Mari Paz Díaz. Esta semana en ‘Onubenses por el Mundo’ nos trasladamos hasta la ciudad inglesa de Leeds, donde se encuentra desde el pasado año Jesús Ortega, un moguereño muy conocido que hace unos meses decidió hacer las maletas y aceptar una plaza como Gestor Europeo de la Investigación y el Desarrollo en la universidad de esta ciudad situada al oeste de Reino Unido. La decisión no era fácil. Porque Jesús tenía su vida organizada en Moguer, además de una familia formada con su mujer Reyes y dos hijos. Sin embargo, a pesar de todo, Jesús Ortega fue valiente y asegura que tomó la decisión correcta.
Con 44 años, este ‘Onubense por el Mundo’ ha tenido tiempo de hacer muchas cosas a lo largo de su vida. Estudió la carrera de Filología Inglesa en Sevilla, donde compaginó sus estudios con trabajos ocasionales, especialmente en la Expo’92. Cuando terminó la universidad en 1993, volvió a Moguer, donde le propusieron dar clases de inglés a un grupo de alumnos.
Algún tiempo después, Reyes y Jesús crearon la academia InterAula, en la que trabajaron varios años. En 2002, después de que se casaran, abrieron un establecimiento de moda llamado ‘Canela’, que gestiona su mujer. Ya en 2007 decidieron cerrar la academia y Jesús pasó a dirigir ‘Smartions’, un grupo de consultores en innovación y gestión del conocimiento.
Unos años después, en 2012, fue cuando este onubense aceptó la oferta de la Universidad de Leeds para el puesto que ocupa actualmente. Por ello hemos querido acercarnos a la experiencia de Jesús Ortega, un ejemplo de valentía que desde hace unos meses decidió cambiar radicalmente su vida, lo que le ha traído muchas satisfacciones, a pesar de que echa mucho de menos a su familia y a su pueblo, Moguer, tanto que se toma este tiempo como entrenamiento profesional y personal. En esta entrevista, este ‘Onubense por el Mundo’ nos lo cuenta.
-¿Por qué decidiste irte fuera?
–Los clientes de la consultora que dirigía en España, principalmente centros tecnológicos y universidades, fueron de los primeros en sentir los recortes económicos actuales. Por eso, a pesar de que aún necesitaban nuestros servicios, no tenían presupuesto para poder pagarnos. No fue hasta 2012 cuando la situación impuso el cambio radical que supone emigrar.
-Has pasado por trabajos, experiencias, muy diferentes…
–Siempre he sido curioso y he podido cambiar de trabajo aprendiendo de todos ellos. En algunos me he divertido mucho, como cuando trabajaba en la Expo92 o de intérprete de congresos. Y, en otros, he adquirido habilidades totalmente distintas a las que utilizaba, como a optimizar la gestión electrónica del automóvil o la creación de programas para ordenador.
-¿Y por qué elegiste Inglaterra?
–Inglaterra es uno de los países más ricos de Europa, con una economía muy fuerte basada en el sector terciario y con una tasa de desempleo del 8,9% de la población activa. Este porcentaje, que es tremendamente preocupante para los ingleses, refleja una movilidad laboral a la que no estamos acostumbrados en España. Esta cifra es aún menor en sectores más especializados, como la investigación y el desarrollo, en el que trabajo dando asistencia, donde es bastante común cambiar de trabajo y mudarse cada pocos años. Tuve la suerte de que me ofrecieran una vacante en la Universidad de Leeds y, como el puesto se ajustaba bastante a mis conocimientos y experiencia, acepté después de pensarlo mucho y hablarlo con la familia. Recuerdo que fue el día que ganó España el último Mundial de fútbol, así que supongo que me trajo suerte.
-¿Cuál era tu nivel de inglés al llegar?
