Ana Rodríguez. En plena Cuenca Minera se encuentra una de las localidades cuyos atributos naturales se complementan con el gran corazón de sus gentes. Nerva es un intenso centro de actividad solidaria, una labor silenciosa y minuciosa que logra hacer la vida más llevadera a muchos vecinos de la Comarca. De entre las organizaciones que presentan este perfil en el municipio, podemos hablar de tres en concreto cuyo trabajo encomiable merece ser premiado: la Asociación de Discapacitados Athenea, Cruz Roja y la Asociación de Ayuda al Pueblo Saharaui de Nerva.
En el año 2005, un grupo de personas de la Cuenca Minera con discapacidades físicas decidió sumar fuerzas y crear una asociación para ayudar a otras personas con problemas de movilidad. De esta manera, en 2006 veía la luz la Asociación de Discapacitados Athenea.
Una de las propulsoras de esta entidad es la hija de Daniel Carrasco, el tesorero de Athenea, quien recuerda que ya desde sus comienzos se marcaron como objetivo contribuir a la integración dentro de la sociedad de las personas con discapacidad física, además de atender a sus familiares.
Desde su fundación, la Asociación ha crecido mucho y ya cuenta con 368 socios procedentes de Campofrío, Minas de Riotinto, Nerva, El Campillo y Zalamea la Real. Durante todo el año llevan a cabo actividades de diversa índole para conseguir sus marcados fines.
Actualmente tienen en marcha tres talleres –de cuero, de pintura en tela y de manualidades en cerámica- los cuales están encaminados a la rehabilitación e integración social de los alumnos.
Asimismo, el geriátrico de Nerva ha cedido a la Asociación un espacio en el que ésta ha montado un gimnasio con maquinaria específica y adecuada que han podido comprar gracias a una subvención de la Junta de Andalucía.
Athenea también organiza a lo largo de año talleres para reactivar la memoria, charlas, conferencias, galas benéficas e incluso una exposición para recaudar fondos con motivo del Día de la Discapacidad. A partir del 30 de mayo, cuando finalicen los talleres que ahora tienen en curso, la Asociación quiere montar stands en la plaza principal de Nerva para mostrar el fruto de estos meses de trabajo.
Cabe destacar que Athenea también edita anualmente una revista en la que plasma sus actividades, inquietudes y la memoria de gastos e ingresos, dando muestra de su total transparencia y honestidad.
Respecto a las ayudas que reciben, Daniel Carrasco señala que el Ayuntamiento de Nerva “siempre se vuelca con la Asociación”, siendo un ejemplo de ello que la Concejalía de Asuntos Sociales les cedió su actual sede. También otros consistorios como el de El Campillo, Zalamea o Riotinto colaboran, sin olvidar a la Mancomunidad de la Cuenca Minera y a empresas privadas como el Centro de Residuos Industriales gestionado por Befesa, ubicado en la localidad, o una ortopedia de Riotinto en la que realizan importantes descuentos a los miembros de la Asociación.
También es importante la labor que lleva a cabo la Asociación de Ayuda al Pueblo Saharaui de Nerva, más conocida como Nerva Solidaria, una entidad de ámbito comarcal que extiende sus actividades a las localidades de Riotinto, Nerva, Berrocal, Campofrío y El Campillo.
Desde su nacimiento, en el año 2004, sus fundadores quisieron extender sus ideas y labores a todos los pueblos de la Comarca, pues en toda la zona hay gente interesada y con ganas de ayudar.
Así lo asegura el presidente de la Asociación, Juan Barba, quien recuerda que Nerva Solidaria se marcó como objetivo inicial y principal sensibilizar a la población sobre la situación en la que viven los niños en el Sahara. Empezaron poniendo en marcha campañas de acogida de estos pequeños, ya que ellos “son los mejores mensajeros” de la situación de su país.
A punto de cumplir 10 años, Nerva Solidaria cuenta ya con 50 socios y llevan a cabo diversas actividades a lo largo de todo el año. La principal sigue siendo su leit motiv, la recepción de niños saharauis por parte de familias de la Cuenca, habiendo llegado a traer hasta 14 de ellos en un mismo verano. Estos pequeños tienen entre ocho y 12 años y pasan dos meses de vacaciones estivales con sus “padres” onubenses, pudiendo repetir la experiencia, como máximo, en cuatro ocasiones.
