Ramón Llanes. Chico busca chica, chica busca piso, emigrante busca trabajo, perro busca dueño, inmobiliaria busca clientela, banco busca intereses, niña busca Tablet, cura busca feligreses, noche busca luz, tiempo busca paciencia. El pantano ha cerrado su menstruación por el exceso, las hierbas nunca crecen en verano, las golondrinas se han dejado engañar, ahora parece primavera. No me encuentro, me he perdido en el último compromiso de arena, las vacas han dejado de ser sagradas, la indigencia es un oficio.
Esto es mundo, ni más acá ni más allá de la corrupción existe salvedad que traiga un gemido nuevo que parezca un respiro, para cuándo las ganancias de los “sin ganancias”, esos de siempre que nacieron y morirán quejándose de haber nacido; esto es mundo sin inspiración, hoy han desaparecido millones de estrellas, las he contado esta mañana y muchas ya no estaban, habían huido a otro firmamento; nosotros nos iremos alguna vez rebuznando por las pocas misericordias y las muchas maldiciones; esto no es el mundo, el mundo se parece más a un circo, el mundo tiene novias en cada universo y esto se ha convertido en un glosario de versos rotos. Y en esto nació Valentina con todos sus sueños y nos pusimos alegres porque sonreía con perfección.
Mujer que busca ternura, canción que busca letra, verso que busca voz, la soprano que encuentra partitura, dios que se pierde, Juan que busca libro, la nostalgia que se olvida, el tren que sigue en vía muerta, la madre que espera la llamada del hijo, la Navidad que se acerca a trompetazos, hemos solicitado lluvia para este viernes, los ojos de mi madre aún no están cansados, la soledad tiene lágrimas por vicio. Queda la desesperación agotada en el asiento último de la última noche del último optimismo y las cosas ya se han dicho y el prestidigitador ha desaparecido de este mundo y no estamos para cursos de alegrías. Hoy no me atreví a ponerle otro acento a la tristeza.