-Puedo decir que bastante bueno, ya que estudié Filología Inglesa y he estado utilizando el inglés de una forma u otra en todos los trabajos que he realizado. La única dificultad la encontré al llegar a Leeds, ya que el acento con el que habla la gente de Yorkshire es de los más difíciles que he oído nunca. Aun así tampoco ha supuesto un problema para comunicarme con la gente de mi entorno. La parte buena es que, al estar en una universidad con personas de todo el mundo, sigo aprendiendo y mejorando mi nivel de inglés.
-¿Cómo está siendo por el momento la experiencia?
–Laboralmente, muy positiva. No cabe duda de que venir a trabajar a la Universidad de Leeds como Gestor Europeo de la Investigación y el Desarrollo ha supuesto un gran salto hacia adelante en cuanto a mi carrera y empleabilidad. Día a día aprendo mucho de cómo hacen aquí las cosas en las que son mejores que nosotros en España y no puedo evitar pensar en lo que nos queda por avanzar en muchos aspectos sociales, económicos y culturales.
En concreto, las universidades inglesas tienen un enfoque muy diferente de las de España a nivel general, sirviendo de vínculo entre la investigación y el mercado, creando empresas que comercializan los resultados de la investigación a un ritmo constante. Los propios investigadores trabajan con un doble objetivo: incrementar la excelencia científica y, a la vez, hacerla económicamente rentable explotando comercialmente los resultados. No en vano, Napoleón dijo que Inglaterra era “una nación de tenderos” y los ingleses presumen de ello, aprovechando todas las oportunidades.
Fuera del trabajo también se encuentran aspectos positivos. La sociedad inglesa está llena de contrastes, con costumbres y valores distintos a los nuestros y conocer personas de aquí resulta agradable y me enriquece personalmente.
Por supuesto, echo muchísimo de menos a mi familia y amigos, así como el entorno en el que he vivido y trabajado tanto tiempo. Aunque estoy a sólo 2000 kilómetros y tomo el avión cada vez que puedo, mantener el contacto a través de Internet o el teléfono es no es, ni remotamente, parecido a estar allí con ellos. Pero todo en la vida es temporal, así que me lo tomo como un tiempo de entrenamiento y mejora profesional.
-¿Cómo es Leeds?
–Leeds es una ciudad mediana, con unos 750.000 habitantes, y es básicamente comercial. De hecho tiene el segundo centro urbano comercial más grande del Reino Unido, después de Londres. Es una ciudad que creció en el siglo XIX, con la Revolución Industrial, con un fuerte sector textil. Aunque no es comparable a otras ciudades con más tradición histórica como York, Oxford o Londres, es agradable pasear por el centro o los pueblos de los alrededores, que están integrados en la ciudad. El entorno es bastante agradable, ya que la ciudad se extiende varios kilómetros con los típicos barrios de casas iguales. Como deporte, utilizo la bicicleta, con la que hago rutas (si el tiempo acompaña, claro). También son famosos los parques naturales de Yorkshire y el Noroeste, con unos paisajes impresionantes.
-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
–En mi trabajo actual tengo muchas tareas distintas y todas interesantes: gestionar con los investigadores la petición de fondos para la investigación, preparar y supervisar grupos de diferentes instituciones europeas para trabajar en proyectos, colaborar activamente en la preparación de la estrategia de la investigación en la Universidad para el próximo año, controlar el progreso de los proyectos, etcétera.
Lo que más me gusta de todo es que tengo la oportunidad de ayudar a que los investigadores sigan trabajando y puedan desarrollar nuevas tecnologías que nos hagan la vida más fácil y segura. Quizá alguno de ellos produzca la vacuna contra el cáncer, una fuente de energía limpia o el próximo Facebook. Y me gustaría poder haber contribuido con mi trabajo.
-¿Te has marcado algún nuevo objetivo?
-Por el momento, considero que tengo mucho que aprender y desarrollar en este trabajo, por lo que, a corto plazo, seguramente seguiré en Leeds. Mi objetivo es en uno o dos años poder importar a España todo el conocimiento que estoy adquiriendo aquí, de forma que sea mi país el que se beneficie de mi trabajo. Pero está complicado por ahora, ya que se ha recortado tanto la inversión en la investigación que casi se está paralizando el sistema, con los investigadores y personal auxiliar emigrando a otros países. Este sector va a tardar unos años en recuperarse, así que no cuento con que haya ofertas de trabajo interesantes en este mismo sector.
