Ana Rodríguez. El Festival de Cine Iberoamericano de Huelva inicia este sábado, 16 de noviembre, su 39 edición, en la que 12 largometrajes competirán por el Colón de Oro, máximo galardón de la muestra. En estos casi 40 años de andadura, miles de cintas han pasado por la capital onubense, consiguiendo muchas de ellas una destacada proyección internacional tras ser exhibidas en el Iberoamericano.
No en vano, siempre se ha calificado al Festival de Huelva como la puerta de entrada a Europa del cine que se hace en los países de América Latina, además del lugar donde diversos directores noveles, que posteriormente han alcanzado el éxito, dieron comienzo a sus carreras. Hagamos memoria y veamos los casos más destacados de películas que han pasado a la historia no sin antes hacer un alto en la Sección Oficial de la muestra onubense.
Corría el año 1980 cuando Arturo Ripstein presentó a la VI edición del Festival de Cine de Huelva la cinta Cadena perpetua (México, 1978), una adaptación de la novela Lo de antes, de Luis Spota, que es considerada en la actualidad una de las películas más importantes del cine mexicano contemporáneo.
La obra enseña la corrupción en la sociedad mexicana a través de la vida de Javier Lira, ‘El Tarzán’, un joven que, tras salir de prisión quiere iniciar una nueva vida con un trabajo honesto como cobrador de un banco, pero acabará siendo extorsionado por policías corruptos.
Ripstein cosechó con este drama policíaco el Ariel de Oro a la Mejor Película, al Mejor Director y a las Mejores Coactuaciones Masculina y Femenina. Curiosamente, en Huelva no se llevó ningún galardón aquel año en el que la ganadora fue la portuguesa La culpa, de A. Victoriano D’Almeida y en el que uno de los miembros del jurado, el crítico mexicano Paco Ignacio Taibo, dejó plantado al resto de sus compañeros –Jaime de Armiñán, Aida Bornik, Fernando Lara, Pilar Miró y Fernando Rey- al no aparecer por Huelva ni dar excusa que justificara tal contratiempo.
Demos un salto. En el mismo año en que Mario Moreno ‘Cantiflas’ pisaba Huelva para recibir un merecido homenaje, competía en la Sección Oficial a Concurso el largometraje El beso de la mujer araña. La obra se estrenó el 6 de junio de 1985 en el Festival de Cannes, colándose en el listado de películas de la muestra onubense seis meses más tarde.
Coproducción brasileña-estadounidense, la cinta, dirigida por Héctor Babenco, es una adaptación de Leonard Schrader de la novela homónima del escritor argentino Manuel Puig. Protagonizada por William Hurt, Raúl Juliá, Sonia Braga, José Lewgoy y Milton Gonçalves, El beso de la mujer araña sumerge al espectador un una cárcel brasileña, en la que comparten celda un prisionero político de izquierda, Valentín Arregui, y un afeminado homosexual acusado de seducir a un menor, Luis Molina, quienes traban amistad a pesar de sus diferencias. Sin embargo, Molina es víctima de un chantaje por parte del director de la prisión, quien le ha prometido ciertos beneficios a cambio de conseguir información sobre el grupo revolucionario al que pertenece Arregui.
El trabajo de Babenco fue premiado en Huelva por el público y la crítica, pero sólo logró el favor del jurado onubense el actor William Hurt. Asimismo, la película fue nominada a los Oscar en las categorías de Mejor Película, Mejor Director, Mejor Actor y Mejor Guión Adaptado, haciéndose solo con este último, que recibió Leonard Schrader.
Mención aparte merece el título Como agua para chocolate, de Alfonso Arau, quizás el más conocidos de todos los que han pasado por el certamen onubense en estos 39 años. Supuso todo un revulsivo para el cine mexicano y fue para su director la cinta que le abrió las puertas de la meca del cine.
