Rubén Moreno, un moguereño que vive en Túnez después de dar la vuelta al mundo

Mari Paz Díaz. Rubén Moreno nació en Moguer en 1981 y, a pesar de su corta edad, se ha convertido en un auténtico ‘Onubense por el Mundo’. Y es que, aunque en estos momentos esté viviendo en Túnez, durante ocho meses de su vida se dedicó a dar la vuelta al mundo. Australia, La India, Egipto, Jordania, Colombia, Argentina y diferentes países de Europa son sólo algunos de sus destinos. Además, pretende continuar conociendo otros lugares para aprender idiomas. Un apasionado de las diferentes culturas que algún día le gustaría volver definitivamente a Moguer.

Rubén Moreno asegura que no olvida sus raíces, su infancia jugando al fútbol en la Plaza de las Monjas, siempre rodeado de los amigos que aún conserva a pesar de sus múltiples aventuras. Hizo el Bachillerato en el IES Juan Ramón Jiménez de Moguer, donde al finalizar sus estudios viajó con la clase a París. Rubén asegura que aquel viaje cambió su vida, porque desde entonces tuvo claro que quería conocer mundo. Luego, realizó la Licenciatura de Ciencias del Trabajo y la Diplomatura de Turismo en Huelva, aunque intercaló sus estudios con el trabajo en la tienda de su padre, estancias en el extranjero y múltiples viajes. De hecho, ahora ha creado una página en facebook llamada ‘Moguereños por el Mundo’, donde tienen la oportunidad de reencontrarse muchos ciudadanos de Moguer que se encuentran fuera de España.

-¿Por qué decidiste irte fuera?
-La primera vez que salí de España por mi cuenta fue porque tenía ganas de aprender inglés. Me fui a Inglaterra,  donde estuve trabajando en una fábrica de chocolate durante dos meses. Entonces tenía 21 años y la experiencia fue increíble. Dos años más tarde salí otra vez. Esta vez me marché a Alemania, pero no encontré trabajo y me vi obligado a cambiar de país. De esta forma, llegué por primera vez a Irlanda. En Dublín pase tres meses trabajando en McDonald´s y con el dinero que ahorré viajé un poco por Europa. Después regresé a España para terminar la licenciatura de Ciencias del Trabajo.

-¿Cuándo diste la vuelta al mundo?
–Cuando acabé los estudios volví a Irlanda con la intención de adquirir experiencia profesional. Logré mi objetivo y trabajé durante un año y medio en varias multinacionales como administrativo. Además, conocí a mucha gente y me lo pasé en grande, puesto que iba de fiesta en fiesta. También ahorré un buen dinero y decidí invertir una parte en dar la vuelta al mundo durante 8 meses, un viaje en el que visité México, Guatemala, Honduras, Nicaragua, Costa Rica, Panamá, Colombia, Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Nueva Zelanda, Australia, Tailandia, Laos, Camboya, Nepal e India. Luego regresé a España y comencé la Diplomatura de Turismo, mi nueva pasión.

Mientras tanto, viajé por Oriente Próximo durante tres meses: Grecia, Turquía, Siria, Líbano, Israel, Palestina, Jordania y Egipto. Al año siguiente pasé otros tres meses viajando por el noroeste de África: Senegal, Gambia, Mauritania, Sáhara Occidental y Marruecos. Ya terminada la segunda carrera no esperé a que España me diera la oportunidad y volví a Irlanda en mi tercera estancia en este país. En una semana encontré trabajo como administrativo en Microsoft, donde me quedé un año. Entonces me surgió un nuevo plan: ir a Túnez a mejorar el nivel de francés.

-¿Y por qué elegiste Túnez?
-En un principio tenía pensado ir a Senegal a estudiar francés, pero me di cuenta que en Túnez también lo podía hacer y me ofrecía mejores condiciones al estar muy cerca de España y de Malta, mi próximo destino. Túnez tiene mucho turismo, una cultura similar a la nuestra, es muy económico y cuenta con un buen clima.

-¿Cómo te entendiste con el idioma al principio?
–El idioma oficial de Túnez es el árabe, pero fue colonia francesa, por lo que la mayoría de la gente también habla francés. De todas formas, había olvidado casi todo lo que sabía y, al principio, tuve que recurrir al inglés o al idioma universal de los signos. Después de dos meses aquí, hablo todo en francés y las cosas básicas en árabe.

-¿Cómo está siendo por el momento la experiencia?
-La experiencia está siendo increíble. Y no sólo porque estoy cumpliendo mi objetivo, sino porque Túnez da mucho de sí y me permite aprender muchas otras cosas. Además, me estoy quedando en un hostal y comparto habitación con cinco personas más, así que cada día conozco gente nueva. Desde que vivo en Túnez, cada día es diferente. Me encanta.