-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
–Mi familia me echa mucho de menos, ya que siempre he tenido mucha comunicación con ellos y, aunque hablamos y nos vemos todos los días, falta el contacto humano. Tanto mi mujer como mis hijos me apoyan completamente, ya que comprenden que no puedo desarrollar mi trabajo en España y me ayudan dándome mucho cariño.
-¿Y tus amigos?
–Creo que todos coinciden en que hice lo correcto, ya que la alternativa de quedarme en España sin unas perspectivas claras no era recomendable. Todos me apoyan en mi decisión y mantenemos el contacto por email, Skype o WhatsApp. Por desgracia, también recibo, cada vez más, contactos de personas que quieren saber cómo buscar trabajo en el Reino Unido o cómo venir a estudiar. Es un reflejo de la fuga de capital humano que sufrimos en España y que amenaza con dejar el país sin una generación que ayude al progreso y a la creación de riqueza. Pero el mercado de trabajo es como cualquier otro, se basa en la oferta y la demanda. En nuestro país sobran personas preparadas y con experiencia y faltan empleos e iniciativa. En cambio, aquí hay iniciativa empresarial, el Estado apuesta por el crecimiento y eso se traduce en una mayor oferta de empleo.
-¿Cuáles son tus planes futuros?
-Profesionalmente seguir especializándome en mi trabajo. También quiero realizar un Máster, aprovechando que estoy de vuelta en la universidad.
-Entonces, ¿no piensas volver a España por el momento?
–Por mí, mañana mismo. A pesar de que estoy bien aquí, es cierto que Inglaterra es un buen sitio para trabajar, pero España es el mejor sitio para vivir. Probablemente vuelva a España en un par de años, pero no sé si será Huelva, ya que, en mi área de trabajo, la oferta es mayor en Barcelona, el País Vasco o incluso Madrid. Ya veremos cómo evoluciona todo.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-Familia, familia, familia y sol, en ese orden. Lo que se echa de menos es todo aquello que forma parte de tu vida y que has tenido que dejar atrás. Siempre hay aspectos de la vida a los que adaptarse, algunos más fácilmente que otros, pero hay que intentarlo. Por supuesto que Huelva es un buen sitio para vivir, especialmente Moguer, claro. Me encanta volver cada cierto tiempo y encontrarme con mi ciudad, que va cambiando, mejorando lentamente, pero que también sigue teniendo la misma esencia, sin perder lo bueno que tiene.
-Tras tu experiencia, ¿recomendarías a la gente que viva un tiempo fuera de España?
-Lo recomiendo sin duda alguna. Creo que el horizonte imaginario que nos rodea define cómo entendemos la vida. Poder ver más allá de este horizonte, nos permite acrecentar nuestro conocimiento del mundo, ser más tolerantes, entender los cambios que, inevitablemente, nos llegan y estar mejor preparados para el futuro. No hace muchos años se utilizaba la expresión “te hace falta una mili”, refiriéndose al servicio militar obligatorio, que hacía salir de casa a los jóvenes y les permitía ver mundo. Por suerte ya no es obligatorio, pero sí que es recomendable para todos, pero más en el caso de los y las jóvenes, salir de su pueblo o ciudad y conocer otras culturas e idiomas. Además de mejorar las perspectivas laborales, tendrán una experiencia irrepetible y un aprendizaje difícil de igualar.
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
-Que sean inconformistas. El futuro lo hacemos nosotros, con nuestro trabajo, conocimientos y exigencias, así que no debemos aceptar el mundo como nos lo ponen por delante. Si no nos gusta, intentemos cambiarlo teniendo una voz crítica, denunciando lo que no está bien y aportando ideas y alternativas viables. El cambio siempre nos llega en todos los aspectos de la vida, por lo que hay que aceptarlo y utilizarlo para mejorar el futuro.