Y a su vez estudiante del “Instituto Dramático Alemán de Westfalia”. Y rematado su aprendizaje en las Américas, allá por Nueva York en el “Actor’s Studio” de Lee Strasberg. Reconocido actor por su papel en El mito de Edipo Rey y como director en, el algo más español, Bodas de Sangre, obra insigne de un preciado Lorca. Habiendo colaborado con grandes del cine como Saura y Almodóvar. Siendo imposible citar cada una de sus condecoraciones en el mundo de las artes sin morir de envidia sana en el intento. Pero, pese a todo, destacando la cruz de Caballero de las Artes y Letras de Francia, así como la Medalla de Oro al Mérito en Bellas Artes del Ministerio de Cultura -éranse días menos convulsos para los actores, directores y cineastas; y la cultura en general-.
Y, ahí se sentará, junto a grandes como Reverte, Pombo, Bosque y Marías entre otros igual de meritorios. Parece ser que Huelva es el comienzo -el alfa-, y en este caso la silla Z conmemora un omega -destino- del que los onubenses podemos estar más que orgullosos, claro está, sin desmerecer a Juan Ramón.
2 comentarios en «De Onuba como alfa con destino a la Z»
Un verdadero honor para Huelva esta noticia de la que, lamentáblemente, al no ser populista, se hablará menos de lo debido, pero debería ser un acicate para mostrar que la faceta cultural es la que puede generar esa riqueza interior que algunos nos quieren quitar, y nosotros nos dejamos con pasmosa facilidad.
Mi enhorabuena a José Luís, a Huelva y al autor de este artículo, Isaac.
Es de bien nacidos… Ya sabe usted, Benito. Le agradezco sus palabras, me comprometo a seguir en la línea, y comparto su visión -por descontado-.
Un abrazo