Juan Manuel Muñoz. Tenemos que cambiar el paso, no nos queda más remedio. Mucha gente, demasiada, no se está dando cuenta de que no se puede seguir así. Que lo que está pasando nos obliga a afrontar la vida, en esta sociedad que nos ha tocado vivir, de otra manera. Ya no valen los modelos que nos han traído hasta aquí. O nos renovamos, reciclamos, reinventamos, en definitiva, nos paramos, templamos y mandamos para encontrar un nuevo rumbo, o estamos abocados a una ruptura social sin precedentes.
Pero desde los que manejan los hilos de nuestra existencia, hasta los más modestos representantes de nuestra ciudadanía, todos. Ya no estamos para jueguecitos, señoras y señores. Políticos que nos gobernáis, ya no estamos para palabrería que no nos saca del callejón sin salida. Es hora de Gobernar, con mayúsculas. Sin dar palos de ciego. Es hora de poner la imaginación a tope e inventarse cosas nuevas que acaben con viejas recetas obsoletas que, tozudamente, están demostrando una inutilidad manifiesta.
¿No os dais cuenta de que no somos capaces de salir, que llevamos más de seis años en el fondo del pozo y no se ve claridad ninguna; que esos años se pueden duplicar perfectamente al paso que vamos, y al que no le ha tocado hoy le puede tocar mañana?
Hay más de seis millones de razones que nos dicen que no estamos por el camino correcto. Cuántas más hacen falta para que todos nos demos cuenta de que no lo estamos haciendo bien, que no podemos intentar recuperar modelos conocidos, que no, que hay que buscar otros, que no podemos pensar que vamos a recuperar estatus pasados, que no.
Por eso, desde este escaparate de buenas noticias, me gustaría dejar el mensaje claro y nítido de que podemos salir y vamos a salir, pero tenemos que dar un cambio drástico en todos los sentidos, desde la mentalidad, hasta la forma de concebir y poner en práctica las medidas macroeconómicas. Éste es el momento de que todos nos dejemos de intentar quedar por encima del otro y entrelacemos las manos para salir adelante.
Lo está esperando mucha gente desesperada que, desde sus trincheras, apenas aguantan el día a día.
Y los que no lo sepan hacer, que dejen paso. Ya no estamos para inventos y para verlas venir. Estamos para actuar de forma contundente y absolutamente novedosa. La estructura de una sociedad la formamos los que en ella vivimos y somos los que elegimos como reforzarla. Pongámonos manos a la obra y veremos que los resultados no tardarán en llegar, si de una puñetera vez entendemos lo que pasa.