Mari Paz Díaz. El final del verano supone también muchos momentos de despedida, aunque sea un «hasta luego» o un «hasta el próximo año». Así sucede con los niños saharauis que pasan la temporada estival con familias de acogida en la provincia de Huelva a través del programa ‘Vacaciones en Paz’.
Los 110 niños saharauis que han estado este verano en Huelva se marchaban el pasado 26 de agosto después de pasar dos meses en 38 municipios onubenses.
Ahora, una vez que se han marchado, desde la Federación Onubense de Asociaciones de Amigos del Pueblo Saharaui se quiere agradecer la solidaridad y generosidad con la que los onubenses han acogido un año más a los pequeños. Sin ellos, aseguran, no hubiera sido posible mantener alejados a estos niños de las altas temperaturas que se alcanzan en el desierto durante el verano, que rondan los 50º. Su estancia en la provincia les permite además disfrutar del ocio y del tiempo libre, como corresponde a cualquier niño de estas edades, entre siete y doce años.
Una solidaridad que especialmente se agradece en unos momentos complicados como éstos. Así lo explica la Asociación Onubense Pro Niños Saharauis de Moguer, que asegura que «es inestimable la labor de las familias, de las personas a nivel particular, así como de las clínicas y empresas que de una forma u otra han colaborado con el Sáhara, como ha sido Manuel Campos, director de Opticalia de Huelva, y Marta Gutiérrez, trabajadora de Opticalia en la localidad de Moguer, que han ayudado desinteresadamente,
Y es que otro de los principales objetivos del programa es que los niños a su llegada se sometan a un exhaustivo reconocimiento médico gracias a un convenio con el Servicio Andaluz de Salud. En el caso de que presenten cualquier problema de salud se les da el tratamiento necesario, siendo una causa para que puedan permanecer en la provincia una vez finalizado el programa.
A ello se suma que en las familias de acogida reciben una alimentación adecuada, lo que en algunos casos permite compensar, por ejemplo, las carencias de calcio o hierro que puedan presentar algunos de los pequeños.
Ahora, después de todo, los niños y niñas han vuelto con sus familias cargados de energía y con bonitas historias de verano para contarles a sus papás.