Redacción.La sede de La Rábida de la Universidad Internacional de Andalucía, auna sus dos señas de identidad en sus 70 años de existencia: la oferta de cursos de verano y la vocación americanista, según ha reconocido la directora de la entidad, Yolanda Pelayo, este viernes 19 de julio en la conferencia de presentación del curso de verano ‘La experiencia latinoamericana y la crisis europea: enseñanzas y oportunidades’.
El profesor de la Universidad Nacional de Educación a Distancia, e investigador principal sobre América Latina en el Real Instituto Elcano, además de director del curso de la Unia, Carlos Malamud Rikles ha recuperado durante la presentación una de las reflexiones llevadas a cabo en el mismo la frase expuesta por José Calos Díez, “hay vida después de la crisis”, y a ella suma que “no se trata sólo de saber que hay vida después de la crisis, sino qué tipo de vida se puede encontrar entonces”.
Durante el desarrollo del curso se ha llevado a cabo el análisis de las diferentes crisis en Latinoamérica y su comparación con la situación actual en Europa, en específico en España, con la visión de tomar los aprendizajes que puedan ser aplicables. Se ha profundizado especialmente en la experiencia de Argentina en sus diferentes etapas de dificultad económica, social y política en la historia, así como la actual situación de Brasil. “También se ha analizado tanto el impacto de la crisis española en Europa, como el impacto de la Unión Europea en América Latina durante su evolución reciente”, complementa el director.
Por su parte, el miembro de la Secretaría General Iberoamericana (Segib), y profesor del curso, Fernando García Casas, ha señalado que “para salir de la crisis no deben disponerse medidas unidimensionales, sino en distintos ámbitos, varias desde la Unión Europea, y no únicamente desde España”.
El curso se ha desarrollado dentro de la oferta de los cursos de verano que cada año se imparten en la Unia en La Rábida, gracias al apoyo del Ayuntamiento de Palos de la Frontera. El director ha propuesto que, para próximas ediciones, se convierta en una tradición que la clausura corra a cargo de alguien de la Segib, organismo fundamental para tratar estos temas, tal como ha ocurrido en la oferta de este año.