R.F.Beviá. Una de las grandes riquezas, objetivas, que atesora nuestra mágica provincia es la arqueológica. Como otras, insuficientemente conocida, difundida y defendida por la mayoría de sus habitantes.
En marzo y abril de 1923, hace justo noventa años, dio titulares para la prensa una noticia espectacular: la draga «Cinta» había tropezado en su labor , a unos 23 metros al sur del muelle de la Compañia de Tharsis, en la Ría de Huelva, con un gran depósito de armas y otros objetos de bronce. Inmediatamente el importante descubrimiento llamó la atención de los principales arqueólogos españoles y muchos de los extranjeros que aplicaban su esfuerzo a desvelar los misterios de este fertil campo de investigación en el suroeste hispano. El considerable número de piezas que aparecieron, 397, y su naturaleza, armas (espadas, lanzas, regatones, puñales, puntas de flecha) y en menor medida, otros objetos (elementos de vestimenta y adornos como fíbulas y alfileres), constiuía un hallazgo inédito y de un valor arqueológico estraordinario.
El fortuito encuentro con estos vestigios de un pasado relevante alcanzó relieve nacional, implicándose incluso el rey Alfonso XIII en la decisión en cuanto al destino de las piezas. Una singular muestra de la importancia que se le dió en España fué la edición de un cuadernillo de tarjetas postales, cuya portada reproducimos, por parte de la principal entidad entonces en este apartado, la casa madrileña de Hauser y Menet.
El texto explicativo de su contenido nos aporta una idea de la relevancia del descubrimiento: La expléndida colección de armas y objetos de bronce, encontrados en los dragados del Puerto de Huelva pertenece, según Bonsor, Schulten y Leite de Vasconcellos, al último periodo de la edad del Bronce, que hasta ahora no estaba representada en los museos, con objetos procedentes de esta zona a pesar de radicar en ella las más importantes minas de cobre conocidas y explotadas en la antigüedad. El examen de los diferentes objetos permite deducir una civilización muy adelantada, no solo en la técnica del trabajo del metal, sino en las disposiciones adoptadas para obtener la máxima resistencia y las formas generalmente empleadas, así como algunos detalles acusan un arte muy notable. Parece comprobarse por este hallazgo la hipótesis de Schulten de que la región de las minas de Huelva era el centro de la fabricación de armas y objetos de bronce en aquella remota edad, siendo de gran importancia esta riquísima colección única en su género que está siendo objeto de estudio de gran número de arqueólogos además de los ya citados.
Dada la importancia del depósito encontrado en Huelva, connotaciones políticas incluidas en el contexto de la dictadura de Primo de Rivera, su valioso contenido tuvo como destino el Museo Arqueológico Nacional de Madrid. El director y el subdirector del puerto de Huelva , Francisco Montenegro y José Albelda, respectivamente, tuvieron mucho que ver en conseguir que, al menos, un pequeño número de piezas volviesen a Huelva y se encuentren hoy en el Museo Provincial y alguna, quizá, en manos particulares.
Desde el primer momento del hallazgo, como hemos indicado, ciertamente revolucionario en el ámbito arqueológico y fechado en cuanto origen en los siglos IX o X a.C., se suscitó una cuestión sobre la que se han planteado diversas teorías y que, hoy, al cabo de noventa años sigue constituyendo un enigma sin resolver: ¿porqué se produjo en la Ría de Huelva este depósito de armas y otros objetos de bronce?
Hay dos líneas básicas en la posible respuesta, la primera es que todas estas armas y otros objetos de bronce se encontraban en la bodega de un barco que se hundió; la segunda considera que fueron arrojadas voluntariamente al fondo del río. En el primer caso también se ha especulado sobre si el buque partía de aquí o llegaba a puerto, algo vinculado a la disquisición relativa a si los objetos encontrados tenían origen en alguna gran fundición que existiese en la zona o si eran elementos de chatarra que se traían de otros territorios.
Respecto a la hipótesis de un depósito voluntario, que las armas bubieran sido arrojadas a la ría, algunos científicos consideran que pudo corresponder a algún rito funerario. También, en esta línea, hay arqueologos que consideran que pudo tratarse de un acto de marcación de territorio, un símbolo de poder e, incluso, una acción de carácter económico, de modo que lo que se pretendía era disminuir el stock de armas para que no se prudujese una devaluación de las mismas. Por último, hay una teoría que sugiere que las armas fueron arrojadas como una ofrenda ritual al final de una batalla.
Una de las últimas aportaciones al intenso debate respecto a la cuestión lo ha aportado un análisis a través del método de los isótopos de plomo, que ha concluido en que las piezas tienen un origen foráneo al territorio suratlántico. Este resultado complica aún más el desenlace del misterio y mantiene el interés de la comunidad científica respecto a este singular descubrimiento en las aguas de la Ría de Huelva. Lo que si parece una evidencia, en línea con lo defendido siempre por el arqueólogo alemán Schulten, es que este maravilloso hallazgo confirma la extraordinaria relevancia del territorio que hoy pisamos desde miles de años atrás.
8 comentarios en «El enigma de las armas y objetos de la edad de bronce encontrados en la Ría de Huelva hace 90 años»
La verdad, se escapa de la lógica lo que es capaz de hacer esta ciudad y sus habitantes por no querer destacar, por permanecer en la ignorancia, por querer destacar solo por las malas noticias que desgraciadamente se suceden una y otra vez. Por qué no hay nadie en la política de esta provincia que intente preservar y explotar todo el patrimonio que tenemos bajo nuestro suelo, bajo nuestras aguas en vez de cubrir con cemento una tras otra las muestras de nuestro pasado, de la época en la que Huelva era importante, no lo que es ahora. Deberíamos preguntarnos a qué clase de progreso estamos llegando si se destruyen todas las bases de lo que fue nuestra ciudad, si se barren como si de polvo se tratasen los restos de nuestra cultura, si se evita que arqueólogos y estudiosos puedan actuar en la zona en pro de glorificar nuestra tierra. Definitivamente, no lo entiendo.
Gracias por esta divulgación. Es importante que en Huelva sepamos de donde venimos, que somos realmente, cual es nuestro valor…
100% de acuerdo con NOENTIENDO. Nuestos políticos, solo oportunistas, no ven votos en esto. Es más fácil obtenerlos a través del populismo barato que se crece en la incultura de la gente. Es un circulo vicioso incultura –> populismo –> incultura
Enhorabuena por el artículo
gratísima noticia que habría que unir con los restos arqueólógicos de Saltés y la Huelva preromana y la cultura tartésican del golfo de Cádiz.
Extraordinaria noticia que habria de estudiarse.
Páginas 136 a 138 de «Atlántida encontrada y demostrada». Ya no es un enigma. Ese artículo no aporta nada nuevo, en el libro expongo los nuevos análisis de la ponencia de Diego G. Batanero en la UCA. Un saludo.
Se sabe de su procedencia extrangera desde 2001 en los estudios de mineria y arqueología por los datos isótópipos. No hace falta leer literatura de fantasia de la Atlantida, hace falta leer los estudios y ver las conferencias de los profesionales, para informar de nuestro patrimonio.
Parece ser que la genética de estos metales les acerca a los minerales de Sarrabus Cerdeña.