Ficha técnica. Casi lleno en los tendidos de la Plaza de Toros de La Merced, se lidiaron toros de Luis Terrón, bien presentados, nobles, encastados, que colaboraron con los rejoneadores en líneas generales, sobretodo el primero para los rejoneadores:
Pablo Hermoso de Mendoza: media trasera, dos orejas; dos pinchazos y estocada contraria, ovación con saludos.
Diego Ventura: rejón trasero, oreja con petición de la segunda; rejón contrario bajo, oreja con fuerte petición de la segunda, gran bronca al presidente.
Andrés Romero: pinchazo, estocada y descabello, vuelta al ruedo; estocada contraria, dos orejas.
Carlos Arroyo. Por primera vez hubo toros en el ruedo. La corrida de Luis Terrón estuvo bien presentada, sin ninguna exageración, y además contribuyó al triunfo de los rejoneadores. Buen juego de los toros pacenses. Después todo se desarrolló como se podía esperar de los toreros a caballo que se dieron cita en el coso mercedario. No defraudaron en ningún momento ni Pablo Hermoso de Mendoza, con una excelente faena al primer toro de la tarde, y Diego Ventura, que realizó dos faenas, sobre todo la segunda, con su habitual fuerza y efectismo.
Sorprendió también Andrés Romero en su debut en la Merced, con gran número de partidarios en las gradas de su pueblo, Escacena, con buen toreo a caballo. No quiero hacer de la anécdota noticia, pero sí hay que reseñar que Diego Ventura se equivocó gravemente, en el gesto desairado al presidente por la no concesión de la segunda oreja en el quinto toro. Esos gestos sobran en cualquier torero, pero más en alguien que es referente, que está en la élite del arte del rejoneo. Además, y Diego lo sabe, el rejón cayó muy abajo, y es entendible la decisión del presidente.
El primer toro fue el que más contribuyó al triunfo del rejoneador, y Pablo Hermoso realizó un trasteo tremendamente templado, muy despacio en todos los tercios, y convirtiendo en arte esculpido en el albero de la Merced su faena. Recibió al toro con Churrumay, parando al toro encelado en la grupa del tordo oscuro, colocando un rejón de castigo arriba.Pero fue con Disparate, un lusitano castaño, con el que dio hasta tres vueltas al anillo a dos pistas cambiando de pitón, con el toro rozando con las astas la cola del caballo. Coloca dos banderillas en el mismo centro del anillo citando de frente al quiebro. El toro queda más parado después del castigo sufrido, y con Viriato se la tiene que jugar el navarro, ya que el astado suelta algo la cara y le tiene que llegar mucho para colocarle dos banderillas. Remata con Pirata y las banderillas cortas, terminando con un par a dos manos. Las dos orejas conseguidas a ley, en gran faena.
Con el cuarto toro, no se remató la faena. El toro estaba más apagado y Pablo Hermoso no arriesga ante él. Sólo con Dalí en banderillas se atisba algo de la grandeza del toreo de Pablo Hermoso, pero todo queda en casi nada. Además pincha dos veces antes de dejar el rejón contrario, y el público le hace saludar en el tercio una cariñosa ovación.
El segundo toro estaba más en el aire de este cuarto que del primero, posiblemente los dos toros con menos posibilidades del festejo. Lo mejor de esta faena tuvo lugar con Milagro, en las banderillas con pares al quiebro en el mismo centro del ruedo.
Ordoñez, un lusitano tordo, tienen lugar los momentos más espectaculares, con piruetas y cites vistosos. Y remata con Remate, valga la redundancia, con rosas al violín y rejón caído de efecto fulminante. Se le concede la oreja con petición de la segunda, aunque no unánime.
En el quinto, recibe a portagayola con Demonio. Justo antes de que saliera el toro, una aficionado le canta una copla a Diego, lo que pone a la Plaza en pie, y predispone todo. Sale el toro con pies, y Diego le aguanta con la garrocha en una vuelta al ruedo emocionante. Ya no bajaría la intensidad de la faena del sevillano. Con Oro, con Morante, arriesgando mucho pues le tenía que llegar mucho al toro. Y volvió a utilizar para las banderillas cortas y el rejón de muerte a Remate. Y ya lo mencionado antes, una oreja con fuerte petición de la segunda, el gesto desairado al presidente y la fuerte bronca a la presidencia.
No tuvo mucha suerte Andrés Romero en su primer oponente. Antes de comenzar la faena, palmas por Huelva para el paisano. Pero el toro, parece que se resiente algo de los cuartos traseros y no colabora en exceso. También parece que le puede algo la responsabilidad al escaceño, y nunca se encuentra a gusto con el de Luis Terrón. Se le complica todo al matar, y queda todo en una vuelta al ruedo.
La fortuna le tenía deparada un momento estelar a Andrés con el sexto toro. Brinda el toro a su equipo, incluido Diego Ventura, el toro no tiene mucho celo, muy aquerenciado a los terrenos de dentro. Se sobrepone el torero, tirando del burel hacia fuera, y colocando banderillas con valentía, llegando mucho a la cara del toro, con exposición, con riesgo y con espectacularidad.
Muy buen trasteo del torero onubense, que remata con la estrella de su cuadra Guajiro, con banderillas al quiebro, estallando la Plaza en una clamor para el rejoneador. Cae el toro después del rejonazo contrario fulminante, como fulminante fue la concesión de las orejas por parte de la presidencia.
Gran faena de Andrés Romero, que pone un broche de oro a las Fiestas Colombinas de 2.013 en lo que a la Fiesta se refiere, que han sido mucho mejor en el continente que en el contenido, pero eso habrá tiempo de analizarlo.