En el año en el que Curro se convertía en la mascota de España y Sevilla relucía con la Expo 92, Huelva acogía por primera vez en Europa la proyección de Como agua para chocolate –se estrenó por primera vez el 16 de abril de 1992 en las salas de cine de México- basada en el libro homónimo escrito en 1990 por la entonces esposa de Arau, Laura Esquivel, que se convirtió en una de las novelas más vendidas en México desde los años 70.
La cinta, en la que la gastronomía es una excusa para contar una historia de amor sin fecha de caducidad, ganó 10 Arieles, de los 14 a los que estaba nominada, incluyendo el de Mejor Película, Mejor Dirección y mejores interpretaciones principales masculina y femenina; obtuvo una nominación a los Globos de Oro como Mejor Película Extranjera y fue elegida para la categoría de film internacional en los Oscar. También estuvo nominada a los Goya en 1993, a los Independent Spirit Awards y Premios Bafta en 1994 y obtuvo el Premio de la Audiencia en el Festival de Cine Mexicano de Guadalajara 1992 y en el de Cine de Gramados en 1993.
En Huelva, la cinta que ocupa el puesto 56 en el ranking de las 100 mejores obras del cine mexicano, además de ser la octava película extranjera más taquillera en Estados Unidos, obtuvo los Premios del Público y de Asecan, aunque no el Colón de Oro. La decisión de premiar ex aequo a Grandes mentiras, de Gerardo Chijona, y El beso del sueño, de Rafael Moreno Alba, fue muy polémica. Muestra de este descontento generalizado la recogía la prensa. Así, ABC titulaba aquel 6 de diciembre de 1992 la información sobre el fallo de la siguiente manera: “El público onubense demostró tener mejor gusto que el jurado del certamen”.
Un año más tarde no hubo disputa alguna cuando el colombiano Sergio Cabrera se alzó con el máximo galardón del Iberoamericano por La estrategia del caracol. Su estreno, en agosto de 1993 en el Festival de Cine de Venecia – fuera de concurso-, fue aplaudido por la prensa internacional y recibió gran ovación, apuntando ya que su paso, tres meses más tarde, por Huelva sería todo un éxito.
El argumento de la cinta la convierte en atemporal y universal, pues refleja la lucha de un grupo de inquilinos de una casa en Bogotá que va a ser desalojado por el propietario del edificio. Los vecinos burlan la orden de desalojo y defienden el edificio contra jueces y policías, planeando una original estrategia. Aunque la batalla está perdida desde antes de empezarla, los inquilinos están dispuestos a hacer lo que sea para defender su dignidad. La película toca temas tan actuales como la libertad, la solidaridad, el acoso inmobiliario o los desahucios, quizá los motivos por los cuales ha vuelto a la programación de las cadenas de televisión en los últimos meses.
Aparte del Colón de Oro y el Premio del Jurado de la IFSS (International Federation of Film Societies), la película fue una de las ganadoras del Festival Internacional de Cine de Berlín y del Festival de Cine de Biarritz y galardonada con otros treinta premios en diversos certámenes internacionales, además de nominada como Mejor Película Extranjera de Habla Hispana en los Goya (1995).
Después de 20 años, el pasado 17 de octubre La estrategia del caracol recibió la Distinción del Congreso de Colombia en el marco de la versión 30 del Festival de Cine de Bogotá, siendo la película considerada un «hito» al retratar la lucha de clases y los problemas de renovación de una ciudad.
En el capítulo de directores noveles, en 1997 aparece en los jardines de la Casa Colón el cartel de Historias de fútbol, ópera prima de un joven chileno llamado Andrés Wood que posteriormente pariría títulos como La fiebre del loco, Machuca o La buena vida.
Historias de fútbol se divide en tres cuentos de media hora cada uno, todos relacionados con el balompié, siendo este deporte el pretexto para abordar temáticas populares.
