Carlos Arroyo. Con motivo de la catalogación de la plaza de toros de La Merced, reconociendo su valor para asegurar su protección, queremos reseñar los hitos más importantes sucedidos en el coso centenario y su historia.
En las próximas Fiestas Colombinas serán ya 111 años de historia de un coso que respira torería y que se ha ido forjando en el arte de las grandes figuras que han pisado su albero, en una historia que se reescribe cada añoy que se impregna del aroma del miedo, los olés, las tardes de gloria en las que el aficionado sale toreando por la Vega Larga, el orgullo de las dinastías onubenses de “Litri” y “Chamaco” y tantos otros toreros nacidos en los esteros del Tinto y el Odiel, la soledad orante de la capilla, la algarabía de los tendidos, y todo lo que supone una tarde de toros.
La plaza de toros de La Merced fue construida en el año 1902 por el arquitecto Trinidad Gallego Díaz. Viene a sustituir al antiguo coso, situado en el mismo lugar en la carretera de Gibraleón, que fue demolido en 1898, siendo éste de madera. Eran los años en que comenzaba a dar sus primeros pasos la dinastía Litri, y la afición onubense pedía un nuevo coso más acorde para las celebraciones de las corridas de toros. Así, el nuevo recinto, se convierte en una realidad cuando el 5 de septiembre de 1902 es inaugurado con una corrida de toros de la ganadería del Marqués de Saltillo, alternando Miguel Báez Quintero “Litri” y “Machaquito”.
Con la irrupción del nuevo torero onubense Manuel Báez “Litri”, la plaza de toros, llamada de Las Colonias por su cercanía con el populoso barrio, siguió con su actividad, pero el infortunio de su muerte en Málaga en 1926 hizo que la afición fuera decayendo y que la plaza fuera cayendo en el olvido, acabando con su abandono y en casi su ruina.
El 2 de agosto de 1968, se inaugura la plaza de toros Monumental, situada en el antiguo recinto ferial, con un aforo de 14.000 espectadores, actuando Miguel Báez Espuny “Litri”, Ángel Teruel y Manuel Benítez “El Cordobés”, con reses de la ganadería triguereña de Celestino Cuadri. Problemas en su estructura hicieron que cesara su actividad en el año 1981 y siendo derruida en el año 1997.
Se celebraron entonces los espectáculos taurinos de la Fiestas Colombinas en una plaza portátil adyacente a la Monumental, en el recinto colombino, hasta que el empresario onubense José Luis Pereda se encargó de remodelar la antigua plaza de las Colonias, haciéndola apta para su uso, siendo reinaugurada el 29 de julio de 1984, con la reaparición de Miguel Báez Espuny “Litri”, Curro Romero y Pepe Luis Vázquez. Así hasta nuestros días, se ha convertido en referente de la temporada taurina nacional, con sus espectáculos taurinos en la Fiestas Colombinas de agosto.
Son cuatro las alternativas que se han producido en el coso mercedario en su más que centenaria existencia. Sebastián Borrero “Chamaco II”, el 3 de agosto de 1984, con Miguel Báez “Litri” como padrino y Paco Ojeda como testigo; Emilio Silvera, dos años más tarde, actuando como padrino José María Manzanares padre y repitiendo como testigo Paco Ojeda; Francisco José Ruiz “Espartaco Chico”, en 1989, siendo su hermano Juan Antonio Ruiz “Espartaco” padrino, que también la tomara en Huelva en la plaza Monumental en el año 1979, y de testigo Miguel Báez “Litri”; y, la última hasta ahora, la que tomara Francisco Barroso en 1997 de manos de Manuel Díaz “El Cordobés”, siendo testigo del doctorado el valenciano Vicente Barrera.
Dos indultos han tenido lugar en el coso de las laderas del Conquero, un novillo de la ganadería de Jandilla, lidiado por Diego Puerta el 12 de octubre de 1984, de nombre “Friolero” y el toro “Culito” de la ganadería onubense de José Luis Pereda, lidiado por Juan Serrano “Finito de Córdoba” en el Día de Andalucía, 28 de febrero, de 2000.
Ésta es su historia a grandes rasgos, consolidado el edificio entre la afición taurina, que disfruta cada año de un recinto acorde a una ciudad y a una afición que ama la fiesta, respeta al torero y disfruta con cada pasaje de una tarde de toros.
Le deseamos y auguramos larga vida al coso mercedario, sustentado por la afición a los toros en nuestra capital. Que así sea.