El ingeniero onubense Alejandro Rocataliata, ejecutivo de marketing y ventas de una empresa de ferrocarriles de Sheffield

Ana Rodríguez. La vida de Alejandro Rocataliata Aguiar es de esas que despiertan envidias sanas. Este ingeniero de Telecomunicaciones se encuentra actualmente viviendo en Sheffield, aunque antes de fijar su residencia en la ciudad británica ha pasado temporadas en capitales como Brasil y Budapest. A ello hay que sumar que el actual trabajo del onubense le obliga a viajar constantemente por todo el mundo… es ejecutivo de marketing y ventas en una empresa de ferrocarriles.

Alejandro es de Huelva capital, de la zona de Isla Chica. Estudió en el Colegio Nacional de Prácticas y en el IES Alonso Sánchez. Además, desde pequeño este ingeniero siempre ha estado muy vinculado al deporte base onubense, concretamente al voleibol, que practicaba en sus veranos en Punta Umbría y en el que compitió en los equipos Aguas de Huelva y Ceosa.

Luego se fue a Sevilla, a estudiar Ingeniería de Telecomunicaciones, solicitando mientras se sacaba la carrera varias becas de estudio. Una de ellas fue la Erasmus Europea que lo llevó hasta la capital húngara, Budapest. Como el joven cuenta “estuve allí durante un año, entre 2006 y 2007, y fue una experiencia muy interesante. El nivel de estudios en Ingeniería era inferior al de Sevilla, al menos para los erasmus, y eso me permitía tener más tiempo libre. Budapest es una ciudad muy bonita, culturalmente activa, con muchas exposiciones, exhibiciones… Conocí a personas de todo el mundo y viajé por Serbia, Praga, Berlín…”

Uno de los elementos que le sirvió de gran ayuda a Alejandro para salir al extranjero fueron los años que se llevó estudiando inglés en una academia en Huelva, “ello me permitió defenderme y moverme por toda Europa sin problemas”.

Otra de las becas que le concedieron al onubense fue la Erasmus Mundi, gracias a la cual pasó el curso 2007/08 en Río de Janeiro (Brasil). “Vivía en un ático frente a la playa de Copacabana y cada mañana, antes de ir a la facultad, salía a correr por la arena. Cuando volvía de las clases, muchos días me iba a jugar al vóley. Fue un año maravilloso. Aprendí portugués y recuerdo que, mientras en España teníamos la sensación de que todo se venía abajo, en Brasil reinaba el optimismo, los brasileños tenían la sensación de que iba a haber un crecimiento importante”, comenta Rocataliata.

Cuando acabó la carrera en 2009, no se lo pensó dos veces, se fue al Reino Unido “no por la crisis”, afirma, “si no porque tenía muy claro que quería marcharse, perfeccionar mi inglés y probar suerte”. Sheffield fue la ciudad elegida porque ya conocía gente allí, con lo cual no estaría solo en el comienzo de su periplo.

“Cuando llegué no encontré trabajo de lo mío, pero sí en una empresa de telemárketing y me dediqué durante cinco meses a hacer encuestas telefónicas para estudios de mercado para empresas de ascensores; encuestas a nivel internacional, aunque me centraron más en el ámbito hispanoamericano”, explica el onubense.

Casi medio año después de llegar a Sheffield, Alejandro consiguió su actual empleo. Trabaja en Zone Green, una empresa de telecomunicaciones que diseña equipos para los ferrocarriles, realiza labores de mantenimiento y seguridad de los mismos, mejoras de procesos, diseña sistemas electrónicos y de software para mantenimiento ferroviario, etc. “Querían un ingeniero con visión comercial para exportaciones y marketing, una persona que supiera varios idiomas –yo hablo español, inglés y portugués– y que representara a la empresa a nivel internacional”, recuerda el onubense.

Ahora, Alejandro Rocataliata es ejecutivo de marketing y ventas y se dedica a mantener y ampliar las redes de socios de su empresa por todo el mundo: “tenemos negocios en Corea del Sur, Australia, Arabia Saudita, Italia, Nueva Zelanda… Por eso viajo mucho, tengo que visitar a nuestros socios, les ayudo a nivel técnico y comercial, les enseño cómo vender nuevos productos y además busco nuevos clientes para seguir expandiendo Green Zone a nivel internacional. También me muevo mucho por el Reino Unido, pero ahí me centro más en temas de marketing”.

Pero aún hay más. Alejandro Rocataliata acaba de grabar un disco con su grupo, The Mother Folkers, una formación de música folk tradicional inglesa mezclada con música indie, en el que toca el bajo y que acaba de firmar contrato con una discográfica para empezar a comercializar sus canciones, que ya se pueden escuchar y comprar por Internet. “Estudié durante 10 años en el Conservatorio de Huelva, allí tocaba la guitarra y durante la universidad me pasé al bajo”, afirma el onubense.

La formación ensaya un día a la semana y los fines de semana toca por locales de Sheffield, Londres y otras zonas del Reino Unido, algo que se hace difícil en algunas ocasiones para Alex Rocataliata, ya que tiene que compaginar esta faceta de su vida con su empleo. Sin embargo, el onubense no lo siente en absoluto, de hecho afirma que “mi integración en Inglaterra no hubiera sido posible sin la música. Cuando llegas aquí es fácil juntarte con extranjeros y gente del trabajo, pero eso es muy diferente a conocer a personas autóctonas. La música me ha dado la oportunidad de estar conectado con la cultura y hacer amigos de verdad. ¡Hasta conocí a mi novia gracias a un compañero del grupo, que fue quien me la presentó!”

Sobre si piensa volver algún día, el onubense confiesa que “como todo en la vida, es cuestión de ver las oportunidades. Mientras todo me vaya bien aquí no pienso en volver, pero todo depende de lo que el futuro me depare. No me planteo regresar, pero tampoco me planteé venirme. Por ahora estoy muy a gusto y, aunque echo de menos la tierra, el ser onubense se lleva en el corazón allá donde estés”.