Mari Paz Díaz. Juan Pérez Rodríguez es hijo del músico Juan Pérez ‘Sombra’ y de María Rodríguez Macías, natural de Tharsis. Con esta herencia era lógico que este joven se decantara desde muy pequeño a estudiar música, primero con su padre, -al que considera su verdadero maestro y mentor-, con el que empezó cantando, tocando la percusión y la guitarra. Luego, con 9 años, Juan entró en el Conservatorio de Huelva, donde comenzó a estudiar piano clásico, convirtiéndose desde entonces en su principal herramienta para hacer música, aunque no es la única.
Luego dio el salto de Huelva y se marchó a Sevilla. Y, después, a París. Fueron años de estudiar música clásica, el estudio en el conservatorio a veces le aburría, y no siempre le daba el aspecto creativo que necesitaba, dice. También estudió música antigua, principalmente con Andrés Cea, al que admira y considera una gran inspiración, aprendiendo los rudimentos básicos del órgano y el clave. Este fue un paso importante para él en cuanto a la improvisación y el mundo de lo desconocido. Paralelamente tenía el flamenco en casa e iba adaptando cosas de la guitarra y del cante al piano, al mismo tiempo que se iba empapando de cualquier estilo de música: clásica india, rock, jazz, electrónica, todo siempre que estuviese bien hecho.
Hace tres años, nuestro ‘Onubense por el Mundo’ se marchó a Boston para estudiar en Berklee y dar conciertos. Desde entonces se encuentra en esta ciudad, donde compagina sus estudios con sus clases como profesor en dos escuelas de música para niños, sin dejar de ofrecer conciertos siempre que tiene oportunidad. Ésta es la vida de este joven onubense que, a pesar de su intensa actividad en Boston, está proyectando marcharse en unos meses a Nueva York.
Con este bagaje, esta semana nos acercamos hasta Estados Unidos para conocer mejor a Juan Pérez Rodríguez.
-Juan, es inevitable preguntarte por tu padre, por Juan ‘Sombra’…
-Mi padre es mi principal maestro e, indudablemente, el motivo por el que soy músico. Es una persona con una sensibilidad musical muy refinada, una intuición y un sentido común para el arte realmente especial. No se deja engañar por los artificios en la música y tiene ojo clínico para identificar la profundidad en un músico, así como en la persona en sí.
Fue una de las personas que tenía claro, cuando no todos lo tenían, que el flamenco tenía que ampliarse a otros géneros y conquistar otros paisajes. Y él contribuyó a esta expansión en los años en los que yo apenas existía.
Aún me sorprende escucharlo cantar. Sus cualidades vocales y su afinación son espectaculares. A veces me da clases de cante. Las cosas que me dice sin haber estudiado música me siguen sorprendiendo. Es innato en él y lo será siempre. Independientemente de que sea mi padre, el que no lo haya escuchado, que se ponga las pilas, porque tenemos un fenómeno en Huelva.
-¿Por qué dirigiste tus pasos a la formación musical?
–Yo nunca dirigí mis pasos a la formación musical, sino que la música estaba en casa. Primero estaba mi padre, luego mis primos y tíos. Había un montón de vinilos y de cintas de músicas de toda índole. Mucho flamenco, Camarón, Lole y Manuel, Paco de Lucía…, pero también Triana, Pink Floyd, Jimmy Hendrix, Victor Jara, Paco Ibáñez, Deep Purple, Bob Marley, etcétera. Yo nunca pensé “Quiero ser músico”. En realidad, quería ser astrofísico, pero cuando me di cuenta ya era tarde. Para mí, la música ha sido como un juego. Es la gran ventaja que he tenido. Luego, la cosa se puso más sería, pero nunca ha dejado de ser una especie de juego.
-¿Y la decisión de marcharte fuera?
–Tampoco he sido yo el que ha decidido eso. Al menos, directamente. Creo mucho en la intuición. Supongo que estoy aquí, en Boston, como parte de un proceso en mi vida. Siempre he sido un inconformista, es como una obsesión de buscar en otros sitios, otras cosas… Al fin y al cabo se trata de la música. La música siempre ha guiado mis pasos, incluso de una forma subconsciente. Si estoy aquí no es en absoluto porque Estados Unidos me guste. Ha sido por la música, por el afán de ver otras cosas, de descubrir nuevos sonidos y, en cierto modo, también de probarme a mí mismo y de saber dónde están mis límites.
-¿Cuál es tu lugar de residencia?
