Redacción. La Concejalía de Infraestructuras y Servicios Municipales del Ayuntamiento de Huelva está llevando a cabo estos días la poda de palmeras en la calle San José y Paseo Independencia. Se trata de ejemplares del tipo Phoenix Canariense y Phoenix Datilífera, las más sensibles a la plaga del Picudo Rojo. En total, se podarán entre 70 y 80 palmeras sólo en esta zona de la ciudad, para a continuación, seguir de manera itinerante por todas las barriadas hasta cubrir todo el palmeral de este tipo concreto de especies amenazadas por la plaga.
Para llevar a cabo estas labores, se precisa de la estrecha colaboración con la Policía Local, para el desalojo de vehículos estacionados en la vía pública. La poda más habitual se realiza mediante plataforma elevada, con medios del Servicio Municipal de Parques y Jardines, aunque las palmeras más altas requieren el uso de la escala cedida por el Cuerpo de Bomberos, mientras que las más bajas, se podan desde el suelo.
La actuación se incluye en el operativo de prevención que desarrolla hace años el Ayuntamiento de Huelva, gracias al cual, se ha conseguido frenar la plaga del picudo rojo, protegiendo el palmeral de la ciudad. En este sentido, el teniente de alcalde del Área, Felipe Arias, ha señalado que “tras cinco años de batalla, hemos conseguido pasar del combate a la prevención”. Es el resultado de “un intenso trabajo, con el que hemos conseguido extraordinarios logros”, celebra Arias apuntando que entre 2008 y 2011, en la ciudad de Huelva sucumbían a la plaga del picudo rojo entre 30 o 40 palmeras cada año, mientras que actualmente, las cifras han descendido drásticamente para quedar reducidas a 1 o 2 ejemplares al año.
Anualmente, se desarrollan seis tratamientos de carácter preventivo, combinándolos con las podas, que se realizan en época de invierno, cuando se produce la parada biológica del escarabajo, siguiendo las directrices del protocolo marcado por la Junta de Andalucía e incluyendo la eliminación de restos de palmeras afectadas, mediante trituración de los mismos o enterramiento inmediato. Además, la poda de palmeras se realiza para garantizar la seguridad de los transeúntes, evitando el peligro de desprendimiento de hojas secas y el riesgo de caída por copas demasiado espesas que pueden ceder con el viento, además de evitar obstáculos en semáforos o farolas y liberar los recorridos de los autobuses urbanos. Asimismo, también es una apuesta por la estética general de la ciudad, ya que la caída de los frutos de las palmeras, especialmente cargadas de dátiles tras el verano, además de ensuciar las calles, puede producir riesgo de caídas y accidentes, por lo resbaladizo del suelo.
Para frenar la plaga del Picudo Rojo, el Ayuntamiento de Huelva mantiene en la actualidad distintos métodos de control sobre las palmeras. En primer lugar, los trabajos se centran en evitar todo tipo de heridas en las palmeras, para reducir los riesgos de entrada y ataques de la plaga.
A ello se suman los seis tratamientos que se aplican cada año, mediante pulverizaciones alternativas cada 45 días, durante los meses de calor, en Huelva de marzo a noviembre. Se trata de tratamientos anuales, en los que se combina la lucha biológica, con parásitos que devoran y eliminan al escarabajo y el uso de productos químicos inscritos en el Registro Oficial y autorizados para su uso en palmáceas. Además, durante el verano se llevan a cabo fumigaciones intensivas en las palmeras de la ciudad que se realizan de noche.
Gracias a la combinación del tratamiento preventivo, con la actuación inmediata en cada foco detectado, se ha conseguido, ha asegurado Felipe Arias, “no sólo frenar la plaga, sino también curar muchas palmeras y salvarlas de la tala”. Recordando además, que “las que ha sido imposible recuperar, en su mayoría, se han sustituido por nuevos ejemplares de la especie washingtonias, reemplazando a las palmeras canarias afectadas por la plaga”.