Redacción. La espectacular bodega del Diezmo Nuevo, conocida popularmente en Moguer como la Bodega de Sáenz, fue escenario anoche de una multitudinaria sesión celebrada en el marco de las ‘Tabernas Flamencas’, una iniciativa de la Peña de Cante Jondo de Moguer que pretende mantener vivo el estrecho maridaje que siempre ha existido en la ciudad del Tinto entre el cante grande y los vinos de la tierra.
El edificio, que se mantiene prácticamente igual que en la época dorada de la producción y comercialización de vinos en la comarca, conserva por tanto todo el encanto y la solera de las antiguas bodegas moguereñas, no en vano, se trata del único establecimiento que mantiene su actividad desde esos años de finales del XIX y principios del XX en los que Moguer era un centro vinícola de primer nivel, con productos tan reconocidos y valorados como su extraordinario vermut, primera marca nacional, o el popular vino de naranja.
En la edición de este año la Peña de Cante Jondo está dedicando sus tabernas flamencas a conmemorar el próximo centenario de la primera edición de ‘Platero y Yo’ que se cumple en 2014, y nada mejor que celebrar una de sus veladas en esta extraordinaria bodega del Diezmo Nuevo, a la que el propio Juan Ramón Jiménez se refiere en el capítulo titulado La Vendimia con estas palabras : ‘…¡Qué alegres en aquel tiempo las bodegas, Platero, la bodega del Diezmo!. Bajo el gran nogal que cayó el tejado, los bodegueros lavaban, cantando, las botas con un fresco, sonoro y pesado cadeneo…’.
En ese mismo escenario que el Nobel recreo con su exquisita pluma, se celebró anoche una gran gala flamenca a la que acudieron ataviados con trajes de la época en la que se escribió Platero, muchos moguereños y moguereñas que rindieron así homenaje al Andaluz Universal.
El alcalde Gustavo Cuéllar y varios miembros de la corporación local disfrutaron también de la gran velada flamenca en la que se sucedieron las actuaciones de los cantaores locales Antonio Rendón, Mª Ángeles Cruzado e Israel Moro, a los que acompañaron a la guitarra Rubén Martínez, Álvaro Mora y Francis Gómez, con el acompañamiento a las palmas de Eva Rodríguez y Lola Hernández, jóvenes artistas que llenaron con su fuerza y su frescura cada rincón de la bodega que acogió la nueva cita flamenca con los mostos y caldos de la ciudad.