Manuel Morales: «Me siento orgulloso de haber colaborado a engrandecer el club»
SD. El ya ex presidente del PAN Moguer, Manuel Morales, deja el cargo tras el «desgaste personal» de 7 años no obstante exitosos, con una temporada en División de Honor Plata como máximo logro y un «trabajado prestigio reconocido a nivel nacional». Es padre de proyectos que «volvieron a enamorar a todos», que revitalizaron la afición y la cantera, y espera uno nuevo tras él «ilusionante y ambicioso» con una «entregada» sucesora como Teresa Ollero y una plantilla «con mucha hambre».
Manuel Morales Díaz ha dejado hace unos días la presidencia del Club Balonmano Pedro Alonso Niño de Moguer, la etapa más exitosa del club, en la que se ha disputado una temporada en División de Honor Plata y tres fases de ascenso a esta categoría. Pasional como pocos en este mundillo, asegura que se marcha tranquilo, con la clara convicción de que su ciclo ha acabado, aunque alguien como él, ligado al club desde los 8 años, nunca se marchará del todo.
En su balance está saber conjugar con éxito ambición y austeridad, lograr una masa social más amplia y fiel, una cantera con dinamismo y apoyos suficientes para mantener saneado al club pese a decepciones y rechazos como los de Cajasol y Grufesa, que dieron la espalda a la entidad. De su sucesora, Teresa Ollero, destaca que conoce a la perfección el funcionamiento del club y su enorme entrega, por lo que no duda de que los éxitos continuarán. Espera que se armen un equipo joven y con mucha hambre para volver a pelear por el ascenso a corto plazo con Fernando Castelló como patrón.
P.- Después de siete años al frente del club deja la presidencia, ¿con qué ánimo vive estos momentos?
R.- Estoy tranquilo, creo que la decisión que he tomado es acertada. Es algo que quería hacer desde hace dos temporadas. Necesitaba dejar ya el cargo, porque el desgaste personal en estos siete años ha sido muy importante.
P.- En este tiempo de mandato han pasado muchas cosas, ¿qué balance hace de su gestión?
R.- Cuando llegué, encontré un club roto, casi a punto de desaparecer porque no había una cabeza visible que asumiera la responsabilidad de presidirlo. Se estaba perdiendo la identidad de la que siempre habíamos presumido, nuestra cantera y la fidelidad de la afición. Por eso, el primer paso fue hacer un proyecto que volviera a enamorar a todos. Teníamos que buscar nuevos objetivos y creí que el más importante era dejar de buscar la salvación de la categoría y marcar como objetivo principal luchar por ascensos. Creo que esto se ha conseguido, ya que en siete años, hemos jugado tres fases de ascenso y una temporada en la División de Honor Plata.
P.- ¿De qué se siente más orgulloso en este tiempo o qué le ha generado más satisfacción en el desempeño de su cargo?
R.- Me siento orgulloso de haber colaborado en el engrandecimiento de nuestro club, al que he estado ligado de una u otra forma desde los ocho años, edad en la que empecé a practicar este deporte. Creo que actualmente tenemos un prestigio reconocido a nivel nacional, para lo que hemos trabajado muchísimo. Y, por último, mi mayor satisfacción es ser el primer presidente que ha vivido la experiencia de un ascenso a la División de Honor Plata.
P.- ¿Cuál ha sido el momento más amargo que le ha tocado vivir?
R.- En el aspecto deportivo, sin duda alguna, fue el día de la fase de ascenso celebrada en Rentería en mayo del año pasado. Lo teníamos todo casi hecho, pero cuando terminó el segundo partido y vi que todo lo que habíamos trabajado durante un año no había servido para nada, se me cayó el mundo encima. En el aspecto económico, más que momentos amargos he vivido una constante intranquilidad por el retraso de los ingresos, lo que nos hacía no poder hacer frente a los pagos a tiempo. Sobre todo, lo pasaba mal con los retrasos en las retribuciones a los jugadores y al personal técnico del club, que tengo que reconocer que siempre han mostrado una gran paciencia y compresión con la presidencia del club. Por otro lado, lo que he vivido son dos grandes decepciones, una con Cajasol, que nos comunicó que nos retiraban la colaboración cuando la temporada estaba ya comenzada, y habíamos contado con ella, y otra, que me ha dolido enormemente, es la retirada de la colaboración por parte de Grufesa, no tanto por el tema económico, como por la importancia que tiene esta empresa dentro del tejido empresarial y social de nuestra ciudad.
P.- ¿Deja el club en una situación distinta a como lo encontró? ¿Cuáles son los principales avances que se han realizado?
