P. Gamero. Dicen que las finales se ganan, no se juegan. Ni mucho menos el partido CB Conquero-Zamarat era una final -segunda jornada no se olvide-, pero era uno de esos partidos que marcan tendencia. Ganar por segunda vez era para el equipo de Huelva un plus de motivación; perder por segunda vez para el cuadro zamorano, aunque en la primera jornada cayera ante un imposible Rivas Ecópolis, también era un golpe anímico.
El Conquero salió a flote en un partido igualado (64-57), equilibrado, resuelto al final cuando el equipo de Huelva, por fin, apretó las clavijas en la defensa, dejando en ocho puntos al cuadro zamorano en el último cuarto. Cuestión en la que tuvieron buena parte de culpa Amaya Gastaminza, vital en el momento culminante con puntos decisivos; Bröring, con una defensa asfixiante sobre McKennith; y la continua aportación en ataque de Tea Buzov.
Ya en el primer cuarto quedó claro que el partido iba a estar equilibrado. Imprecisiones, errores no forzados aunque no se trataba de tenis, y pocos, poquitos aciertos, marcaron el devenir del primer cuarto. El botón que vale para la muestra, que tuvieron que pasar algo más de dos minutos y medio para que el marcador se moviera, y eso que tanto el CB Conquero como el Zamarat gozaron de acciones de ataque suficientes como para evitar esas sonrojantes gafas en el electrónico.
Puede que fuera la responsabilidad del estreno en casa, puede que la lesión de Ivona Bogoje diera en la línea de flotación de un equipo en el que debía aflorar el optimismo, pero lo cierto es que el Conquero de los primeros compases estuvo en versión irreconocible. Aunque suyas fueron las primeras rentas, el desarrollo de este periodo (15-15 a su final) estuvo marcado por el dominio de las defensas sobre los ataques, ni lucidos ni lúcidos en esos instantes.
No cambió mucho el decorado en el segundo cuarto, aunque en éste, la electricidad que dio al juego local en su tramo final Lucía Pablos, bien secundada por Iciar Germán (10 puntos, máxima anotadora al descanso), dieron otro aire a un CB Conquero incomprensiblemente espeso.
Nadirah McKenith fue uno de los nombres propios en este segundo cuarto. La número 31 del cuadro zamorano anotó y, sobre todo, asistió, convirtiéndose en un incordio contantes para una defensa onubense con altibajos. Gracias a su talento el Zamarat logró un ligero despegue en el marcador, aunque a efectos contables mucho tuviera que ver la antideportiva que señalaron sobre Claudia Pop (23-27).
El partido podía entrar en una fase peligrosa para las locales si se dejaban llevar por los acontecimientos -arbitraje quisquilloso para las de casa-, por lo que era perentorio un giro. La vuelta de tuerca al ritmo en ataque que imprimió Lucía Pablos y, como no, el acierto y la garra de Iciar Germán, primero dejaron las aguas en su cauce (empate a 31 a falta de nueve segundos), y segundo hasta sirvieron para que las locales se fueran al descanso con ventaja gracias a un triple sobre la bocina de la valenciana.
Onubenses y zamoranas dieron la impresión de que estaban empeñadas en resolverlo todas sus cuitas en el último cuarto. Porque el tercero tuvo, casi, el mismo guión que los anteriores. Mucha culpa la tuvieron Tea Buzov por las locales, y la omnipresente McKenith por las visitantes. La croata fue uno de los sustentos del CB Conquero, de nuevo secundada por la de siempre, Iciar. El 46-41 que campeaba en el electrónico a falta de 2:43 podía ser el principio del final feliz para las de casa, pero McKenith no estaba en absoluto de acuerdo. Una jugada suya de tres puntos (canasta y adicional) apretaron el marcador, que acabó del lado del Zamarat (48-49), quedando las espadas en todo lo alto para el último cuarto.
Y fue en ese momento supremo cuando el CB Conquero hizo lo más potable de todo el partido. Defender. Gracias a su mayor implicación defensiva, el Zamarat se quedó en ocho puntos en ese cuarto, y estuvo cerca de siete minutos sin anotar. Detalles claves que hubieran solventado el partido en favor de las de casa mucho antes, si hubieran estado totalmente acertadas. No fue el caso.
Si Lucía de Pablos aportó electricidad en el primer tiempo, fue Buzov quien llevó el pulso del juego en el momento culminante. Y Amaya Gastaminza, con puntos vitales en momento determinantes. Y claro está, Tanya Bröring, excelsa en su defensa sobre McKenith, una avispa punzante todo el partido, y que encontró la horma de su zapato con esta inquieta holandesa que no le dio respiro.
Cuando el Conquero logró rentas de seis puntos (58-52) se empezó a respirar. Suyo era el partido, era cuestión de aguantar el chaparrón que no llegó al final por parte del Zamarat, que cuando se vio tan lejos en el electrónico, para lo que había sido el partido, casi entregó la cuchara. El partido tenía dueño: CB Conquero.
CB CONQUERO, 64 (15, 19, 14, 16): Lucía Pablos (4), Cindy Lima (4), Amaya Gastaminza (10), Claudia Pop (4), Iciar Germán (17) -cinco inicial-; Tanya Bröring (6), Ida Trydggedoson (2), Tea Buzov (12), Ana Alonso (3), Patricia Soler (2).
ZAMARAT, 57 (15, 16, 18, 8): Sandra Pirsic (11), Virginia Blanche (6), Ylenia Manzanares (14), Nadira Amirah McKenith (17), Rubene Linda (5) -cinco inicial-, Marina Delgado (-), Santa Okockyte (4), Amy Syll Nedeye (-).
Árbitros: López Herrada y González Zumajo.
Incidencias: Unas 1.000 personas en el polideportivo municipal Andrés Estrada para presenciar el primer partido en casa, segunda jornada de la Liga Femenina de baloncesto.