Redacción. Un agente del Subsector de Tráfico de la Guardia Civil de Huelva, cuando circulaba por la autovía H-30 que circunvala a esta capital, advirtió la presencia de un ciclomotor que transitaba en sentido contrario, con el consiguiente grave riesgo de que se produjera un accidente.
A pesar de que el citado agente de la Guardia Civil se encontraba fuera de servicio y que viajaba de paisano y en su vehículo particular, no dudó en actuar e inició algunas maniobras de seguridad para advertir al resto de usuarios de la vía, a la vez que avisaba de manera acústica y óptica, al conductor del ciclomotor, advirtiéndole de su error.
El guardia civil logró que el usuario del ciclomotor, un hombre de 55 años de edad, detuviera el vehículo, estacionando el suyo a continuación de forma que ofreciera el máximo de protección a ambos. A continuación cuestionó a esta persona sobre las circunstancias por las que se había introducido en la autovía en sentido contrario al estipulado, percatándose inmediatamente que el conductor había sufrido algún episodio de enajenación mental temporal, encontrándose algo desorientado.
Inmediatamente el agente avisó por teléfono a la Central de Servicios de la Guardia Civil, que hizo que una patrulla del Subsector se personara inmediatamente en el punto, para a continuación escoltar al usuario fuera de la autovía y desde allí a su domicilio.
Tras la gestión de los agentes, el conductor del ciclomotor se mostró muy agradecido por la actuación de los mismos, ya que se dio cuenta del riesgo generado para su persona y para otros conductores asentando en el Libro de Atención al Ciudadano su satisfacción por el auxilio de que fue objeto.