Redacción. El Festival de Cine Iberoamericano alcanza su segunda jornada con la presentación de dos nuevas cintas a concurso: la coproducción mexicana alemana ‘Workers’ y la portuguesa ‘Pecado fatal’.
Rafael es un hombre salvadoreño que vive y trabaja de forma irregular en México. Después de 30 años de trabajo, la empresa para la que presta servicio decide no brindarle su jubilación, aprovechándose y chantajeándolo con su condición de ilegal. Por su parte, Lidia es una empleada al servicio de una anciana millonaria que dispone en su herencia dejar todo su patrimonio a su perro, al que deja, a su vez, al cuidado de sus fieles empleados, los mismos para los que no ha tenido ni un miserable detalle.
Son ejemplos de injusticias sociales y laborales que se dan en la vida real, aunque ‘Workers’ (2013) es una ficción, una hipérbole de situaciones que, aunque nos parezcan mentira, se han producido en algún momento, en países occidentales y en la época actual.
El realizador salvadoreño nacionalizado mexicano José Luis Valle encomienda a su actriz principal, Susana Salazar, la tarea de traer hasta el Festival de Cine Iberoamericano su primera película de ficción, un trabajo que viene precedido de grandes críticas. En la rueda de prensa celebrada hoy en la Casa Colón, Salazar ha destacado el toque de humor ácido con el que Valle ha acometido esta historia de encuentros y desencuentros, y que, pese a no ser su intención afrontar la situación sociopolítica de México, queda patente a lo largo de la cinta, una película que, como la califica su director, es “de largos alientos”.
“’Workers’ habla de la solidaridad y de la toma de conciencia de las propias carencias, que es lo que hace que los personajes cambien su actitud hacia la vida”, ha explicado Susana Salazar, la única del equipo que no procede de Tijuana, localidad donde se ha rodado esta película. Su localización, en una ciudad que supone un paso obligado para la inmigración centroamericana hacia Estados Unidos, también marca esta historia.
Por otro lado, Luis Diogo ha presentado su primer largometraje como director, guionista y productor, ‘Pecado fatal’ (2013), una historia de amor sencilla sobre la que siempre flota el peso de un secreto y que el director, cuya profesión habitual es la de profesor de dibujo en un instituto de su localidad de procedencia, ha conseguido producir con tan sólo 10.000 euros.
Los límites presupuestarios no han sido un freno para que Diogo cuente una historia que escribió tiempo atrás, cuando se dedicaba sobre todo al trabajo de guionista. “Tenía muchos guiones ya escritos que no se vendían, así que decidí hacer mi propia película”, comenta Diogo. “Rodé en mi localidad, en mi casa, con mi coche, y todo el equipo, que tiene otras profesiones, hizo la película en 17 días”, recuerda. “Me di cuenta de que hacer un largo no es como hacer tres cortos”, confiesa, “no es tres veces más difícil, es veinte o treinta veces más difícil”.
La historia comienza en el momento en que Lila llega a la vida de Nuno, un joven divorciado que necesita alquilar una habitación para poder mantener la casa en la que vive, este no sabe la importancia que adquirirá la chica en su vida. Nuno comete esa noche un grave pecado que condicionará su relación con Lila, de la que poco a poco se irá enamorando.
A su vez, Lila trata de buscar a su madre para averiguar por qué la abandonó en un contenedor de basura cuando estaba recién nacida, algo que ha marcado profundamente su carácter y sus principios morales: Lila no quiere en su vida más traiciones ni mentiras, algo que deja claro a Nuno desde el principio.
Su actor principal, Miguel Meira, también está en el Iberoamericano apoyando a su director y a esta, su primera película, puesto que antes solo había tenido pequeñas participaciones. “No ha sido fácil construir el personaje”, ha explicado Meira, “hay muchos momentos en los que tanto el director como yo mismo no sabíamos qué dirección iba a tomar el personaje de Nuno”.