Redacción. El Catedrático de Arqueología y decano de la Facultad de Humanidades de la Universidad de Huelva, Juan Campos Carrasco, ofreció este jueves 4 de abril la conferencia ‘Punta Umbría Romana’ en el Centro Cultural, con un amplia presencia de público, en la que defendió que este territorio “cuenta con unos 2.000 años de historia, puesto que hace dos milenios que una población de pescadores se asentó aquí y estoy seguro de que el hilo conductor de pobladores no se ha perdido nunca”.
Por tanto, presentó el 50 Aniversario como “un posible bimilenario”, porque la historia puntaumbrieña “es mucho más antigua que el medio siglo que lleva como municipio independiente” y “más allá de los conocidos hitos de la Torre Almenara y los ingleses, el yacimiento de El Eucaliptal es esencial para conocer la historia de este pueblo”.
En este contexto, explicó que la pesquería de El Eucaliptal se sitúa junto al Club Deportivo Náutico y la discoteca Agrippinna. Estaba bañado por el mar, aprovechando la línea de agua dulce de la Ría. También cerca del mar, para arrastrar las capturas hasta las piletas donde luego se transforman. Tal y como relató, “desde el siglo I al VII estuvo activa esta pesquería”. En ese tiempo, la flecha de Punta Umbría fue avanzando y, con ella, la población hacia el borde del mar.
El grueso de la factoría se extendía desde el recinto ferial hasta el polígono pesquero. Se pescaban, sobre todo, caballas, bonitos, sardinas y atunes. En el registro faunístico de lo que se encontró en El Eucaliptal había doradas y marrajos, entre otros peces citados, junto a 24 especies de moluscos: navajas, ostras, almendras de mar y otros murícidos.
Había, como contó Campos, “una factoría importante”, destinada a la transformación conservera de esos moluscos. El pescado se troceaba y se le hacía una salmuera para conservarlo. También se realizaban otras salsas y púrpura para tintes, muy codiciada en la época, gracias a las cañadillas. No obstante, para hacer una libra de púrpura eran necesarias 60.000 unidades de cañadillas.
En palabras de Juan Campos, “la factoría funcionaba todo el año”, con capturas de pescado en verano, de murícidos en invierno y el ciclo se completa con fabricación de conservas, fabricación de salsas y púrpura.
Se vendían en vasijas en las que se especificaban las características del producto en el exterior. Se comercializaban a través del puerto de Huelva. Se llevaba, en parte, a las minas. Y otra parte se exporta al resto del Imperio. Por tanto, “era un negocio de largo radio”, tal y como resaltó el Decano de Humanidades.
Parte de la historia de estos pescadores la extraen, asimismo, “de sus muertos”, porque el enterramiento de El Eucaliptal ha aportado muchos datos que han ayudado a reconstruirla. De ahí se sabe que había unos pocos ricos que eran “los señores del atún”, que tenían la factoría en concesión, y el resto que trabajaba para ellos: libres, esclavos… “E incluso inmigrantes”, determinó Campos en base a los cuerpos encontrados.
Dada la relevancia del yacimiento, el catedrático de Arqueología aconsejó que debe “preservarse” y que, “algún día, cuando se pueda, seguir excavándose”. De hecho, hay un proyecto de un centro de interpretación.
Por otra parte, desde ese episodio romano hasta la construcción de la Torre Almenara, no hay muchas pruebas de población en Punta Umbría. Pero, tal y como opinó Juan Campos, “puede que se haya ido construyendo sobre sus restos, porque frente tenemos la taifa de Saltés y es impensable que no se quedaran con este punto estratégico, con salida al mar”. Los restos musulmanes, mudéjares y posteriores “estarían debajo de los edificios, pero seguramente cuando se han encontrado restos a lo mejor no han sido de importancia y no se les ha prestado atención”. A pesar de esto, en un libro de Juan Carrero Carrero se recoge una imagen de restos de una cerámica mudéjar que encontraron los niños de Misión Rescate. Por tanto, “este tipo de hallazgos puede conectar un periodo con otro”.
Campos Carrasco lleva dedicándose a la investigación arqueológica más de 30 años, con excavaciones en el continente americano y africano. Ha dirigido numerosas prospecciones de arqueología romana en la provincia de Huelva y, en concreto, también de pesquerías del litoral como la citada de El Eucaliptal puntaumbrieña.