Wood se llevó de Huelva una Mención Especial por su Ópera Prima. Desde entonces es un asiduo al Festival onubense, al que ha presentado varias de sus cintas, la última Violeta se fue a los cielos en 2011. Fruto de su insistencia e inagotable genialidad fue la conquista, en 2008, del Colón de Oro por La buena vida, que además se hizo con el Goya a la Mejor Película Extranjera de Habla Hispana, el Premio a la Mejor Película del Festival Iberoamericano de Cine de Santa Cruz (2009) y una Mención Especial en el Festival de La Habana.
La historia que conquistó tantos galardones y que fue elegida por la crítica local mejor película chilena de 2008 es la de cuatro personas que viven en Santiago, absortas en el frenético ritmo diario. Cada una anhela algo que pareciera ser asequible y, aunque ninguna logra su sueño, lo que finalmente obtienen será inesperado.
Ignacio González Iñarritu (21 gramos y Babel) también se estrenó como director en el Iberoamericano con Amores perros, la quinta película mexicana más taquillera de la historia y que recibió el sobrenombre de la Pulp Fiction mexicana.
El largometraje ganó once premios Ariel de la Academia Mexicana de Artes y Ciencias Cinematográficas, también recibió un Bafta y el Premio de la Crítica en el Festival de Cannes. Fue además nominada al Oscar de la Academia de las Artes y las Ciencias Cinematográficas de Hollywood como Mejor Película en Lengua no Inglesa y en el Festival de Cine Iberoamericano de Huelva recibió la Carabela de Plata de la AFCI.
Cabe recordar que la ópera prima de González fue la película que catapultó internacionalmente la carrera del actor Gael García Bernal, que protagonizaba la cinta junto a Emilio Echevarría, Goya Toledo, Álvaro Guerrero, Vanessa Bauche y Jorge Salinas, entre otros.
Para finalizar, recordemos dos de las obras maestras más recientes del cine iberoamericano que fueron premiadas en Huelva con el Colón de Oro: Luz silenciosa y La nana. La primera, una coproducción mexicana, francesa y holandesa dirigida por Carlos Reygadas y la segunda, la chilena de Sebastián Silva.
Luz silenciosa se estrenó en México el 12 de octubre de 2007 y fue realizada por actores no profesionales. Es la historia callada de un adulterio que se desarrolla en una comunidad menonita del México de nuestros días, en la que un hombre lucha por conciliar sus convicciones religiosas con sus deseos carnales.
La película fue merecedora del Premio Especial del Jurado en Cannes 2007, de cuatro Premios Ariel, del Hugo de Oro en el Festival de Chicago, ganó varios premios en Lima, obtuvo otra mención en Río de Janeiro y fue premiada en Bergen (Noruega).
Asimismo, el 17 de enero de 2009 se estrenaba en el Festival de Cine de Sundance La nana, en la que una aplaudida Catalina Saavedra daba vida a Raquel, una mujer agria e introvertida, que lleva más de 20 años trabajando de niñera para una numerosa familia de clase alta. Cuando Raquel ve peligrar su puesto al contratar su patrona a otra nana para que la ayude, intenta espantar a las nuevas niñeras hasta que una de ellas, Lucy, logra cambiar su forma de ver la vida.
La nana consiguió en Festival de Cine de Sundance el Gran Premio del Jurado y Saavedra recibió un Premio Especial. Fue nominada a los Globos de Oro como Mejor Película en Lengua no Inglesa en 2010, uno de los mayores logros cinematográficos del cine chileno; y también fue finalista a los Independent Spirit y a los Premios Ariel en la categoría de Mejor película iberoamericana.
De la nueva semana del cine onubense que ahora comienza probablemente salgan títulos que se convertirán, como los aquí citados, en obras que adquieran el reconocimiento del público y la crítica internacional. Nosotros les animamos a que acudan a verlas en la gran pantalla, pues sólo así sabrán si están ante una nueva joya del séptimo arte.