Elisabeth Méndez. Desde la Escuela de Arte León Ortega de Huelva, donde comenzó a iniciarse en el apasionante mundo del arte, a la Facultad de Bellas Artes de Sevilla, y de esta a la Accademia di Belle Arti di Brera en Milán, donde se encuentra actualmente recibiendo formación en diseño gráfico. Este es el trayecto que Alejandro García Ojuelos, con tan solo 21 años de edad, lleva recorrido con el objetivo de crecer y engrandecerse en el ámbito del arte, una esfera por la que desde pequeño ha sentido verdadera atracción.
Aventurero inquieto y con una simpatía que lo define, este joven confiesa ser un aficionado al deporte y a los viajes, “me encanta descubrir nuevas ciudades y caminar por sus calles con lo puesto y sin más equipaje que una mochila, y conocer gente nueva, pues cada persona es un mundo y siempre se puede aprender algo de cada uno de ellos”.
Natural de Lucena del Puerto, localidad a la confiesa estar deseando volver para poder ver a su sobrino, de tan solo siete meses de edad, este onubense está recibiendo en Milán formación en programas relacionados con 3D, animación y montaje, conocimientos que espera le sean de gran utilidad en un futuro, y gracias a los cuales ha tenido la oportunidad de participar en proyectos realizados en nuestra tierra, como por ejemplo, la creación de la imagen ‘Empleonuba’.
Para conocer un poco más a Alejandro y su experiencia en Milán, Huelva Buenas Noticias se desplaza hasta esta ciudad, donde nuestro onubense por el mundo confiesa estar viviendo “uno de los años más importantes a nivel personal y profesional”.
– Alejandro, ¿cómo surgió la idea de irte a Milán a seguir formándote?
– La idea surgió de manera espontánea, se me presentó la oportunidad de irme al extranjero y pensé ¿por qué no? Así tendría la oportunidad de saber que se siente al estar tanto tiempo fuera de tu tierra, aprender arte desde otro punto de vista y ver hasta qué punto sería capaz de desenvolverme en la situación de vivir en un lugar totalmente desconocido. Aunque Milán no era mi destino preferente, tuve suerte de que me lo asignaran, pues aquí estoy teniendo la oportunidad de adquirir nuevos conocimientos de programas informáticos y comenzar a realizar proyectos en el campo del diseño gráfico, que, a fin de cuentas, es lo que siempre he anhelado aprender desde el principio de mi formación.
– ¿Qué es lo que estás haciendo allí?
– En Milán, además de disfrutar de la gran experiencia Erasmus, estoy cursando el tercer año de la carrera de Bellas Artes, ofreciéndome la oportunidad de realizar proyectos en el campo del diseño gráfico, adquiriendo nuevos conocimientos sobre este ámbito y especializándome en Programas 3D y de animación. Creo que esta nueva formación me va a ser de gran ayuda en futuros proyectos.
– ¿Cómo fue tu llegada a esta ciudad?
– Aún recuerdo aquel momento en el que llegué a Milán con mi compañero de mi piso, Adrián Guerrero. Nos bajamos del avión cargados de maletas y de ganas de comenzar la experiencia, nos miramos y dijimos ‘¿y ahora qué hacemos?’. Estábamos perdidos, pero como se suele decir, a veces hay que perderse para encontrarse.
Ambos comenzamos desde cero, a conocer gente y a conocernos mutuamente, y tuvimos la suerte de conocer grandes personas y aprender mucho de ellas. Al ser ambos estudiantes de arte, congeniamos muy bien desde el principio, y aprendí mucho acerca del arte contemporáneo gracias a él.
– En ese cambio de país, ¿qué fue lo más duro?
– Pues no sabría decirte que fue lo más duro, quizás el clima. Nunca había estado viviendo en un lugar donde nevase tanto como aquí. Al principio me gustaba porque nunca antes había visto tanta nieve y era algo nuevo para mí. Pero con el tiempo no llevaba bien el clima tan frío de esta ciudad, que rara vez superaba los cero grados, pero me acabe acostumbrando a ello. Y aunque el tema de la comida lo llevo bien, e incluso intento aprender a cocinar platos típicos de aquí, aunque no se me dé muy bien la cocina y no salgan igual de ricos, se echa mucho de menos un buen plato de cuchareo y de un buen jamón, que por aquí no abunda.
– ¿Cómo está siendo tu experiencia? ¿Qué es lo que has aprendido durante este tiempo?