–Vivo muy cerca de la escuela. El área se llama Back Bay. Antes era una bahía, pero echaron un montón de tierra y le ganaron un espacio al mar: Me recuerda mucho a La Orden. He vivido ya en siete casas diferentes en los tres años que llevo aquí.
-¿Cuál era tu nivel de inglés al llegar?
–Vergonzoso. Fue la misma experiencia que ya la había vivido cuando fui a estudiar a París. La verdad es que al principio se hace muy difícil. Uno se siente bastante ridículo, tanto en París como aquí. Fue a los cuatro-cinco meses cuando noté que la cosa empezaba a funcionar, que ya entendía todo y que me hacía entender, aunque me tuviera que inventar muchas palabras. Es algo en lo que los españoles tenemos que ponernos las pilas. El resto del mundo habla inglés. Y no estoy exagerando.
-¿Cuál es tu balance de la experiencia?
–Hasta ahora tengo que decir que, independientemente de que esta sociedad capitalista no me atraiga en absoluto y que la cultura americana no sea ni la más profunda, ni la que más me interesa, venir a Estados Unidos ha sido la mejor decisión que he tomado en mi vida. Creo que soy mejor músico, no solo por la escuela, sino por la cantidad de músicos de todo el mundo que conoces aquí. Me encuentro más cerca de mi verdadero yo musical y tengo una perspectiva de las cosas que antes no tenía. Creo que soy más flexible que antes en algunos aspectos.
-¿Cómo es vivir en Estados Unidos?
-Es muy contradictorio. Es muy especial. Te encuentras gente de todas partes del mundo a diario en la calle. En un kilómetro a la redonda conoces a mucha gente. Viven músicos y más músicos. Puedo pasar un día entero y no hablar con ningún americano. Es muy internacional. Detesto el consumismo tan exagerado que existe aquí, tan evidente y aceptado. Todo es dinero. Todo se reduce a dinero de una forma mucho más evidente que en España. Pero, por otro lado, aquí se respeta mucho la música, mucho más que en España. Y, si eres bueno, te dan tu sitio y te reconocen rápidamente. No como en España. Es muy contradictorio para mí.
-Eres profesor en Boston…
–Sí. Enseño en dos escuelas de música aquí, una en Boston y otra en Providence (Rhode Island). La verdad es que es un dinero extra que me viene muy bien para pagar el sinfín de gastos que hay aquí. Pagan bastante bien. Además, me encanta enseñar. Hay algunos niños que tienen mucho talento y los ves progresar. ¡También aprendes de ellos! Doy clases principalmente a niños de 7 a 15 años y a algunos de mi edad -nací en 1984-, así como a un par de despistados de 50 y 60 años. Enseño teoría, piano, guitarra y ensamble.
-¿Es muy difícil el mundo de la música?
–Lo es. Es muy difícil vivir de la música hoy en día. Y si hablamos de pagar tus facturas tocando música en vivo, ahí se complica aún más. Hay muchos más músicos que sitios donde tocar, donde ganar un sueldo que te permita pagar esas facturas. Tienes que tocar mucho y tocar en sitios que paguen medio aceptablemente. Porque tampoco se toca un concierto a diario, a menos que estés contratado en un sitio y te paguen lo que cualquier trabajador, a duras penas.
Los músicos no hacemos esto por dinero. Tenemos la suerte de trabajar en lo que nos gusta, que es un verdadero lujo hoy en día, pero sacrificamos también muchas comodidades y la posibilidad, en la mayoría de los casos, de vivir más holgadamente. Además no es solo practicar, componer, ensayar, tocar en el concierto… Eso puede ser lo de menos. Es la parte divertida. Es pasar dos o tres horas diarias en el ordenador haciendo cosas que son tanto o más importantes que practicar escalas si quieres vivir de tocar música en directo. Hay que enviar e-mails a sitios para tocar, insistir porque nunca te responden, trabajar en la página web, preparar las partituras en Finale, subir videos a Youtube, redes sociales y demás… Hoy por hoy, hay que estar presente en las redes sociales. Se ha convertido en una herramienta muy importante para los músicos. Y si no lo haces, te quedas por detrás.
-¿Esperas poder tocar pronto en Huelva?
–Espero que sí. Estoy tratando de organizar un concierto en el Gran Teatro de Huelva para octubre, lo que sería para mí algo muy importante. Son muchas gestiones, pero espero y tengo la sensación de que va a funcionar.
-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
–Acabo de grabar tres nuevas composiciones y una versión de un tema de Jesús de la Rosa, de Triana, ‘Sombra y Luz’, en un estudio de aquí. Fue hace un par de semanas. Estamos editando y tenemos que mezclarlo y masterizarlo. A ver si lo ponemos solo online o hacemos un disco tipo Demo, lo que aquí llaman EP. Serían 4 temas de un disco más grande que quiero hacer. No sé cómo, pero que se hará.
