Mari Paz Díaz. La orografía de la provincia de Huelva está marcada por los ríos, por el Guadiana, el Guadalquivir, el Odiel y el Tinto. Este último es uno de los más emblemáticos al cruzar gran parte de la geografía provincial, puesto que nace en la zona de la Sierra Oriental del Andévalo y llega hasta la Ría de Punta Umbría, pasando por las cuencas de localidades como Moguer y el norte de los términos municipales de Lucena del Puerto y Bonares.
En total, cerca de 100 kilómetros caracterizados por el color rojizo que le aporta la cantidad de minerales disueltos que lleva en sus aguas debido a la intensa actividad de la Cuenca Minera de Huelva, prueba de que su historia ha pasado por numerosas vicisitudes.
Para conocerlo mejor, el Ingeniero Técnico en Topografía por la Universidad Politécnica de Madrid Carlos Barranco decidió adentrarse en su tesis doctoral en un tema interesante y de lo más sugerente: los muelles desaparecidos del río Tinto.
Licenciado en Humanidades y Doctor en Cartografía por la Universidad de Huelva, Barranco, además, es Experto Universitario en SIG por la Universidad Internacional de Andalucía (UNIA).
Su trayectoria profesional se inició cartografiando los campos de Andalucía, una vez finalizados sus estudios de Topografía. Lo hizo en el Parque Nacional de Doñana, en el Departamento de Arqueología de la Diputación de Málaga, en el Ayuntamiento de Moguer y en Obras Públicas de la Junta de Andalucía. Así fue, al menos, hasta que en el año 1987 aterrizó en la Escuela Politécnica Superior en La Rábida, donde lleva realizando tareas docentes desde hace 26 años, enseñando topografía a los alumnos universitarios de Ingeniería, donde «es un placer transmitir tus conocimientos, y mas aun, poderlos aplicar», nos cuenta.
De forma paralela, este profesor se inició en el mundo de la investigación en temas relacionadas con la Ingeniería Cartográfica, Geodésica y Fotogrametría. De esta forma llegó a interesarse por los aspectos antropológicos del río Tinto, así como por la catalogación de los molinos mareales y de corriente en todo su recorrido.
En concreto, su tesis doctoral lleva por título ‘Los puertos perdidos del Tinto’, un tema con que el que «pensé que debía unificar las dos vertientes de mi formación académica: la ingeniería cartográfica y la humanística». En concreto, este trabajo realiza una búsqueda de algunos puertos ya desaparecidos y las causas que lo propiciaron, por lo que ha seguido varios puntos de vista, desde el cartográfico, hasta el geomorfológico, pasando por el histórico y el antropológico.
En total, en esta investigación se recogen, por orden ascendente por el río, los puertos de Palos de la Frontera, Moguer, San Juan del Puerto, Lucena del Puerto y Niebla. Si bien, en este aspecto, el autor advierte que «el de Lucena no es conocido ni siquiera por la comunidad científica actual, mientras que el de Niebla, aun hoy día, no hay acuerdo sobre la existencia de su embarcadero».
En cualquier caso, estos puertos tuvieron una importancia vital para la economía de la zona, tanto en el Atlántico andaluz, como fuera de los límites geográficos provinciales. No en vano, este estudio permite recuperar un patrimonio de indudable interés para la geografía histórica, al tiempo que descubre identidades del pasado y su cultura, por lo que su conocimiento nos permite proponer actividades que faciliten la recuperación de estos puertos para destinarlos a actividades productivas y de ocio. Un idea que era la hipótesis inicial en la que se basó este trabajo.
Y es que, para Carlos Barranco, no hay duda de que «el río Tinto fue una arteria fluvial de vital importancia para la Baja Andalucía a lo largo de siglos. Cronológicamente, y desde Niebla hasta Palos, todos estos puertos fueron núcleos principales donde se concentraba y difundía todo un mercado minero, agrícola, pesquero y salinero, además de otros productos de la zona«.
De hecho, a raíz de esta tesis se han descubierto algunas ideas desconocidas hasta ahora. Entre las conclusiones más relevantes se puede destacar, en primer lugar, la importancia que tuvo el río Tinto en sus facetas minera, marítima y comercial, puesto que «se han localizado huellas en la finca la Ruiza, que delatarían construcciones antiguas enterradas, una parte que queda por investigar».
Además, la aportación más importante ha sido la localización del puerto de Lucena, sobre el que hay información cartográfica que documenta la existencia de un embarcadero que servía de puerto de embarque para varios pueblos de la margen izquierda del río en 1863.
Más controversia parece existir con el caso del puerto de Niebla, aunque para este autor «de haber existido, como yo creo, debió de tener sus últimos días, allá por los siglos VI y VII d. C.». Por este motivo, «me gustaría que se continuasen los estudios, no solo arqueológicos, sobre el embarcadero de Niebla, teniendo en cuenta la geología y morfología de la zona del río a su paso por el pueblo. Un estudio del comportamiento hidrográfico, caudal, arrastre y la climatología contribuirían a esclarecer el calado que tenía el río por la ‘Puerta del embarcadero’ de la muralla y aguas abajo», nos apunta Barranco.
