Redacción. El Foro para la Defensa y Conservación de la Dehesa, Encinal, organización integrada por más de medio centenar de entidades españolas y portuguesas que desde el año 2007 trabaja por el reconocimiento y la salvaguarda de los ecosistemas de Dehesa peninsulares, ha remitido al ministro de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, un escrito en el que se le pide que incluya a la Phytophthora Cinnamomi en el Catálogo Español de Especies Exóticas Invasoras, publicado en el BOE del pasado 3 de agosto de 2013. Así mismo, insta al Gobierno de España a que realice los trámites oportunos para que la Comisión Europea incluya esta especie dentro de la lista de especies invasoras que atacan y comprometen la supervivencia de las especies autóctonas en la Unión Europea. De hecho, el Ministerio ha creado un Grupo de Trabajo de Especies Exóticas Invasoras con el objetivo de promover la coordinación entre las administraciones, impulsar el intercambio de información y evaluar y diagnosticar las estrategias de control de las especies más problemáticas.
En la carta, Encinal traslada al ministro la preocupación de la organización por el hecho de que el catálogo español no incluya a una especie tan dañina como la Phytophthora Cinnamomi para un ecosistema tan exclusivo de la península ibérica como es la Dehesa, y teme que esta omisión provoque idéntico comportamiento en quienes en este momento se encuentran elaborando la lista europea. Del mismo modo, le informa de que organismos internacionales de la talla de la IUCN (International Union for Conservation of Nature) sí que reconocen a la Phytophthora Cinnamomi como una de las especies exóticas invasoras más dañinas del mundo.
La Phytophthora Cinnamomi es un hongo que ataca directamente a la raíz del árbol, en este caso, las encinas, provocando la pudrición de la misma y ocasionándole la muerte. Está directamente relacionado con el fenómeno que conocemos como Seca de la Encina, con el concurso de otros factores que Encinal lucha por investigar y determinar desde hace años con el fin de encontrar un remedio para acabar con el mal que está asolando este ecosistema fundamentalmente en el suroeste peninsular.
La inclusión de una especie en el catálogo no es una cuestión baladí. Supone la prohibición de su posesión o de su introducción en espacios naturales y el establecimiento de medidas de vigilancia y control, entre otras, que posibilitan que estas especies no se difundan por los ecosistemas a los que causan daño, un primer paso fundamental para llegar a su extinción algún día.