Redacción. El Museo Vázquez Díaz de Nerva acoge, desde el dos de agosto al dos de septiembre, la exposición ‘Antonio Romero Alcaide, Antología. Historia Gráfica de la Cuenca Minera’, una muestra que habla sobre el tesón de este artista ya fallecido y su trabajo incansable.
Se trata de 4 volúmenes en los que se recogen dibujos originales, fotos y textos escritos de su puño y letra, y a través de los cuales Alcaide recrea la Historia de las Minas desde los romanos hasta hoy.
El humo de las teleras, las mujeres mineras, los niños, los vagones, Filón Sur, Filón Norte, la corta vieja, Riotinto pueblo, los malacates, Nerva desde el cerro colorao, la Naya, fundición Bessemer o la masacre del 4 de febrero, son las temáticas que se pueden ver en la exposición.
Alcaide, quien recibió formación en dibujo en la Escuela de Bellas Artes de Nerva y en la de Santa Cruz de Tenerife, se caracteriza, según referencias del director gerente del Museo y la Fundación Vázquez Díaz de Nerva, Juan Barba Robles, “por la humildad de sus escritos, el orden y confort de la estancia y su deseo de no exponer las pinturas y dibujos, pues, como él mismo contaba, era enemigo del protagonismo” .
Barba Robles nos habla de él como un pintor de oficio por excelencia que recoge en esta “otra pintura” el quehacer diario basado en el conocimiento artesanal de lo que es la pintura. El pintor se fabricaba sus lienzos a base de telas y colas para conseguir con ello los matices que caracterizan su obra, alejada de los fuertes contrastes, y que serían imposibles con lienzos del comercio.
Entre sus obras, destacan las muestras de la tierra que habitan los mineros en sus labores, “aquellos paisajes cargados de olor a mina”, según explica el director del Museo, quien nos da a conocer que la muestra expuesta en Nerva es un proyecto en el que llevaba trabajando desde 1976. “Cada dibujo, cada óleo, es una pieza de nuestra historia que él conoce muy bien porque la ha vivido de cerca”. Según declaraciones realizadas por el pintor, ‘es el legado o herencia que le quiero dejar a mis hijos, por esa razón, no está ninguna obra a la venta’.
En palabras de Barba Robles, “nunca el museo recibió autorización para exponer su obra de forma digna. Irse es como mirar para otro lado, él ya no nos ve y ahora si queremos verlo, por lo que este verano hemos querido que sea el protagonista de una ‘antolojia’, al decir de Juan Ramón, más merecida por rechazada en vida”. En este sentido, el director del museo ha querido mostrar sus agradecimientos “a su mujer María y a sus hijos Elena y Antonio, porque sin ellos no podríamos disfrutar de la obra de su insigne marido y padre”.