Redacción. El delegado territorial de Educación, Cultura y Deporte, Vicente Zarza, ha mantenido un encuentro con el hermano mayor de la Hermandad de la Vera-Cruz y Oración en el Huerto, Francisco Martín, al que ha hecho entrega del informe diagnóstico del manto procesional de Nuestra Señora de los Dolores, encomendada al Instituto Andaluz de Patrimonio Histórico (IAPH), por Orden de 28 de mayo del 2013 de la actual Consejería de Educación, Cultura y Deporte.
Esta encomienda viene justificada por la importancia del citado Bien del Patrimonio Histórico Andaluz, la especialidad de la tarea a realizar y la cualificación de medios técnicos y humanos existentes en la institución andaluza.
El examen científico realizado a la pieza, cuyo objetivo ha sido la determinación de los factores y causas de degradación del bien cultural así como la evaluación del estado de conservación, ha determinado las pautas de restauración, basadas en los principios y criterios generales de conservación de patrimonio histórico: máximo respeto a la obra y sus valores culturales así como intervenciones mínimas y estrictamente necesarias, de acuerdo a una metodología científica, que garanticen tanto la conservación, como la funcionalidad de la obra y su salida procesional.
El manto procesional de la Virgen de los Dolores es una obra textil. Bien patrimonial de tipo histórico, artístico y funcional por su uso ritual, fue diseñado por el escultor José Ordóñez y bordado en 1905 por Patrocinio Vázquez, viuda de Real para la Hermandad de la Virgen del Valle de Sevilla. Realizado en hojilla de plata de una ley de 999 milésimas, sobre terciopelo de Lyón burdeos, el perímetro del manto tendría que llevar un cordoncillo del mismo metal e igual ley más un encaje de plata y fleco de hojilla. Desde el año de su realización, sigue cumpliendo el uso para el que fue creado: el de procesionar en Semana Santa, aunque para otra imagen dolorosa distinta a la que lo estrenó.
En 1920 el manto fue adquirido por la Condesa de Mora Claros gracias a la intervención como mediador del canónigo de la Catedral Metropolitana de Sevilla, Juan Francisco Muñoz y Pabón, según contrato que firma su marido Antonio Mora Claros, cifrándose el coste de la venta en 35.000 pesetas.
Desde su llegada a Huelva el año anterior, en 1919, fue bautizado por el gracejo popular como “el manto de los fideos”, en alusión a sus delgados tallos en hojilla de plata. La prenda queda estructurada en dos partes, una soberbia y espectacular guardilla y el interior del manto en sí mismo. En el año 1982, el manto fue restaurado y pasado a nuevo textil de terciopelo carmesí por el taller Sobrinos de Esperanza Elena Caro, cuyo coste de alcanzó los 3.600.000 millones de pesetas. En el año 1992 estuvo expuesto en la sede de la Caja de Ahorros San Fernando de Sevilla.