Por su parte, los puertos de San Juan, Moguer y Palos estuvieron en activo hasta mediados del siglo XX, siendo el de Palos, por su calado y cercanía al mar, el que todavía tiene un hilo de vida pesquera.
Más difícil parece ser cuándo comenzaron a estar en activo los puertos onubenses del Tinto, aunque todo parece indicar, según recoge el profesor, que «desde los primeros poblamientos en las orillas del río, hubo cierto trafico fluvial entre estos grupos, incluso antes de la llegada de los fenicios en el siglo IX a. C.».
Todas estas cuestiones forman parte de una tesis que ha sido dirigida por los doctores Juan Antonio Márquez Domínguez y Alida Carloni Franca de las áreas de Geografía y Antropología respectivamente, ambos del departamento de Historia II de la Universidad de Huelva.
Un trabajo que será publicado en breve, un libro con el que se pretende poner de manifiesto que, «sin histerismos ni rivalidades, debemos sentirnos orgullosos y defender el patrimonio natural y la riqueza de nuestra zona, de nuestra historia y siendo conocedores de lo que tuvimos y lo que tenemos, podremos fomentar mejor nuestras señas de identidad».
Porque, para Carlos Barranco, en la actualidad, «salvo en algunos sectores intelectuales y universitarios, no se le está dando una importancia adecuada a la categoría histórica del río Tinto».
A pesar de ello, el investigador reconoce que, desde hace un año aproximadamente, «y no digo que la tesis haya sido el detonante, todos los pueblos que han tenido su puerto han comenzado a promover y querer recuperar el patrimonio histórico que tuvo su puerto en el pasado».
Por ejemplo, Palos de la Frontera quiere recuperar su puerto y Moguer está interesado en la conservación de su muelle de la Ribera, una zona para la que Barranco propone un proyecto de puerto deportivo en su orilla.
Por su parte, San Juan del Puerto está buscando la ubicación de su primitivo puerto en la Plaza de la Marina, mientras que «el alcalde de Lucena, historiador, también está volcado en desempolvar las raíces de la villa, sin olvidar la importancia que Huelva en general le da a Niebla y su historia es conocida por todos».
En definitiva, una investigación que no dejará a nadie indiferente por las aportaciones realizadas, un proyecto con el que a Carlos Barranco le gustaría conseguir que el río Tinto recuperara su importancia, puesto que «con toda su historia y peculiaridades debería lograr el reconocimiento y orgullo de los onubenses de tener esta arteria de sangre roja».
Por el momento, para los interesados en este tema, en conocer un poco más del también denominado ‘río rojo’, ‘río minero’, ‘río de Colón’ o el ‘río de Marte’ pueden quedarse con el siguiente video aportado por Carlos Barranco, un trabajo audiovisual en el que se realiza un vuelo virtual por el río hasta Niebla:
10 comentarios en «Un estudio recupera los muelles perdidos del río Tinto»
Carlos, enhorabuena, interesantísimo trabajo por la temática y la originalidad. Adelante
En total, cerca de 100 kilómetros caracterizados por el color rojizo que le aporta la cantidad de minerales disueltos que lleva en sus aguas debido a la intensa actividad de la Cuenca Minera de Huelva,
¿es esta la causa del color rojizo, o es a causa de las bacterias que toman este color al contacto con la luz?
Según algunos escritos que he leído, los vikingos llegaron hasta niebla navegando por el tinto.
Estimado José Luis:
El trabajo no ha entrado el campo de la investigación biologica. Sabemos que es un factor importante los periodos de floración de la cyanobacteria, en el Mar «Rojo», como explicación de su denominación; en el caso del Tinto, lo desconozco.
Referente a la incursión de los Vikingos en Niebla, esto se realizaó a la vuelta del saqueo de Sevilla en el 844 d.C., en la que hicieron estragos. El texto dice que llegaron al puerto de Niebla. Aunque defiendo la existencia de este puerto, esta alusión, podría referirse al puerto de San Juan, que probablente formaría parte de la «kura» de Niebla.
Aprovecho este comentario para agradecer vuestras lecturas y agrado.
¡¡¡ ENHORABUENA HERMANO !!!
AUNQUE YA CONOCÍA TU INVESTIGACIÓN DESDE HACE TIEMPO, ME HA GUSTADO EL REPORTAJE DE HOY.
¡¡¡ ENHORABUENA DOCTOR !!!
UN ABRAZO FUERTE.
Sr. Barranco, han tenido que pasar mas de 500 años para que alguien se acordara por fin de los sitios de y por donde salimos.
Felicidades y muchas Gracias
Rodrigo…
Me encanta. ¡Vaya trabajo de calidad y atractivo!. Sigue deleitandonos con tus investigaciones. Muchos besos «señor de tierras y rios».
Enhorabuena Carlos, un trabajo interesante y súper original. Espero tener la oportunidad de leerlo completo.
Abrazos y de nuevo enhorabuena Doctor.
Muy bueno y original.
Saludos
Enhorabuena Carlos, por el trabajo sobre los puertos perdidos del Tinto.
Apoyo la idea de un puerto en Niebla diferente del de Lucena.
Mi mas sinceras felicitaciones por este trabajo tan completo e interesante.Ha tenido que ser de un labor dura e intensa, pero tu puedes con todo.Me gustaria verte pronto. Un abrazo campeon