-¿Te has marcado algún nuevo objetivo o reto?
–Graduarme cuanto antes, que el disco salga lo mejor posible, tocar más y en mejores sitios y otras cosas que no voy a decir aquí por si no salen.
-¿Hasta dónde te gustaría llegar en el mundo de la música?
-A dar lo máximo que pueda dar de mí mismo. Llegar al límite de mi talento y desarrollarlo lo máximo posible. Esto es algo muy complicado, sumamente complicado, porque no sólo depende de estar un montón de horas delante del piano, que también, sino que además es bastante impredecible porque hay una serie de factores que se escapan al control. Sé que si logro la mejor versión de mí mismo, muchas cosas bonitas llegarán.
-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
–Están conmigo. En realidad, esto para mí no ha sido ninguna aventura. Yo no soy nada aventurero, detesto los aeropuertos, que no el volar en sí, que sí que me gusta mucho. El aspecto físico del viaje lo llevo regular. Lo hago, pero no me gusta. Ésta es mi vida, la que yo he elegido. Y ellos, desde siempre, me han apoyado en la música y en mis inquietudes de forma incondicional. Yo no estaría aquí si no fuese por ellos. Soy muy afortunado en cuanto a la familia que tengo y el apoyo con el que cuento.
-¿Cuáles son tus planes futuros?
–Irme a vivir a Nueva York en noviembre o diciembre y continuar con mi carrera.
-¿Piensas volver a España, a Huelva, en breve?
–Sí. De visita iré en septiembre. Y me vuelvo.
-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-Mi familia, mis amigos, la comida, la playa, el sol y la tranquilidad con la que se vive allí.
-Para terminar: un mensaje a los onubenses.
–Huelva desborda talento, musical, artístico y todo en general. Creo que en Huelva hay una concentración de gente con duende muy grande y una falta de infraestructura y una desidia que no se corresponden en absoluto. Hay que apoyar a los onubenses con ideas y con ganas de hacer cosas. No echar todo abajo a la primera de cambio con la frase de que “es que está la cosa fatá”. Es verdad que lo está, pero que no sea una excusa para que nadie haga nada. Y todo el mundo se quede en casa fantaseando con lo que se podría hacer si la cosa no estuviera fatal. Huelva necesita renovación. Gente joven, optimismo y un poco más de cariño hacía nosotros mismos y hacía la tierra donde hemos nacido.
En cuanto a la música, los músicos choqueros deberíamos ser un poquito más solidarios. Hacer un poco más de gremio. El músico no puede sobrevivir solo. Aunque yo he necesitado salir, quiero volver en algún momento y aportar lo que pueda a mi tierra de lo que haya podido recoger por el camino. Y también que el que sienta que tiene que salir de Huelva, que salga, que la vida es más bien corta.
Os echo de menos. ¡Un abrazo desde Boston!
6 comentarios en «El hijo de Juan ‘Sombra’, Juan Pérez Rodríguez, profesor de música en Boston»
Adelante Juan, no te permitas ni un respiro ni un desánimo. Quienes te conocemos creemos en tí, como hombre y como músico. Sigue luchando con las corcheas hasta que te sean aliadas para siempre.
Juanito, eres muy grande!!! Te queremos!!!
!! suerte en tu caminar !! besos, te quiero !!.
no cambies nunca primo,eres unico de verdad no hay palabras para decribirte.Tu conseguiras todo lo que te propones porque eres un gran luchador que no es nada facil serlo aunque la gente crea que lo es.Un besazo muy grande y avisame si te sale bien lo del gran teatro que alli estare apoyandote
No nos conocemos de nada pero al leer algo de este articulo veo que vas por muy buen camino para todo ,nadie es profeta en su tierra y mucho menos en esta españa de charanga y pandereta devota de enchufados y de maria.En EE.UU quien vale vale y no pasa como aquí que todo son problemas con la burocracia que al final te aburres y no haces nada . que se puede esperar de un pais en el que los politicos estan metidos en la red empresarial sin tener ni idea y sin mirar por lo que tienen que mirar,el bien de ESPAÑA .No me quiero extender mas suerte in tu andadura por la vida.
Juan para mi eres como la fuente del amanecer,tus dedos en el piano que anuncia la llegada de un vuevo dia, eres la luz del viento y tu musica como el rumor del agua cuando baja de un manantial,soy tu padre te quiero con locura. (SOMBRA)