La Fiesta de Hallowen, una tradición arraigada en Huelva

Miguel A. Velasco. La creencia de que Hallowen es una fiesta consumista importada de Estados Unidos, que ha venido a sustituir en nuestro panorama cultural al culto de los difuntos, representada popularmente con la obra teatral de Lope de Vega, Don Juan tenorio, es tan falsa como irreal.

La Península Ibérica estuvo dominada por Los Iberos y Los Celtas. Esto es conocido por todos. La influencia íbera se extendió por todo el centro y oriente del mapa, mientras que Los Celtas acamparon por Galicia y la zona occidental. Los Celtas, 300 años antes del nacimiento de Jesús, dominaban Gran Bretaña, Escandinavia y toda la Europa occidental.

El gobierno celta, como el de otras muchas civilizaciones, estaba formado por esa especie de cesaropapismo medieval, por un poder civil y otro religioso. Poder civil y religioso que, en la mayoría de los casos, se confundían en uno solo. En este caso, en Los Celtas, la sociedad se encontraba dominada por un estamento sacerdotal pagano llamado Druidas. Los Druidas eran sacerdotes que servían al Dios de la Muerte, Samhain; satanistas que controlaban la vida de las personas a través del mecanismo del temor, de la muerte y de la enfermedad. Método éste utilizado por las diferentes corrientes filosóficas y religiosas que se fueron imponiendo, a través de los siglos, en las distintas épocas históricas. Entre ellas, la católica. La cultura helénica, por ejemplo, creó el superhombre para plasmar a los dioses; el hombre no podía ser sometido sin ser atemorizado y para ello , para esclavizarlo espiritualmente, tendría que enfrentarse a algo superior físicamente o que se le escapara del raciocinio.

Cada 30 de abril, fin del año Celta, los Druidas celebraban la noche del Samhain para sellar la línea que divide los dos mundos, el claro y el oscuro; la vida y la muerte. El inverno y el verano, El nuevo y el viejo año. El fin del verano y el comienzo negro del invierno; la alegría y el dolor. El 30 de abril, según Antón Lavey en su libro ‘La Biblia Satánica’, era la fecha del comienzo del Año Nuevo para la Brujería. El festival de la muerte.

¿Qué es Halloween? ¿Cuál es  su origen? De forma breve, podríamos decir que en la noche del 30 de abril, los poderes satánicos llegaban a su máximo nivel y la obtención y consecución de conjuros estaba garantizados. Para ello, los Druidas iban de casa en casa demandando todo tipo de comidas extrañas , bien para su propio consumo, bien para ser ofrecida posteriormente en el Festival de la Muerte. Todo aquél que se negara a ello recibiría irremediablemente una maldición. Los Druidas , en sus visitas vecinales ,llevaban un nabo grande hueco al que tallaban un rostro que representaba el espíritu familiar y, a través de él, se podía obtener poder y conocimiento. Este nabo llevaba una vela encendida, linterna, en su interior donde se cobijaba el espíritu.

Estamos ante un ritual atávico y telúrico. Luz y noche. La luz termina con la vendimia; en otoño el campo está esperando la siembra. Es una fiesta otoñal que nos anuncia la proximidad del invierno, La tierra, símbolo femenino, aparece árida en esta época del año, pero después de recibir la semilla, símbolo masculino, esta tierra se vuelve esperanza. Vida y muerte. Claro y oscuro. El dios celta que se adoraba en este ritual se llamaba Cernunnos y se representaba con un busto de cuernos de ciervo, parecido a un macho cabrio que venía a simbolizar las fuerzas de la naturaleza, la abundancia y la fertilidad. De ahí viene la costumbre de disfrazarse de estrafalario demonio.

Con el cristianismo, Constantino intentó abolir de su imperio la mayoría de estas  practicas consideradas paganas. Pero ante la imposibilidad de acabar con todas ellas, la propia Iglesia terminó adaptando algunas de ellas como es el caso que ahora nos trata. Así, en el Siglo IX, el Papa Sixto IV en el año 1.475 declaró el 1 de noviembre como día de todos los santos en honor de los martirizados. Este rito se denomina All hallowmos, esto es, Víspera de Todo lo Sagrado. En este culto cristianizado se mantenían los elementos básicos de la cultura célticas impregnados con sentimientos o interpretaciones ajustadas al credo cristiano

No fue hasta que esta práctica llegó a América, tras la llegada del Mayflowers en 1.620 y las consiguientes riadas colonizadoras de irlandeses y británicos en general en los siglos XVII y XVIII, cuando al no existir este tubérculo en el nuevo continente se implantó la figura del vegetal nativo por naturaleza. La calabaza. El nombre que se le daba al nabo era Jock y al llegar al nuevo continente pasó a denominarse Jack, que es el que vive en la linterna. De esta manera la costumbre norteamericana de ir de casa en casa preguntando al vecino ‘de truco o  trato’ (trick or treat y ante cuya negativa el propietario  de la casa se enfrenta a una broma o a un escarnio terrorífico, según acepte o no el envite, no tiene nada que ver con el samain y si con las persecuciones que hubo en Inglaterra e Irlanda por parte de los luteranos contra los católicos en el s. XVII. Y aquí comienza la historia. Y aquí termina la leyenda.

En España y, en concreto, en Huelva,  esta hoy festividad se encuentra muy arraigada en todos los pueblos de Condado, del Andévalo y de la serranía donde se reparte la mayoría de las festividades del santoral en las llamadas fiestas de otoño e invierno. Si ellas comienzan con la vendimia, el primer capitulo del acto, como manifestación baca de la naturaleza a través del vino como elemento emergente y lúdico, flotante, de la tierra, pueden terminar y lo hacen con el arranque de las vides sobre las tierras secas y áridas.

Cansadas y dormidas ante su próxima germinación. La aparición de frutos muertos o secos y los últimos y paupérrimos entonces vegetales de la tierra, como la patata, el boniato o la calabaza. Famosos son en la provincia, las Fiestas de los Muertos de Niebla, la del Boniato o la de La Castaña en Castaño del Robledo.

Antiguamente, después de cenar, se celebraba ‘la castañada’, comida familiar dedicada a los muertos y que eran recuerdos de las antiguas comidas funerarias. Se hacía la cena cotidiana y posteriormente se comían las castañas asadas en la candela y se bebía vino que tenía que ser dulce o blanco. Las castañas se ponían encima de la mesa y todo el mundo las iba cogiendo a su placer.

Hallowen es toda expresión cristiana para el difunto, toda tramoya de duelo o preparación del cadáver o dación del pésame. Hay que tener en cuenta que hasta hace pocos años, y aún hoy se mantiene en algunos pueblos de la provincia, el difunto era expuesto a los vecinos para su duelo en la parte baja de la casa, amortajado, con las puertas abiertas para que su alma pudiera salir libremente. Así en años sucesivos, esas mismas puertas permanecerán abiertas para permitir su entrada. Protocolos y hábitos que tiene un tronco único que está recogido en la versión celta del hecho. Se celebre como se celebre se trata de un día propicio para recordar a los seres queridos que hayan abandonados este plano de existencia para ir al ‘otro mundo’. Noche y día. Luz y oscuridad. Vida y muerte.