Redacción. Magnífico ambiente pudieron disfrutar los socios e invitados que se dieron cita el pasado viernes 11 de octubre en la Peña Flamenca de Huelva con motivo de la actuación del veterano cantaor Juan Antonio Santiago Salazar, más conocido artísticamente como Enrique ‘El Extremeño’.
Segedano de nacimiento, sus padres se trasladaron a Huelva cuando contaba tan solo con 4 meses, por lo que, desde su niñez tuvo contacto con muchos cantaores y aficionados que se daban cita por aquel entonces en los círculos de ambiente flamenco que por aquel entonces existían en nuestra ciudad. Vivió muchos años en el chorrito bajo hasta que por su dedicación al cante, tuvo que desplazarse, alternando su residencia entre Huelva, Sevilla y Madrid hasta recalar en Utrera donde reside actualmente. Destaca como un gran cantaor para acompañar al baile, y así ha pasado por las compañías de Mario Maya, El Güito, Manuela Carrasco, Cristina Hoyos, El Mistela o Antonio el Pipa. Su larga trayectoria profesional y su conocimiento le hacen ser reclamado continuamente por las primeras figuras del baile.
También es reclamado para actuar en numerosos festivales y peñas. Así, con muchas ganas y entusiasmo afrontaba el quite de las tablas de la peña flamenca para cantar en solitario acompañado a la guitarra por Antonio Moya Guitarrista de 30 años, se inicia desde temprana edad al acompañamiento del cante y del baile, hasta que en 1994 conoce a Pedro Bacán con el que desarrollo gran parte de su carrera artística. Actualmente es guitarrista habitual con Pedro Peña de Inés Bacán, así como acompañante en numerosas actuaciones de artistas como Manuel de Paula, El Funi, Fernanda y Bernarda de Utrera, Pepa de Benito, Carmen Ledesma, Concha Vargas, Juana Amaya y el grupo Triana Pura. Ha colaborado en las grabaciones discográficas de más de 24 artistas.
Con muchas ganas de cantar en Huelva, tierra que lo vio crecer, arrancó el Extremeño con unos aires gaditanos denotando mucha personalidad en la ejecución del cante. Así, con una introducción por alegrías de propia creación, dio paso a los sones más puros de Manolo Vargas e Ignacio Espeleta. Los juegos con el compás sin perder nunca el sitio gustaron mucho a los aficionados allí congregados.
Temple y majestuosidad en las malagueñas que interpretó a continuación. Algunos de los estilos que dejaran impresionados Manuel Torre y D. Antonio Chacón fueron interpretados con mucha mesura aunque si deberían haber estado más definidos en cuanto a la cadencia vocal. Bonito e inusual remate por verdiales de la Jimena de Coín; Cante abandolao que sólo se prodiga por aficionados y cantaores de la zona de las cuatro villas malagueñas.
Ritmo y compás para seguir con la solea por bulerías. Aquí se notaron los genes de la raza calé y con un «quejío» profundo y redondo, dejó el extremeño muy buen sabor de boca a todos los presentes. Utrera y su influencia quedó patente en los estilos que nos transmitieran Fernanda Bernarda y la dinastía de «Los Perrates».
Siendo la Vidalita un estilo que para el que lo conozca bien se presume dulce, supo el extremeño aflorar los ecos más sentidos de su interior para trasportar al público su propia catarsis a través de este cante. Sorprendió el gitano de Zafra elevando el tono a cotas altísimas para ejecutar los tercios con poderío y sentimiento. Y lo más importante tal y como se dice en el argot flamenco: Hiriendo de verdad.
Desde las minas a Huelva, con los estilos de Tarantas y Tarantos para terminar con unos fandangos personales de Huelva con clara influencia de Antonio Toscano y Paco Toronjo.
De pié y a pelo, sin micrófono, concluyó el segedano su actuación por bulerías para recordarnos los sones jerezanos y algún que otro matíz extremeño. Notable actuación del veterano cantaor que dejó en Huelva un buen sabor de boca a socios y aficionados que se dieron cita en la peña flamenca de Huelva que si bien no estuvo abarrotada como en anteriores ocasiones, si rozaba los tres cuartos de entrada.