“Acoger a un niño es una experiencia que crea vínculos de por vida”, asegura Barba, “es un miembro más de la familia, un hijo más, y te deja una gran huella. Cuando se van, se mantiene el contacto, bien por teléfono o enviándoles cosas y ellos también te mandan regalos porque, a pesar de que no tienen nada, lo que tienen te lo brindan, son muy solidarios. Hay familias que incluso van al Sahara a visitar a sus ‘hijos adoptivos”.
En el tiempo que los pequeños pasan en Huelva, la Asociación organiza diversos encuentros para que puedan compartir sus experiencias, como charlas, conferencias, etc. que a la par contribuyen a sensibilizar a la población.
A pesar de la situación actual, Juan Barba afirma que la acogida se está manteniendo y que este verano los jóvenes volverán a llenar de ilusión las casas de una decena de onubenses. Además, la entidad celebra eventos, como tómbolas solidarias y otras actuaciones cuya recaudación sirve para aminorar la carga económica de las familias de acogida.
Sin embargo, la labor de Nerva Solidaria va mucho más allá. La Asociación organiza otra gran campaña, la de Alimentos de Esperanza, durante la cual se recogen alimentos que, posteriormente, son enviados a los campamentos de Tinduf. El último envío fue en febrero y en total fueron 3.000 kilos los que la Asociación consiguió reunir para ayudar a los saharauis.
En este periplo solidario, la entidad cuenta con la ayuda de diversas instituciones, como Befesa, el Ayuntamiento de Nerva o La Caixa. A este respecto, Barba reconoce que la zona donde desarrollan su actividad es muy solidaria “no sólo a nivel internacional, sino también en el ámbito local. Hay muchas asociaciones que se mueven por aquí”.
Y no le falta razón, sin ir más lejos, en el municipio también se encuentra la sede de la asamblea local de Cruz Roja. Ésta se fundó en 1904, aunque se convirtió en comarcal en junio de 2010. En la actualidad, su actividad abarca siete municipios, concretamente Minas de Riotinto, La Granada de Riotinto, Campofrío, El Campillo, Zalamea la Real, Berrocal y Nerva.
Las áreas de actuación de Cruz Roja en la Cuenca Minera son muy diversas. Como indica el responsable de la entidad en Nerva, José María Jiménez, “trabajamos mucho con personas mayores, sobre todo en el geriátrico donde, ahora mismo, estamos llevando a cabo una plantación de árboles en la parte trasera del centro para que los ancianos puedan salir y estar a la sombra”.
Otra de sus tareas es el reparto de alimentos, atendiendo, sólo en los siete municipios donde trabaja esta delegación de Cruz Roja, a 990 personas, en total 350 familias que siguen adelante gracias a esta ayuda.
“Colaboramos con todas las entidades e instituciones que nos lo solicitan”, destaca Jiménez, ya sea aportando la ambulancia y personal a los dispositivos que se crean en los municipios con motivo de las cruces de mayo, que ahora es la época, o animando las piscinas locales y organizando actividades para entretener a los más jóvenes”.
Según Jiménez, “en estos momentos estamos muy volcados también con el Sorteo del Oro. Hemos colocado un stand en el hospital de Riotinto, aunque también vamos de pueblo en pueblo intentando vender lotería y, a la par, aprovechamos para captar voluntarios y socios”. Precisamente, la delegación cuenta actualmente con 56 voluntarios y, pensando en ellos, está organizando una jornada de convivencia que tendrá lugar a finales del mes de mayo para que se conozcan entre ellos y compartan ideas.
Como en el caso de las otras entidades, Cruz Roja en Nerva cuenta con el apoyo asiduo de empresas privadas como Insersa, Emed Tartessus y el Centro de Residuos Industriales de Befesa, lo cual ratifica el compromiso, no sólo de los lugareños, sino también de los negocios que tienen su actividad en la zona, dejando así un amplio semblante de la Nerva más solidaria.