– Se podría decir que está siendo una de las mejores experiencias de mi vida, tanto a nivel académico como a nivel personal. No lo sabía hasta hace poco, pero me encanta viajar, descubrir nuevas ciudades y caminar por sus calles con lo puesto y sin más equipaje que una mochila. Viajar con desconocidos que al final acaban siendo grandes amigos. El hecho de estar fuera de tu país te ayuda a tener que afrontar determinadas situaciones que te permiten descubrir facetas de tu personalidad que desconocías hasta el momento, además de enseñarte que cualquier rincón esconde una historia, aprendiendo de esta forma a valorar más la singularidad de mi tierra, Huelva, a la que quizás no haya prestado la atención que toda su belleza requiere.
– ¿Cómo es Milán?
– Milán no es la típica ciudad Italia con sus calles estrechas y antiguas como Florencia, Siena, Pisa o muchas otras, pero también tiene su encanto. En esta ciudad puedes encontrar de todo, desde lo más glamuroso hasta lo más asequible, sobre todo en el ámbito de la moda. Está perfectamente conectada, y al ser una de las ciudades principales, pasan trenes con frecuencia hacia donde quieras, y lo mejor es que no suelen ser muy caros. El ambiente joven en Milán es bastante bueno. Se podría decir que es la ciudad con más fiesta de toda Italia a diario.
– ¿Y Huelva? ¿Cómo la definirías y cuáles son los mejores recuerdos que tienes de ella?
– Huelva es una ciudad única. Sus largas playas vírgenes, esa brisa veraniega con aroma a mar, su luz, sus mágicas dunas de Doñana, su cálido clima, sus muchas fiestas patronales en las que las tradiciones siguen vivas, y, por supuesto, sus grandes hectáreas de fresas, unos de los principales productos de esta ciudad.
Los mejores recuerdos que tengo son de los veranos en la playa de Mazagón, en donde he veraneado desde muy pequeño rodeado siempre de mis familiares y amigos. Esas tardes calurosas de verano con los amigos en la playa, acompañados de una buena cerveza andaluza, siempre quedarán en el recuerdo, al igual que un buen gazpacho, alimento fresco y sano y muy refrescante en esta época del año. Al oír Huelva me vienen a la mente su jamón, sus gambas y por supuesto sus fresas su gente, que son las que hacen que Huelva sea tal y como es. Quien visita Huelva, ¡repite!
– ¿Qué es lo que más echas de menos?
– Además de a la familia y a los amigos, lo que más echo de menos, aunque parezca muy tópico, es su clima y su comida. El clima aquí es demasiado extremo tanto en invierno como en verano, y la comida no está nada mal, pero no se puede comparar con nuestra rica y variada gastronomía..
– Compruebo que tienes muchas ganas de volver a tu tierra…
– Aunque esta está siendo una gran experiencia para mí y he llegado al punto de sentirme casi como en casa, si es verdad que echo mucho de menos los ratos en familia, en los que no faltan ni los más pequeños, y esos grandes momentos con los amigos. Además, ahora hay un miembro nuevo en la familia, que es el principal culpable de mis ganas de volver. Se trata de mi sobrino Nicolás, de siete meses de edad, al que extraño mucho. Me encantaría poderlo ver más a menudo.- Emocionado, tras una leve parada, añade- Estoy deseando volver para ver cuanto a crecido.
– ¿Recomendarías tu experiencia?
– Por supuesto, es una experiencia que recomendaría a todo el mundo, ya que te abre los ojos y te aporta una gran riqueza cultural. No es lo mismo saber que existen países con diferentes culturas y religiones a conocerlos en primera persona. No debemos pensar que solo nuestra formación profesional es lo más importante, el vivir experiencias como esta también te aportan un alto nivel de madurez y responsabilidad, y te ayudan a mejorar a nivel personal en muchas cosas que luego se pueden aplicar en el mundo laboral. En experiencias como esta te encuentras con obstáculos y situaciones que nunca te habrías imaginado, y te ves obligado a superarlos improvisando y adaptándote. Aprender las costumbres y comportamientos de otros países, también te aporta una nueva perspectiva de la cultura de tu país. Considero que el intercambiar experiencias con personas de otras culturas tiene un gran valor personal, y, por este motivo, me siento afortunado.
Y una última pregunta, ¿qué seria para ti, Alejandro, una buena noticia?
– Es esa que te hace levantarte de la cama, la que te hace creer que aún siguen ocurriendo cosas buenas entre tanta desgracia, las que hacen que en momentos tan complicados nos saquen una sonrisa y tengamos un rayo de esperanza. Necesitamos de buenas noticias para motivarnos y cumplir nuestros sueños.