-¿Cómo es vivir en Túnez? ¿Es muy diferente a España?
–La vida diaria es muy parecida a la que tenemos en Andalucía. Supongo que se debe a que tenemos el mismo clima. La gente es muy simpática y vive mucho la calle, aunque, desde que comenzó la revolución hace dos años, todo cierra cuando se pone el sol. Con respecto al trabajo, a los cuatro días de llegar hice una entrevista y estuve trabajando tres semanas en un centro de llamadas. Fue una gran experiencia, pero el salario era de 300€ (salario medio en Túnez) y me pasaba el día hablando en español, así que no me compensaba y lo dejé.

-¿Qué estás haciendo en estos momentos?
–En estos momentos me dedico a estudiar francés por mi cuenta y a practicarlo con la gente de la calle y del hostal. También colaboro con varios proyectos y estudio cosas de mi interés. La verdad es que me faltan horas en el día para hacer todo lo que quiero.

-¿Cómo es Túnez?
-Túnez es un país con una historia muy interesante. Me fascina la relación tan estrecha que tiene con Al-Ándalus, ya que aquí llegó un gran número de moriscos cuando fueron expulsados de España en el siglo XVII. Esta relación es algo que se palpa en la arquitectura, la forma de vida y sus costumbres. Incluso hay un pueblo que se llama Kait Al Andalous, que significa Ciudad de los Andalusíes. A día de hoy, Túnez es un país en plena revolución política e institucional. Tras la caída de Ben Alí hace dos años, el reto que afrontan los tunecinos no es nada fácil, ya que aquí se puede encontrar desde el musulmán más moderno al más ortodoxo. Así que llevará tiempo que ambas posiciones se pongan de acuerdo. En la vida diaria no se percibe tal inestabilidad política y los tunecinos caminan tranquilamente por las calles, las tiendas siempre están llenas y en todos los bares hay hombres fumando chicha o bebiendo té. Son gente muy tranquila y abierta, siempre dispuesta a ofrecer todo lo que tienen, una vez que se sale de los lugares turísticos.

-¿Qué piensa tu familia de tu aventura?
-Mi familia ya no me dice que me quede en Moguer. Saben que me las arreglo bien y que soy feliz haciendo lo que hago.

-¿Y tus amigos?
-Mis amigos, lo mismo. Los veo cada vez que paso por Moguer y les cuento mis aventuras. Ya no se sorprenden.

–¿Te has marcado algún nuevo objetivo?
-Mi siguiente objetivo es trabajar en el sector turístico y mejorar mi nivel de italiano, sin dejar de lado el inglés y el francés. Para ello, no hay mejor país que Malta. Mi intención es llegar en mayo -antes de que comience la temporada turística- y trabajar allí unos meses. Después no sé qué haré. ¿Iré a Luxemburgo? ¿Volveré a Dublín? ¿Regresaré a Túnez? ¡Quién sabe…!

-Es decir, ¿no tienes planes futuros?
-De momento, seguiré aprendiendo idiomas, adquiriendo conocimientos y viviendo nuevas experiencias. No tengo un plan definido para el futuro. Y esa incertidumbre que para muchos puede ser un problema, para mí es una ventaja debido a que siempre tengo un abanico enorme de posibilidades. La libertad de hacer en cada momento lo que me pide el cuerpo.

-¿Piensas volver a España, a Huelva, en breve?
-Volver a España ahora mismo sería un gran error, ni me lo planteo. Creo que el mundo es muy grande y ofrece muchas alternativas como para volver al punto de partida. Sólo voy en vacaciones para ver a la familia y a los amigos, aunque algún día sí que me gustaría volver definitivamente.

-¿Qué es lo que más echas de menos de Huelva?
-Lo que más echo de menos es a mi familia, a los amigos y pasear por las calles de Moguer.

-¿Recomiendas a todo el mundo que viva un tiempo fuera de España? ¿Por qué?
-Lo recomiendo totalmente porque la experiencia de vivir/viajar por otros lugares nos abre la mente, nos permite crecer como personas, ayuda a ver la vida de una manera diferente, conocer a gente muy interesante, desarrollar nuestras habilidades y a salir siempre adelante sin depender de nadie.

-Para terminar: un deseo.
-Que todos los jóvenes tengan la posibilidad de trabajar en aquello que les haga feliz.

Muchas gracias. 

Por el momento, sus amigos le han regalado este video con parte de sus aventuras por el mundo.