R.- Desde el punto de vista económico, el club se queda totalmente saneado, tal y como me lo encontré. Una diferencia importante es el número de socios, que ha pasado de menos de 100 a los 500 con los que cuenta actualmente. Además, se ha conseguido contar con el apoyo de muchas pequeñas empresas de nuestra ciudad, lo que le da al club la fortaleza suficiente para afrontar las dificultades presupuestarias que se puedan plantear. Otro avance importante es la consolidación del equipo filial, que es fundamental para conseguir que los jugadores adquieran la experiencia necesaria antes de dar el salto al primer equipo.
P.- La temporada pasada ha sido la más atípica de los últimos años pero pese a contar con recursos limitados el equipo rozó la fase de ascenso, ¿cómo la valora?
R.- Como tú bien dices, fue una temporada atípica, porque se hizo un proyecto para empezar a rejuvenecer a la plantilla e ir incorporando a jugadores de la cantera al primer equipo, aunque con objetivos deportivos más humildes. Pensábamos que se trataría de un año de transición, pero cuando nos dimos cuenta, gracias al trabajo de Fernando Castelló y a la implicación de los jugadores, estábamos peleando por meternos en la fase de ascenso. Y todo esto hay que valorarlo, mucho más si tenemos en cuenta que las lesiones se cebaron con nosotros desde el primer día de entrenamiento de la pretemporada.
P.-¿Tiene la nueva presidenta las cualidades adecuadas para dirigir este club?
R.- No me cabe ninguna duda de que las tiene. Tere conoce el funcionamiento del club a la perfección, ya que formaba parte de la directiva mucho antes de llegar yo y conmigo ha estado desde el principio y ha ido adquiriendo más responsabilidad con el tiempo. Además, hay pocas personas tan entregadas al club, que esté dispuesta a dedicarle tanto tiempo y esfuerzo y que sienta tan profundamente sus colores. Por otro lado, cuenta con el apoyo de una directiva muy comprometida y solvente, aunque algo cansada ya.
P.- ¿Qué espera del próximo proyecto para la temporada 2013-14?
R.- Espero que el proyecto sea ilusionante y ambicioso, pero sin olvidar nunca la austeridad. La nueva presidenta ha vivido a mi lado que teniendo los pies en el suelo, la vida es más fácil. Se debe hacer un equipo que sea joven, pero con mucha hambre de crecer. Si se le consigue un equipo así a Fernando, éste hará que vayamos a por el ascenso a corto plazo.
P.- ¿Cómo valora la ampliación de grupos de la Primera Nacional? ¿El balonmano nacional debe tender hacia otro modelo distinto al actual?
R.- La ampliación hará que se le dé el protagonismo que se merece la cantera. Habrá que tirar de ella porque no habrá jugadores suficientes en el mercado para configurar tantas plantillas. Nosotros estamos dirigiendo el balonmano a un deporte para estudiantes y no para profesionales. Tenemos que convencer a los jugadores de que la recompensa al enorme sacrificio que hacen por dedicar tantas horas al balonmano, es que vamos a ayudarles a costear sus estudios y no que se van a llevar un sueldo. Actualmente más del 90% de nuestros jugadores son estudiantes o licenciados, característica de la que nos sentimos orgullosos.
P.- Dígame cuatro o cinco jugadores que recuerde con especial cariño de su etapa y que hayan sido un gran descubrimiento por su importancia y rendimiento.
R.- Puedo destacar a muchos jugadores por unos u otros motivos. A Lauro Márquez y Ale Millán les estoy muy agradecido porque son los que han estado desde el primer día hasta el último confiando en mis proyectos. Para mí han sido un gran descubrimiento por su rendimiento Sergio Cruzado, Max Gallas y José Jiménez y un jugador que recuerdo con especial cariño es Guille Sierra, porque, con su carisma y liderazgo en el grupo, me ayudó a resolver muchos problemas en el vestuario que podían haber entorpecido el funcionamiento del club.
P.- ¿De qué manera se ha enriquecido personalmente con lo que ha vivido como presidente?
R.- He aprendido a enfrentarme y superar situaciones difíciles, que afortunadamente en mi vida cotidiana no tengo que vivir. He adquirido una gran experiencia en relaciones con instituciones públicas, con entidades privadas, con asociaciones, etc. He conocido a mucha gente de distintos lugares de España con el consiguiente enriquecimiento que supone la pluralidad. Me he convencido, más si cabe, de que el deporte ayuda a transmitir los valores de la solidaridad, el sacrificio y la amistad, tan abandonados hoy en día por la juventud.
P.- ¿Cuál va a ser su relación con el balonmano a partir de ahora? ¿Echará algo de menos?
R.- Pretendo ser un socio más del club, que irá a ver los partidos y, por supuesto, si la presidenta me necesita, pondré a su disposición todo lo que he aprendido en estos años. Lo que más voy a echar de menos son las relaciones personales que se entablan con los jugadores y técnicos, con los directivos, con los socios… Aunque suene a tópico, se crea una gran familia en la que establecen lazos muy fuertes que te enriquecen personalmente. Desde aquí quiero darles las gracias a todos y despedirme como presidente. Gracias.