Redacción. Una treintena de niños de 1º de Primaria del CEIP Tierno Galván de Aljaraque ha conocido la labor que la Consejería de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente desarrolla desde el Centro de Recuperación de Especies Amenazadas y de Gestión del Medio Marino Andaluz (Crea-Cegma) ‘Marismas del Odiel’. La iniciativa, que se encuadra dentro del Plan Aldea, un programa de educación ambiental en el que participa también el departamento de Educación, Cultura y Deporte del Gobierno andaluz, ha venido a sensibilizar a los más pequeños sobre la necesidad de evitar actitudes que pueden poner en peligro a la fauna de la provincia a la vez que les ha mostrado qué hacer en caso de encontrar algún animal accidentado o herido.
La delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, Carmen Lloret, que ha acompañado a los escolares en su visita a las instalaciones del Crea-Cegma, ha destacado la importancia de concienciar a los más pequeños para la preservación de especies amenazadas que encuentran su hábitat en nuestra provincia como son, por ejemplo, el buitre negro, el lince ibérico, el águila pescadora o el águila imperial. “Los niños se convierten en nuestros mejores aliados, pues interiorizan ese compromiso con el medio ambiente y lo trasladan desde la escuela a la sociedad, a los mayores”, ha valorado Lloret.
Tras una presentación didáctica sobre la actividad del Crea-Cegma, los pequeños han pasado por las cuatro jaulas de exhibición de animales irrecuperables (considerados así aquellos que no pueden volver al hábitat natural), donde han contemplado ejemplares de tortuga mora, espátula, búho real o cernícalo vulgar. Los menores no sólo han descubierto que existen hospitales para animales, sino también las causas que provocan su ingreso en ellos, la mayoría, como ha señalado la delegada territorial de Agricultura, Pesca y Medio Ambiente, relacionadas con la acción directa del hombre y, en consecuencia, evitables.
La jornada de educación ambiental ha concluido con una serie de talleres lúdicos en los que los pequeños han evidenciado los conocimientos adquiridos mediante el dibujo de aves, anfibios, reptiles o mamíferos rodeados de situaciones de peligro como las carreteras, las vallas eléctricas o las trampas, entre otras. Un punto en el que también han experimentado el ciclo de la vida con un juego en el que el grupo se divide en dos para desempeñar, unos, el papel de azores (rapaces de tamaño mediano) y, otros, el de cernícalos (rapaces pequeñas). Éstas últimas tienen que buscar insectos para alimentarse al mismo tiempo que tratan de evitar ser apresadas por las otras.