El color de la mina de Riotinto, una de las fuentes de inspiración de la pintora Ángeles Prieto

Ana Rodríguez. Una mujer llena de vitalidad con una gran pasión: la pintura. Así es Ángeles Prieto, a quien todos conocemos por las diversas exposiciones que ha realizado en la provincia de Huelva, aunque sus cuadros también han llegado al extranjero, a ciudades de Francia, Italia o Bélgica.

Prieto es natural de la Sierra norte de Sevilla, concretamente de El Ronquillo, aunque lleva muchos años residiendo en Huelva, “tantos que para mí es mucho más que un lugar donde vivir y trabajar. Diría que mis sentimientos entre Huelva y El Ronquillo son los de ‘tanto monta, monta tanto», afirma la artista citando esta famosa frase que recuerda al lema del Reino de Aragón en el siglo XV. Además, en Huelva ha encontrado un filón para su inspiración, la mina de Riotinto, que nunca se cansa de contemplar y reproducir por la viveza de sus colores y su gran belleza.

Siempre le gustó pintar, desde pequeña lo tenía claro, aunque no pudo realizar la carrera de Bellas Artes como hubiera deseado. Si bien, eso no fue obstáculo para que cuidara su formación y estudiara con algunos de los mejores maestros que ha dado Huelva, como Fernando Rivera y Fernando Domínguez.

Culta, directa, cercana, paciente. Son cualidades que posee esta gran mujer y que le valen en demasía para ejercer sus ‘dos oficios’: el sanitario, pues Ángeles es enfermera de profesión, y el artístico, al que dedica su tiempo libre. Además de pintar, Prieto también estudia esta disciplina de manera autodidacta y gusta de “contemplar exposiciones de otros compañeros, buscar y ‘ver’, aquellos motivos que me ‘llamen’ para después plasmarlos en un lienzo”, afirma la artista, quien resume su doble vertiente destacando que “substancialmente trabajo y pinto, considerando la pintura mi segunda profesión”.

Ahora, Prieto está inmersa en la creación de una nueva colección de cuadros que será una realidad el próximo 2014 y que desea exponer en su tierra adoptiva. Asimismo, está elaborando un blog sobre pintura y no descarta, de cara al futuro, ingresar en la Facultad de Bellas Artes, pues, como bien explica en esta entrevista, “en la vida nunca es tarde para nada”.

– ¿Desde cuándo pinta? ¿Cómo surgió esa necesidad?
– Aunque no fui muy mala estudiante, las asignaturas donde obtenía las mejores notas eran siempre en dibujo o en aquellas que estuviesen ligadas al mundo del arte. Quizás desde pequeña ya pintaba, aunque a mi manera… En cuadernos, cuartillas, o cualquier otro medio a mi alcance. Siempre estuvo esa necesidad latente, esas ganas de poder realizar mi deseo. Comencé a hacerlo en serio hace más de 20 años, viviendo ya en Huelva.

– ¿Con quién se formó?
– Estuve varios años en la Academia Arte2, en la calle Marina, regentada por dos licenciados en la facultad de Bellas Artes Santa Isabel de Hungría de Sevilla. Era una casa antigua, preciosa… Francisco Rivera -que murió siendo joven-, preparaba a los alumnos para ingresar en BBAA, y él me estuvo dando clases de dibujo durante dos años: carboncillo, sanguina, pastel, acuarela, tinta, apuntes del natural… Por su parte, Fernando Domínguez fue el encargado del color, del óleo, de la familiaridad con los formatos y otras técnicas. En total estuve cinco años con estos dos profesores, con estos dos fuera de serie como personas y como artistas. Fue una época preciosa e ilusionante para mí, de mucho aprendizaje, aunque al final no pudiese estudiar en la Facultad por no existir en Huelva esta disciplina.

– ¿Cómo es Domínguez?
– Valiente, directo, con un gran sentido del color. Fernando es un magnífico y reconocido pintor; aprender a su lado fue un lujo y una suerte para mí.

– ¿Tuvo otros maestros?
– Posteriormente estuve pintando con David Morales, en su academia de la calle San Marcos. Otro maestro grande y singular. De él aprendí la pincelada amplia, la soltura con la espátula, a manejar casi todo tipo de texturas, a ser más valiente y directa, más creativa. Todos ellos han dejado una huella imborrable en mí.

– Además de a la pintura, ¿dedica su tiempo a otras disciplinas artísticas?
– Me encantan otras disciplinas, como la serigrafía, encáustica, temple, o la escultura, incluso he estado un tiempo al lado de Manolo Garrido, estupendo escultor, aprendiendo el manejo de otras materias que eran desconocidas para mí… Pero no pude estar demasiado tiempo, siendo una asignatura pendiente la que tengo con él y con la escultura. De todas formas, mi pasión autentica, real, la que me atrae y me fascina, es la pintura.

