Elisabeth Méndez. Muchos onubenses se sorprenderían si supieran que bajo el suelo sobre el que ahora habitan paseaban grandes tiburones hace unos ocho millones de años, algo impensable y que puede parecer incluso ficticio, pero que ha sido evidenciado gracias al hallazgo en la localidad onubense de Beas de un ejemplar de diente del ‘Carcharocles megalodón’, el tiburón más grande que ha existido en la Tierra.
Se trata, según explica a Huelva Buenas Noticias el investigador perteneciente al grupo de Paleontología y Ecología Aplicadas de la Universidad de Huelva, Manuel Abad, quien dirige además una tesis doctoral sobre este tema, “de un fósil con una dimensión de 15 centímetros, y del que hemos podido deducir que el tiburón tendría una longitud de entre unos 15 y 18 metros, y un peso de 50 toneladas”. Además de su magnitud, Abad manifiesta que, a pesar de no ser el único ejemplar fósil de esta especie encontrado en la provincia de Huelva y Sevilla, “el diente cuenta con la peculiaridad de estar muy bien conservado, con un esmalte perfecto y los bordes aun afilados. Una pieza excepcional que podría estar expuesta en cualquier museo del mundo”.
La pieza fue hallada en una explotación de arcilla de Beas hace unos años, y entregada a la UHU en octubre de 2013 para su estudio. En concreto, el diente apareció en un bloque de arcilla que, como el resto de los que se encontraban en la fábrica, tenían como fin su transformación en ladrillos para su posterior venta en la localidad, pero el dueño decidió darle a este un destino distinto, extrayendo de él con cuidado el diente de gran tamaño junto a algunos más pequeños que le acompañaban, y guardándolos envueltos en terciopelo en una caja que fue descubierta hace unos tres meses por su nieto, Juan Miguel Caballero, quien, intuyendo el valor de las piezas, se puso en contacto con el Grupo de Investigación ‘Ecología y Paleontología Aplicadas’ de la Universidad de Huelva.
“Esta colaboración de onubenses aficionados es fundamental para la Universidad, pues el patrimonio de Huelva es muy importante y no podemos cubrirlo todo. Este diente no hubiera llegado nunca a nuestras manos si no llega a ser por el interés de Juan Miguel Caballero”, comenta Abad, destacando el importante papel que cumple la sociedad onubense en las investigaciones que se llevan a cabo en la entidad académica.
Este especialista, quien entre otras cosas ha publicado una tesis doctoral sobre ‘La transgresión tortoniense en el margen pasivo de la cuenca del Guadalquivir : respuesta estratigráfica e implicaciones paleontológicas’, revela que, gracias a las indagaciones y al conocimiento del grupo sobre el tema, se ha podido deducir que “el ejemplar encontrado data de hace 7 u 8 millones de años, momento en el que esta especie marina habitaba en el mar que se ubicaba en lo que hoy día es la cuenca del Guadalquivir y el Andévalo onubense, que en aquella época era todo agua, uniendo el mar mediterráneo con el océano atlántico, y que debió de tener una profundidad mínima de 200 a 300 metros, más que suficiente para la vida de estos grandes animales”.
Sobre este hallazgo está investigando en la actualidad el geólogo onubense y doctorando Antonio Toscano, a quien Manuel Abad está dirigiendo la tesis sobre ‘Vertebrados Marinos del Neógeno del Suroeste de España’. En el marco de este trabajo, que según nos explica Toscano “se encuentra ya en su última fase”, se están hallando importantes y novedosos descubrimientos, como “restos de ballenas, cachalote, tiburones, tortugas, delfines, aves marinas, una gran diversidad de peces e incluso una cadera de foca”, añadiendo que “algunos restos pertenecen a especies que ya se han extinguido, como es el caso de los dientes de tiburones que han aparecido en Beas”. En este sentido, Manuel Abad añade que “todas estas especies que se están encontrando dan como resultado un rico ecosistema marino en la zona, y que permitía al megalodón alimentarse”.
Y es que la especie Carcharocles megalodon –el mayor tiburón que ha existido en el mundo, pudiendo alcanzar hasta los 18 metros de longitud, y que apareció hace unos 20 millones de años, extinguiéndose hace sólo 1,5 millones de años-, se alimentaba de ballenas, focas, grandes peces, e incluso de otros tiburones que, como este trabajo de investigación está demostrando, habitaban en el mar que en aquella época bañaba parte de la provincia de Huelva. Entre esas especies se encontraba, por ejemplo, el Cosmopolitodus hastalis, el ancestro del actual Tiburón blanco, a quien pertenece los pequeños dientes hallados junto al gran ejemplar del depredador.