– ¿Qué técnicas suele emplear?
– Sobre todo trabajo con el óleo. Utilizo también acrílico, pero en general como comienzo de un cuadro, por su rapidez de secado y la opción que nos da para continuar el avance de la obra. Prefiero siempre el óleo por su versatilidad, su retraso en el secado, que nos permite continuar después, la fuerza de sus colores y el resultado final. Empleo constantemente técnica mixta. Siempre trabajo, por ello, sobre tablero marino, ya que éste soporta mejor que el lienzo el empleo de texturas más fuertes y el uso del collage si éste fuera más potente.

– ¿Qué le gusta pintar principalmente?
– Casi siempre paisajes, aunque también pinto bodegones, marinas… Me atraen considerablemente los de la Sierra, sobre todo en otoño. Los colores de esa estación son mis preferidos: amarillos, naranjas, ocres, tierra tostadas y sienas, carmines… aunque no desdeño los vibrantes tonos de la primavera. Y, por supuesto, ¡pintar la mina de Riotinto me deslumbra!, por el inmenso colorido de los distintos minerales y sus posibilidades artística. ¡Y el río Tinto, con ese colorido singular y único! Lo he pintado desde mil perspectivas distintas. Me enamora. En general, el color me fascina y lo empleo a fondo, con fuerza, siguiendo una línea homogénea. Disfruto enormemente aplicándolo.

– ¿Alguna vez se planteó dedicarse exclusivamente al arte?
– Vivir exclusivamente del arte es casi una utopía. Hay demasiados pintores y es muy difícil entrar en el circuito del arte, allí donde están las ferias, las galerías, los coleccionistas…El lugar donde vives también influye, no es lo mismo residir en Barcelona o Madrid que lejos de los centros donde hay mayor ambiente y posibilidades para el artista.
Desde luego, en un futuro no muy lejano, emplearé todo mi tiempo para el arte, desde pintar sin horas prefijadas, llevar un blog de pintura del que estoy concretando el nombre y donde se hablará de muchas cosas referentes a ello, preparar otro estudio en el pueblo…Todo sin descartar mi anhelado ingreso en Bellas Artes, porque nunca es tarde para nada, y menos para cumplir un sueño.

– ¿Qué exposiciones ha realizado?
– Después de tanto tiempo, muchas ya, tanto individuales como colectivas. Pertenezco a la Asociación de Pintores Onubenses (AAPOEM) y he participado en gran cantidad de ellas. También en las individuales, en la Casa Colón… Hemos salido fuera, y desde luego, me ha aportado mucho en el terreno de la visibilidad artística. También he participado en otras colectivas, sin la Asociación. Algunas de las individuales que he realizado han sido en la Sala Retiro de Madrid, en la Fundación Caja Rural del Sur en Huelva, la Feria Internacional del Arte de Marbella; en Córdoba, Málaga, Barcelona, Sevilla; Feriart (Gante, Bélgica); Mercado del Arte (Francia, Italia)…

– ¿Tiene nuevos proyectos expositivos? ¿Y de otro tipo?
– Estoy completando una colección sobre paisajes que no estará concretada hasta que pasen unos meses. La pintura al óleo es lenta y son muchas las obras que hay que dedicar para completar una sala. Pero será para este próximo 2014. Una de ellas, desde luego, se hará en Huelva. Sobre los proyectos de otro tipo, están encauzados a la proyección de lo que pinto y a la dedicación del blog que espero tener preparado para publicar muy pronto, con ciertas novedades en su contenido…

– ¿Qué siente cuando está ante un lienzo en blanco?
– Bueno, ningún «miedo escénico». Siento ilusión por lo nuevo, por dar los primeros trazos en carboncillo y, a continuación, mancharlo de color. Es el momento más loco, en el que más se disfruta de libertad en el momento de la ejecución, sin posibles ataduras ni cortapisas. Para mí lo importante es tener claro qué es lo que queremos hacer, aunque después nos alejemos de la idea original porque la creatividad manda.

– ¿Qué le aporta la pintura?
– Mucho. Me aporta fe, ilusión, concentración, creatividad…y disfrute, mucho disfrute. Puedo tomarme una vacaciones, poner la tierra en barbecho, eso sí, pero no podría vivir sin ella.

– ¿Qué es para usted el arte, su esencia?
– El arte permite expresar ideas, emociones, ya sean reales o imaginarias. Es también algo subjetivo: unas manchas pueden producir emoción a quien las contempla y a otros no decirle absolutamente nada. Creo también que el verdadero arte tiene la felicidad efímera de ser irrepetible, sin que pueda duplicarse ni repetirse con facilidad. Por otro lado, ya en el plano de la figuración, sería ideal que si el artista busca generar un sentimiento de drama, la gente no se ría, que consiga lo buscado. El arte es emoción, es protesta, es alegría. Molina Foix afirmaba que «en momentos de tristeza y desánimo, el arte alivia la vida».

– ¿En qué momentos suele pintar?
– Por el horario de los turnos, en aquellos momentos del día en los que tengo un espacio de tiempo libre. Da igual que sea mañana, tarde o noche. Me gusta una buena música y la luz del día para pintar, pero tengo una anécdota curiosa al respecto: los cuadros más vibrantes en colorido casi siempre los he realizado de noche, con luz blanca, pero de noche…Los misterios de la pintura.

Muchas gracias Ángeles