En su estudio sobre vertebrados marinos fósiles de Huelva, Toscano se centra en el periodo comprendido entre hace 8 y 3 millones de años, y para el que está acudiendo a las zonas más antiguas de la provincia, “desde Lepe hasta Huelva, Trigueros, Gibraleón, Niebla, Bonares o Lucena”, escenarios en los que ha encontrado todo un legado histórico marino que ha sido preservado en arcilla y otros materiales más antiguos, como las piedras con las que está realizado el Monumento a la Fe Descubridora, y que proceden de Niebla.
“La arcilla se corresponde con las zonas más profundas, y en las que han aparecido quimeras que viven a unos 4.000 metros de profundidad”, explica Toscano, aportándonos de esta forma nuevos datos sobre el mar que existió hace millones de años en la provincia de Huelva. Para él, la fecha exacta de vida de los fósiles se conoce gracias a que “esos restos que encontramos vienen acompañados de una especie de ‘bichillos’ de fácil descomposición, y que son los que nos sirven para averiguar su edad”.
Para llevar a cabo este trabajo de investigación, Antonio Toscano está recibiendo la ayuda, además de Manuel Abad como director de la tesis, de María José Clemente y Paula Gómez, dos estudiantes de posgrado de la Universidad de Huelva y jóvenes investigadoras que trabajan en la ‘Paleontología del Neógeno y Cuaternario de Huelva’, y que se han implicado también en los trabajos de indagación sobre el diente aparecido en Beas.
“Hasta ahora los trabajos que se han realizado en la Cuenca del Guadalquivir, que por aquel entonces era el canal de comunicación del mar con el océano, se han centrado en moluscos, bivalvos o artrópodos que han servido a los investigadores para conocer la profundidad del mar, pero no hay nada escrito sobre tiburones”, explica el doctorando, exponiendo de esta forma el interés de su trabajo no solo para conocer la rica historia marina de nuestra provincia, sino también por sus aportaciones a la historia de España y Europa, “pues hemos encontrado algunas especies de cuya existencia no se tenía constancia ni en nuestro país ni en Europa”.
Además de este descubrimiento, este trabajo que Antonio Toscano espera presentar en este 2014, aportará nuevas informaciones sobre la evolución de las especies, el clima o la transformación de la línea de costa, por ejemplo. Una merecida recompensa para este onubense que, según confiesa a Huelva Buenas Noticias, lleva toda la vida dedicado al trabajo de los fósiles, “desde que era niño y me iba con mi padre a buscar piedras en El Portil hasta que decidí ampliar mis conocimientos con la carrera de Geología”, realizando además, tras finalizar esta en 2008, el Máster en Patrimonio Histórico Natural de la Universidad de Huelva.
Gracias a sus esfuerzos, podremos conocer mejor el rico legado paleontológico de nuestra provincia y la exquisita vida marina que en ella ha existido, poniendo en valor además la amplia variedad de vertebrados marinos que habitaron hace millones de años en la Península Ibérica. Un trabajo que, por su importancia, estamos seguros de que viajará más allá de nuestras fronteras, llevando una vez más el nombre de Huelva y su Universidad a lo más alto del ranking científico e investigador.
6 comentarios en «El tiburón más grande del mundo habitó en tierras onubenses, según demuestra el hallazgo de unos fósiles en Beas»
Enhorabuena a Antonio Toscano y a todos los que le acompañan en tan interesante campo de investigación.
Esperemos que su labor tenga el eco y el respaldo social que se merece.
Enhorabuena por vuestra labor de desarrollo e investigacion que hace crecer aun mas a nuestra tierra!
Como amante de los tiburones y onubense, me alegra mucho ese descubrimiento y, sobre todo, que existan personas que dediquen su trabajo a la investigaciòn y posterior divulgaciòn. Ojala mucho de lo que se investiga llegara a la ciudadanía.
Keep up t’ good work!
al igual q alejandro soy onubense y amante de los tiburones, me parece fantástica esta noticia, a ver si nos llega mas información enhorabuena a todos.
¿Habitó en tierras Onubenses?
Entonces me queda la duda, ¿¿el megalodón era un pez terrestre??
0_o
Soy costarricense y tengo un diente de magalon y no lo he llevado a ninguna parte pero mide 9 centímetros!!!